Algunas claves sobre el rendimiento y autonomía de un carro eléctrico.

Al igual que en los vehículos térmicos, uno de los factores más importantes al momento de decidir la compra de un carro eléctrico esta relacionado con su eficiencia, su rendimiento, que se traduce finalmente en la distancia para rodar que pueda alcanzar el auto por cada carga completa de la forma mas economica.

Y es que la autonomía, hoy cuando aún el tema de la infraestructura de carga en países como Colombia apenas inicia su desarrollo,  es vital para poder determinar si ese el tipo de vehículo que un usuario precisa para su solución de movilidad y transporte cotidiano.

Esa eficiencia en los vehículos eléctricos puede determinarse como la relación entre la energía que obtiene, y la que finalmente consume y qué distancia le permite recorrer. A menor cantidad de energía consumida por cada kilómetro recorrido, se puede hablar de un carro más eficiente.

Un aspecto que favorece la eficiencia de los carros eléctricos es su bajo nivel de pérdida de energía en funciones diferentes a las de impulsar el vehículo. Mientras los carros térmicos solo aprovechan en los mejores casos el 30 por ciento de la energía generada por la combustión en el desplazamiento real del auto, en los eléctricos este aprovechamiento puede estar del orden del 75 por ciento.

Para conocer de manera aproximada la autonomía que puede brindar un vehículo eléctrico a su potencial propietario es importante poder contar con el dato de la capacidad que tiene la batería del modelo. Una cifra de capacidad más alta, medida en kWh, también significa un mayor rango de autonomía en kilómetros por cada carga completa que tenga el vehículo.

En el tema de la autonomía, los fabricantes suelen señalar en sus fichas técnicas un indicador de autonomía que denominan autonomía homologada, que es aquella que se obtiene en pruebas que simulan las condiciones de manejo tradicionales, y que en el caso de fabricantes europeos, por ejemplo, o fabricantes de otros orígenes que someten sus vehículos a estas pruebas, es la autonomía en Ciclo WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure).

Por ejemplo, si el fabricante de un carro eléctrico hipotéticamente indica en su ficha técnica  una  capacidad de batería de 100 kWh, y  que su consumo promedio está en 20 kWh por cada 100 kilómetros, lo que se hace es dividir la capacidad total de la batería (100 kWh) por el consumo medio señalado por el fabricante (20 kWh) y este resultado se multiplica nuevamente por la capacidad total de la batería (100 kWh. Así la operación daría un resultado de autonomía de 500 kilómetros por cada carga que en teoría podría rodar el carro eléctrico.

Esto, repetimos, es un dato homologado y teórico a partir de pruebas controladas que, aunque simulan en lo posible la conducción real, pueden variar a la hora de enfrentar el camino por parte de cada conductor.

Los expertos señalan que en promedio un vehículo eléctrico puede consumir entre 15 y 22 kWh por cada 100 kilómetros de recorrido. Un vehículo de gama media puede tener una batería con una capacidad alrededor de los 70kWh, y su consumo ronda los 20 kWh por cada 100 kilómetros recorridos.

Cabe resaltar que para lograr la mayor eficiencia posible al manejar un carro eléctrico se deben tener en cuenta varios factores que inciden en ese desempeño, entre ellos,

El tamaño del auto: a mayor peso, el carro necesitará una mayor potencia, y por tanto un mayor consumo de energía.

El estilo de conducción: un manejo calmado con un uso racional y tranquilo del acelerador, sin arrancones bruscos, y tampoco con frenadas bruscas constantes, permiten que la energía utilizada tenga una mejor dosificación y el rendimiento se optimice.

Las especificaciones mismas del motor eléctrico: como ya se vio, los datos de capacidad y consumo de energía dan un dato aproximado y pueden orientar a los conductores sobre su mejor forma de manejo.

Las condiciones meteorológicas: no solo porque hacen que se activen por parte de los ocupantes del auto funciones como calefacción o aire acondicionado; también porque las temperaturas extremas pueden incidir en la operación del motor eléctrico.

El terreno por el que se esté desplazando: un terreno quebrado va a exigir mas potencia, aunque también puede contribuir al uso del sistema de regeneración de energía al frenar.

La capacidad de regeneracion: Todos los fabricantes hablan de regeneracion pero muy poco se dice del tamaño o capacidad de esta. A mayor capacidad mayor posibilidad de recuperar energia frenando o descendiendo y por tanto mayor rendimiento de la carga almacenada.

Y por ultimo y tambien muy importante, la eficiencia del cargador electrico que aunque ya no depende del vehiculo en cuestion, si hace que tengamos unas perdidas al cargar el auto, haciendo que la enenrgia consumida en cargar el auto sea mayor o menor para un mismo tamaño de bateria y por estar despues del contador de energia que factura el consumo, siempre estara a cargo del propietario del vehiculo.

 Una clave para optimizar la eficiencia de las baterías en el carro eléctrico es no dejar que se descargue totalmente antes de volver a recargarlo. Cuando se encuentre aproximadamente en 20-25 por ciento de su carga se debe conectar para recargar la batería. Ese pequeño remanente hace que la bateria tenga una mayor vida util.

De acuerdo con los cálculos de los fabricantes, los vehículos eléctricos en un año pueden perder alrededor de un 2,3% de su autonomía. Esto quiere decir que tras 10 años de vida útil, la autonomía de un coche eléctrico como el del ejemplo puesto unas líneas más atrás, se habrá reducido en poco más de 115 kilómetros y se situará sobre los 395 kilómetros de autonomía, un 23% menos. Sin embargo, la calidad de la bateria instalada, no siempre la misma en todos los carros, hace que este valor pueda ser mucho mayor o menor en algunso casos, y por ende, dado el alto costo de una bateria de este tipo, podria tener un componente importante dentro del calculo del valor del kilometro recorrido por un auto electrico.

En conclusion, debemos tener en cuenta muchos factores al decidirnos por la compra de un auto electrico. No es solo la autonomia que el fabricante promete, sino tambien cuanto nos cuesta hacerla. Tambien, al estar tomando energia de la red electrica para la recarga, el valor del kwhr es diferente de acuerdo al sitio donde hagamos la carga y podria ser mayor si la eficiencia del cargador es baja.

Podria esperarse tambien, que las tarifas de la energia electrica utilizada para cargar autos, pueda en algun momento ser tratada como lo hacen hoy en dia los gobiernos con la gasolina, lo que podria tender a hacer desaparecer los benificios en terminos de costo contra este tipo de combustibles, haciendo menos atractivas este tipo de tecnologias.

La cultura de seguro en los propietarios de vehículos aún no es madura.

Ir al concesionario o acudir a cualquiera de los sitios o comercios reconocidos en venta de vehículos usados, analizar las opciones, comparar ofertas y modelos, hacer cuentas y mirar las opciones de financiamiento, decidirse y, finalmente, comprar ese carro nuevo o usado que apunta a mejorar la calidad de vida y brindar mayor comodidad personal y familiar para el transporte y la movilidad.

Y en todos esos análisis, en las consultas y el sopesar una u otra alternativa para elegir la mejor opción de vehículo, usted lector, ¿pensó en el seguro? ¿Está consciente que la conducción es una actividad que conlleva riesgo tanto para usted, sus acompañantes, o cualquier actor en la vía? ¿En sus cuentas se incluye un parte para el pago de un seguro voluntario?

Esas son algunas preguntas que toda persona que toda persona o familia que esté en el proceso de comprar un vehículo debe tener en cuenta con el fin de tener un respaldo ante eventuales situaciones de incidentes o accidentes generados por la conducción ya sea en persona propia o a terceros y sus bienes.

Sin embargo, pese a que podría ser evidente la importancia de contar con un seguro que ofrezca respaldo para estas situaciones, Colombia no se destaca por tener una fuerte cultura del aseguramiento, más allá de la obligación del Soat (que incluso tampoco es la más alta)

De acuerdo con los datos de la Federación Colombiana de Aseguradores, Fasecolda, y con los datos totales del año 2023, del total del parque automotor registrado en Colombia y que se estima en poco más de 18 millones de vehículos, solo un 12,2 por ciento cuenta con algún tipo de seguro voluntario, es decir alrededor de 2.260.00 vehículos- o mejor, sus propietarios- están asegurados en caso de accidentes como respaldo para enfrentar afectaciones en su vida, su integridad física, daños a su automotor, o daños a personas o bienes de terceros.

Cuando el mismo gremio precisa un poco más las cifras, se encuentra que la penetración de este tipo de seguro es de 27 por ciento entre los propietarios de vehículos diferentes a motocicletas; pero solo de un 3 por ciento entre los propietarios de motos.

Y aunque el porcentaje de asegurados es bajo, el valor pagado en siniestros no es para nada despreciable. En 2023 las compañías de seguros giraron por concepto de reclamaciones un valor de COP 3.5 billones

En el SOAT tampoco hay avances

Y si bien en Colombia es obligatorio contratar un seguro para todos los propietarios de vehículos automotores (carros y motos) que tiene una cobertura para brindar asistencia médica a todas las víctimas de accidentes de tránsito, e incluso una cobertura en caso de fallecimiento en un accidente, la obligatoriedad de este requisito parece relativa a la luz de las cifras sobre su penetración.

El gremio asegurador da cuenta que del total del parque automotor registrado en el Runt, y que, insistimos, deberían de manera obligatoria contar por lo menos con el Soat para poder transitar por las vías del país, sólo un 51% cumplen con esta obligación, es decir alrededor de 9.7 millones de unidades.

El análisis reúne tanto carros como motocicletas, y son los propietarios de estas últimas los que menos cumplen la obligación. Es así como menos del 39 por ciento de las motos matriculadas cuentan con su Soat al día, pese a que las motocicletas representan uno de los actores viales más vulnerables, lo que se refleja en su participación del 88% en el número total de víctimas de accidentes de tránsito.

Las compañías de SOAT desembolsaron un total de COP 2,6 billones, destinados a la atención médica de las víctimas de accidentes de tránsito y el resto de las coberturas.

En el 2023, se registraron preliminarmente más de 1,1 millones de víctimas de accidentes. De estas, más de 773.000 corresponden a vehículos con un SoatT vigente, mientras que alrededor de 263.000 corresponden a vehículos sin SOAT o no identificados.

¿Por qué es importante contar con un seguro?

Si bien el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat) ofrece un respaldo a los conductores y a los actores viales, este solo opera cuando, como lo dice su nombre se presenta un accidente y cubre temas relacionados con atención médica o fallecimiento y por un monto específico y relativamente pequeño.

El seguro voluntario ofrece un respaldo y cobertura mucho más amplias, sin entrar en el campo de la atención médica en caso de accidente, espacio que queda en manos de la cobertura que ofrece el Seguro Obligatorio; ofrece sí la protección frente a hechos como el hurto, casos de vandalismo, afectaciones al vehículo por eventos naturales, daños ocasionados por otros vehículos en un accidente; generando así tranquilidad a los propietarios que pueden contar con un respaldo financiero para cubrir los gastos, y muchas veces por muy altas sumas, derivados de situaciones como las anteriormente enumeradas.

Además, el seguro es también una cobertura que permite asumir eventuales responsabilidades frente a terceras personas bien sea por afectación en su salud, condición física, fallecimiento o daños a sus bienes, a través de la cobertura de responsabilidad

Por supuesto, la calidad y amplitud de las coberturas que ofrecen las distintas aseguradoras varía de acuerdo con el valor de la prima, por eso, siempre, en todos los análisis previos para la compra de un vehículo nuevo o usado, es importante dedicar un momento a establecer cuánto es lo que se puede pagar mensual o anualmente por el seguro voluntario, y con base en ese cálculo buscar la mejor opción posible en cobertura para contar con la tranquilidad de un buen respaldo.

Industria automotriz no necesita restricciones al comercio, necesita estímulos para fortalecerse.

El sector automotor y la industria automotriz fueron sorprendidos en días recientes con la noticia que daba cuenta del anuncio del gobierno nacional, a través del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, de solicitar la suspensión o no renovación del Acuerdo de Complementación Económica con Brasil en lo referente al comercio de vehículos automotores sin el pago de arancel.

“Manifiesto el interés de la República de Colombia de no continuar aplicando el Entendimiento celebrado entre los Gobiernos de la República Federativa de Brasil y la República de Colombia sobre la profundización de preferencias arancelarias bilaterales en el sector automotor”, esas fueron las palabras textuales expresadas por el Ministro Luis Carlos Reyes en la carta enviada al Comité de Administración del Acuerdo de Complementación y que anuncia de manera oficial la decisión de no continuar con el mismo.

Hoy, en virtud de este acuerdo, suscrito en 2017 11 marcas importan a Colombia poco más de 30 modelos de vehículos que, de acuerdo con los cupos establecidos, llegan sin el pago de este impuesto. El desarrollo del ACE entre Colombia y Brasil estableció cupos para la importación 0 arancel y en la actualidad este cupo es de 50.000 vehículos. Esta medida ha facilitado que modelos de Renault, Fiat, Jeep, Ram, Honda, Chevrolet, Citroën, Peugeot, Hyundai, Toyota y Volkswagen ingresen al mercado automotor colombiano ampliando la oferta en diferentes categorías.

Sin embargo, y de acuerdo con los motivos expuestos por el gobierno nacional, este acuerdo sufre un fuerte desbalance, en el que Brasil hoy ha aprovechado con amplio volumen su posibilidad de exportar a Colombia y representa cerca del 30 por ciento del origen de los vehículos que se venden en los concesionarios del país; Colombia no ha podido aprovechar las ventajas y el comercio automotor es prácticamente nulo.

Señalan desde el Ministerio que uno de los factores que imposibilita ese comercio verdaderamente binacional es la aplicación de unas medidas paraarancelarias y técnicas a la importación de vehículos por parte de Brasil que hoy los modelos colombianos no han podido cumplir.

Además, detrás de la decisión de Colombia, también, señala el ministro Luis Carlos Reyes, está la intención de estimular y fortalecer la producción industrial local automotriz. “La idea es dinamizar la industria local y, además, llevarla a ser una industria fuerte en términos de exportación. Esto a diferencia de políticas industriales del pasado que buscaban alejar al mercado nacional, de manera casi indefinida, de la competencia extranjera”.

Y bajo esta idea señala además la intención de impulsar y “retener en Colombia el potencial de producción nacional de vehículos eléctricos con calidad de exportación».

Buenas intenciones

“De buenas intenciones se ha empedrado el camino al infierno”, es una frase muy popular y que podría caber aquí para el análisis de la decisión del Gobierno Nacional que busca reactivar la industria automotriz.

Si bien de entrada puede parecer prudente restringir vía impuestos el ingreso de productos a un país para darle más juego a la producción local de ese mismo producto, también es cierto que ésta no va a reaccionar solo porque se limite la oferta de importados. Para su dinamismo la producción y ensamble local requiere de unas condiciones de mercado que la viabilidad de las inversiones que los fabricantes deben hacer en modernización, actualización o recomposición de sus líneas de montaje, el fortalecimiento y expansión de red comercial y de servicio, la adquisición y garantía de existencia de partes y piezas de recambio, los apoyos financieros a potenciales compradores, la labor comercial y de mercadeo, entre otros aspectos. Y en la actualidad y desde hace cerca de dos años el mercado se encuentra en una situación de contracción en sus ventas y matrículas. Y pese a los insistentes llamados de la industria no son claros aún los mecanismos de apoyo a una reactivación, y especialmente el clima de certidumbre que debe fundamentar cualquier decisión de los compradores para realizar una inversión de sus recursos en un bien durable como es el vehículo.

Una restricción a la entrada de vehículos puede generar por el contrario, que sin un mercado suficientemente dinámico y en un clima en el que la confianza del consumidor no se fortalezca, volvamos, tal y como lo advierte la Asociación de Concesionarios Automotrices, Aconauto, a los años en que la sustitución de importaciones no generó mayor competitividad y sí mayores restricciones al acceso a vehículos. “El país ya probó el proteccionismo como política económica de estado al implementar durante los años 80 el modelo cepalino de sustitución de importaciones y con resultados nefastos: incremento astronómico de los precios, atraso tecnológico y concentración del mercado automotor en muy pocas manos”, comentó el presidente del gremio Pedro Nel Quijano.

Eléctricos, pero a largo plazo

El fomento a la producción local tendría un énfasis especial en los modelos eléctricos, señaló ante diversos medios de comunicación el ministro de Comercio para justificar la decisión de solicitar el fin del ACE con Brasil. Sin embargo lograr que las firmas automotrices internacionales miren a Colombia como una región adecuada para instalar fábricas de vehículos eléctricos requiere, en primer lugar, que el mercado interno sea lo suficientemente robusto y desarrollado en este tipo de vehículos como para instalar una fábrica aquí.

Y por ahora, aunque Colombia ha sido uno de los países abanderados en la región en el impulso a los vehículos eléctricos, son poco más de 13 mil carros eléctricos matriculados en Colombia desde 2019, de acuerdo con las cifras que tiene Andemos a partir de los informes del RUNT. En promedio cada año en Colombia se matriculan 2.290 vehículos eléctricos, una cifra muy baja para las capacidades que requiere una instalación fabril. Y los mercados externos de la región tampoco son tan fuertes en el desarrollo de este tipo de movilidad. La consolidación de un ecosistema de movilidad eléctrica en Colombia es una tarea de largo aliento y suena aún muy precipitado pensar que fábricas de carros eléctricos para Colombia y sus mercados vecinos.

Quizá, antes que pensar en restricciones al comercio automotor en un entorno y una industria totalmente globalizada, el camino podría ser desarrollar una estrategia que a partir de reducción de algunos impuestos, de renovación de parque automotor por modelos más seguros y ambientalmente más eficientes, de incentivo para la compra de modelos de nuevas energías, de inversión en infraestructura de vías y a propiciar las condiciones logísticas, financieras y de estabilidad para también avanzar en más exportaciones entre otros elementos, conduzca a una reactivación de la demanda interna, al fortalecimiento del ensamble actual, la posibilidad de desarrollar más mercados de exportación e incentivar en el mediano y largo plazo la llegada de nuevas inversiones que se traduzcan en empleos de calidad, ingresos y recursos fiscales para el país.

Venta de carros usados cayó en primer semestre, pero se espera recuperación en el segundo.

No solo el mercado de vehículos 0 kilómetros en Colombia se encuentra afectado por una serie de factores que desde lo económico, la confianza del consumidor y la incertidumbre en torno a decisiones que pueden afectar el bolsillo en el mediano plazo, hacen que la tendencia de ventas sea de disminución actual.

También la categoría de los vehículos usados se ha visto contraída en el último año como una consecuencia directa de la reducción en ventas y matrículas de los autos nuevos. Una explicación sencilla: muchas veces para una persona adquirir un carro nuevo acude a vender su vehículo actual, con el objetivo de conseguir liquidez que le ayude a financiar la nueva compra, pero hoy el mercado se encuentra en una incertidumbre y es así como quien quería comprar su carro 0 kilómetros lo piensa y muchas veces pospone su decisión para quedarse un tiempo más largo con su vehículo actual; y quienes acuden al mercado del usado para hacerse con un buen carro no encuentran la oferta adecuada. Esto se refleja también en una caída en el número de traspasos de propiedad de los vehículos.

Es así como las cifras compiladas por la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, señalan como durante el primer semestre de este año, la comercialización de los carros usados fue de 417.720 unidades. Esto representó una reducción superior al 5 por ciento, frente a las 440.819 unidades que a junio del año 2023 habían cambiado de propietario en Colombia.

Solo en el mes de junio los traspasos cayeron un 9,7% al pasar de 74.742 unidades negociadas y registradas en las diferentes autoridades de tránsito en el país en junio de 2023, a 67.517 carros usados que cambiaron de dueño en el sexto mes del presente año.

En el mercado del usado el liderazgo en ventas y traspasos lo tiene Chevrolet, marca de la que se colocaron 108.049 unidades en el semestre, pero con reducción superior al 10%. En segundo lugar se encuentran los modelos de la automotriz Renault, con 65.542 carros, que también registró caída en la operación del 7,1%. La tercera marca de más ventas en usados es Mazda que en el año suma 35.393 unidades.

Ya al llevar el análisis a líneas de vehículos, Chevrolet ocupa los tres primeros lugares con sus modelos Spark, Aveo y Sail, que en conjunto suman 36.359 unidades usadas comercializadas. Por su parte el Mazda 3 en sus diferentes versiones es el cuarto vehículo más apetecido por los clientes del mercado del usado y del que se comercializaron 5.959 carros en el primer semestre de 2024. Y la pick up Toyota Hilux es el quinto modelo con mayor nivel de negociación y traspaso en lo que va del año.

Por ciudades del país, Bogotá es la región que más concentra negocios de vehículos usados. En el semestre su autoridad de tránsito totalizó 132.031 operaciones. Por su parte Medellín y los municipios del área metropolitana sumaron 78.607 vehículos usados negociados y registrados ante las diferentes secretarías de movilidad en esta zona.

La proyección realizada por Andemos indica que al cierre del 2024 el número de traspasos sería de 955.444 carros, con una esperanza de reactivación durante el segundo semestre, si se tiene en cuenta que en la totalidad de 2023 la comercialización de vehículos usados fue de 910.805 unidades. Una proyección que podría ir acorde con las perspectivas de mejor comportamiento con las tasas de interés en virtud de las reducciones de este indicador generadas por el Banco de la República y que deben impactar en el mediano plazo el costo de crédito para la compra de carro nuevo o usado en Colombia.

Menos pantallas y más botones.

Una de las áreas en las que los fabricantes automotrices en el mundo muestran grandes avances en el desarrollo de sus carros tiene que ver con la incorporación de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs) en los diferentes sistemas que operan en el vehículo para su correcto funcionamiento, bien sea desde el punto de vista de desempeño dinámico, seguridad o confort para sus ocupantes.

La digitalización está a la orden del día en los nuevos modelos que día a día las marcas presentan al mercado automotor global, y los compradores y consumidores de vehículos esperan con ansías cada nuevo desarrollo, cada nueva solución que, en teoría, está orientada a darle mayor facilidad a la labor de conducir.

Pero ¿quizá se le esté yendo la mano a los ingenieros y diseñadores automotrices intentando digitalizar cada función, cada comando y cada proceso que esa máquina conocida como automóvil debe cumplir en su función de transportar a las personas?

Pues uno de los organismos independientes que más trabaja en el campo de la seguridad vial, la corporación NCAP, a través de su programa Euro NCAP considera que sí se está poniendo en riesgo la seguridad de ocupantes de vehículos, peatones y otros actores de la vía con un exceso en la digitalización, de la presencia de pantallas y de funciones que estas almacenan para que el conductor en cualquier momento las active pasando su dedo sobre ellas.

Para EuroNCAP la cada vez mayor presencia de pantallas táctiles, y cada vez de mayor tamaño o abarcando áreas mayores dentro del habitáculo es un riesgo para la seguridad vial. Esto lo afirma Matthew Avery, director de desarrollo estratégico de Euro NCAP: “casi todos los fabricantes de vehículos están trasladando controles clave a pantallas táctiles centrales, lo que obliga a los conductores a apartar la vista de la carretera y aumenta el riesgo de accidentes por distracción”.

Por eso una de las estrategias de Euro NCAP es recomendar a los fabricantes de vehículos que en los nuevos modelos que desarrollen incorporen algunos controles físicos, botones, para la activación de algunas funciones básicas del vehículo, y que de manera intuitiva el conductor pueda accionar estos botones sin necesidad de perder la vista del camino y de los elementos que rodean la vía para minimizar los riesgos.

De acuerdo con la información que ha generado EuroNCAP, entre las funciones que la organización recomienda deben activarse a través de un elemento físico y no en la pantalla táctil, están las luces intermitentes, la bocina o pito como lo conocemos en Colombia, los limpiaparabrisas, o la llamada de emergencia que hoy incorporan muchos vehículos como parte de su arsenal de tecnología y seguridad a bordo.

Esta recomendación del organismo que realiza pruebas de seguridad a los vehículos en Europa entraría en vigor para sus evaluaciones a partir de 2026, dando tiempo así a las marcas de generar sus estrategias para, si lo consideran, adoptar la recomendación.

¿Y por qué decimos que se trata de una recomendación? Euro NCAP , el programa europeo de seguridad vehicular es un organismo independiente, apoyado por varios gobiernos europeos y organizaciones que tienen que ver con la industria automotriz, pero no se trata en ningún momento de un ente regulador oficial o vinculante para las marcas automotrices. Sin embargo sus evaluaciones y pruebas de choque que tienen calificaciones de 0 a 5 estrellas se han convertido en un factor importante de evaluación entre muchos compradores de vehículos. Y también Euro NCAP es referente para otros programas de seguridad en el mundo que desarrollan sus pruebas de seguridad tanto para ocupantes como peatones.

Si un fabricante quiere que sus modelos, o por lo menos algunos de los modelos que produce puedan alcanzar las famosas cinco estrellas en seguridad deberá adoptar esta recomendación como parte de su estrategia de desarrollo de producto. Esto generará, en un mediano plazo un efecto dominó, porque si bien muchas marcas producen el mismo modelo pero con diferentes características y equipamientos de acuerdo con el mercado en el que se venderán, el comprador comenzará a hacer comparaciones y poco a poco también exigirá que su carro nuevo tenga características de seguridad similares a las de otras partes del mundo y Colombia no está exenta de ello. Muchas marcas, especialmente en segmentos medio altos o altos traen modelos directamente de Europa y la reacción de las marcas a estas recomendaciones impactará directamente en el tipo de producto que se ofrecerá en los mercados de esta parte del mundo más temprano que tarde.