¿Nos estamos “a-Chinando”?.

El mercado automotor en el mundo está viviendo un fenómeno importante de surgimiento y consolidación de un nuevo jugador global que promete mover en los próximos años la aguja de las ventas mundiales de vehículos. Se trata de China.

Y no es que China no produjera autos antes. No. Lo que sucede es que como parte de su estrategia de desarrollo económico, el gigante asiático ha vuelto sus ojos al mundo como mercado, tras ya abastecer su entorno local, de por si gigante. Y sus factorías, con una amplia capacidad instalada y un importante desarrollo tecnológico, así como mano de obra barata, ahora quieren convertirse en jugadores de talla internacional.

Solo durante el año 2023 China exportó al mundo poco más de 4 millones de unidades de vehículos nuevos, duplicando las cifras que de carros de ese origen se habían comercializado fuera de su territorio apenas dos años atrás. El mundo en la mira. Y aunque por valor, es Europa la región que domina aún las ventas de vehículos a mercados externos (US$ 813.000 millones), China es hoy el segundo con ventas por US$170.000 millones. Y es que con unas 100 marcas nativas, la oferta es amplia y variada para satisfacer la necesidad de cualquier mercado mundial.

Una tercera parte del mercado mundial del motor, o el 33% para decirlo con las cifras de la Asociación de Vehículos de Pasajaros de China, esta en manos de productores automotrices de ese país

¿Nos impacta?

Y Latinoamérica, y entre ellos Colombia, se han convertido en un destino importante para la exportación de vehículos.

Solo en Colombia, actualmente se comercializan cerca de 18 marcas de origen chino, sin contar aquellos vehículos de marcas que tienen su origen en otra latitud, pero que fabrican algunos de los modelos que se ofrecen en Colombia en plantas de China, país en el que han desarrollado alianzas con automotrices locales.

Actualmente entre las 20 marcas de mayores ventas en el país, 4 son marcas chinas, siendo Foton la primera de ellas, seguida por BYD, JAC y JMC. Estas cuatro referencias responden hoy por cerca del 6% del mercado automotor actual. Y si se habla de vehículos eléctricos, una de las categorías fuertes para las automotrices chinas. BYD es la primera marca en ventas en Colombia

 Zeekr y GAC son las marcas que de manera más reciente anunciaron su arribo al país para competir por una tajada del pastel del mercado. Pero ya en las vitrinas y calles del país cada vez es más frecuente encontrar nombres como los cuatro ya mencionados, además de otros como Great Wall, Chery, DongFeng, Changhe, Haval, Jetour, Faw.

Pero si aún con un porcentaje de mercado que aunque pequeño viene creciendo, en Colombia la penetración de los autos chinos comienza a sentirse y evidenciarse cada vez más; otros mercados latinos viven una verdadera ebullición. México es un ejemplo de ello.

En el país azteca se calcula que ya uno de cada cinco vehículos nuevos vendidos tiene su origen en el gigante de Asia. Además allí BYD anunció hace algunos meses, y avanza en su proyecto para instalar una fábrica de sus modelos que abastecería no solo el mercado mexicano, también Latinoamérica y, se presume, sería punta de lanza para llegar a Estados Unidos obviando temas arancelarios.

Ya hoy en México funciona una planta de la también china JAC Motors.

Brasil es otro ejemplo, desde la industrialización, de la intención china de avanzar de manera importante en Latinoamérica. Allí la marca Chery cuenta ya con dos plantas de producción para más de 150 mil carros al año.

Y también en ese país, Great Wall y BYD realizarán inversiones para asentar fábricas para sus modelos. Entre ambos anuncios se estiman inversiones superiores a los US$2.500 millones

Y Chile, es otro ejemplo de esa penetración. Fue quizá el primer mercado que las marcas chinas atacaron con éxito. Tanto así que hacia el año 2022, su cuota de mercado superaba el 35 por ciento. Hoy esa participación ha disminuido, pero se conserva muy cerca del 30 por ciento, en un mercado de alta competencia de marcas de diversos orígenes.

China es una realidad.

Colombia es el quinto mercado automotor en Latinoamérica.

Colombia es hoy el quinto país en venta de vehículos en América Latina, aún en medio de la crisis de desaceleración de la comercialización y matrícula de autos nuevos que vivió el país en meses recientes y que, al parecer, se está superando con un reporte positivo por cuarto mes consecutivo este año.

De acuerdo con las cifras de la Asociación Latinoamericana de Distribuidores de Automotores, Aladda, en septiembre en la región se vendieron 481.064 unidades nuevas en todos los segmentos y categorías de vehículos, con un crecimiento del 10,6 por ciento en estas ventas al compararse con las registradas durante septiembre del año anterior.

Y en este sentido Colombia se ubicó como el quinto país de mayore ventas con las 17.144 registradas en el Runt y con una variación positiva casi similar a la cifra del mercado total regional, 9,8 por ciento, lo que señala una tendencia positiva y alejándose de los decrecimientos que se habían convertido en constante.

Por encima de Colombia se encuentran en su orden Brasil, México, Argentina y Chile, aunque este último país muestra una pequeña desaceleración cercana al 3 por ciento en sus ventas del mes de septiembre.

Al analizar las cifras de ventas acumuladas del año que compila Aladda, se observa que Colombia es un jugador de mediano tamaño en la región, también ubicándose en este ranking en la quinta posición, con ventas totales de enero a septiembre por 135.463 unidades nuevas en todas las categorías. Este indicador también refleja el complejo momento que vive el mercado automotor del país, porque mientras el crecimiento regional fue cercano al 6 por ciento, las ventas en Colombia lo hicieron en una tasa del 1.1 por ciento.

Aún así el país se ubicó como uno de los 6, de los 11 en total que agrupa Aladda, que mostró crecimiento en el comportamiento de ventas y matrículas de vehículos nuevos en lo que va del año.

Eléctricos se consolidan poco a poco

Las cifras de la Asociación Latinoamericana de Distribuidores de Automotores también dan cuenta del proceso de consolidación de la movilidad a partir de nuevas energías que se está dando en Colombia y la región.

En vehículo eléctricos Colombia es el tercer país de mayores ventas en este tipo de automotores. Entre enero y septiembre suman 4.592 unidades, que si bien es una cifra que parece poca frente a los 45.600 de Brasil, o los poco más de 18.000 autos eléctricos en México, si muestran una tendencia creciente y una apuesta por este tipo de movilidad.

Por su parte al sumar a esta cifra las ventas de carros híbridos e híbridos enchufables, Colombia ha puesto a rodar este año 33.030 unidades, con un crecimiento del 49 por ciento frente a los resultados acumulados entre enero y septiembre de 2023.

Renault Arkana, el primer híbrido de Renault en Colombia.

La tecnología de movilidad sostenible poco a poco se posiciona en Colombia,
los usuarios la ven como una opción que se consolida, y las marcas se esfuerzan
por presentar alternativas que se orientan bajo la premisa de una movilidad de
menor impacto sobre el medio ambiente.

Y en este contexto, la hibridación es una de las categorías de mayor
crecimiento, incluso en el marco de unas ventas de vehículos que, como en los
recientes meses en Colombia, vienen de un período de fuerte contracción. Pese a
ello los carros híbridos mantuvieron una secuencia positiva de ventas, y son ya
poco más del 20 por ciento del mercado total de autos nuevos en Colombia, según
los registros de Andi y Fenalco.

Este comportamiento, como decíamos, es el que motiva a las marcas a
presentar alternativas que ocupen un espacio en este segmento, y por supuesto
que una de las marcas tradicionales del mercado automotor colombiano no se iba
a quedar atrás.

Es así como en días recientes Renault presentó en Colombia su primer
vehículo con tecnología híbrida, en este caso hibridación ligera. Se trata del
Renault Arkana. Un SUV con diseño fastback que llega al país para fortalecer la
estrategia de la marca en la movilidad sostenible: Renault E-Tech.

“Este modelo ha sido fundamental en la democratización de las SUV coupé, y
juega un papel clave en la evolución de nuestro portafolio en Colombia.
Fusionamos su atractivo diseño con nuestra visión de innovación y eficiencia”,
explicó Ariel Montenegro, presidente-director general de Renault Sofasa.

Con su estrategia Renault E-Tech, la automotriz francesa tiene una apuesta
seria por la movilidad sostenible en Colombia. Prueba de ello es la presencia
de sus modelos eléctricos como el Kwid E-Tech, el Megane E-Tech, o el comercial
Kangoo. Ahora con la presencia de esta nueva oferta lo que busca es
complementar un portafolio y orientar la atención de los potenciales usuarios
que si bien se interesan por la movilidad sostenible y sus beneficios no solo
al medio ambiente, también la libertad de restricciones a la movilidad en la
ciudades (no tienen pico y placa) no se animan aún a tener carros 100%
eléctricos y buscan tener la tranquilidad de dos mundos: la combustión y la
energía eléctrica.

Si bien no se trata de un modelo híbrido total o enchufable, y sí de un
carro que usa la tecnología de hibridación ligera, con un motor eléctrico que
está orientado a apoyar la gestión del motor de combustión especialmente en el
arranque o la necesidad de aceleraciones fuertes, como un sobrepaso, es una
primera instancia para aquellos usuarios que quieren tener su primer contacto
con la movilidad a partir de nuevas energías, y disponibilidad total de su
vehículo.

El Renault Arkana llega en dos versiones: Techno y Alpine, con diferencias
en su equipamiento y accesorios. Ambas cuentan con un motor de combustión, el
TCe 1.3 litros híbrido que alcanza una potencia de 140 caballos y su torque se
eleva a los 260 Nm, sobre las 1.750 revoluciones por minuto. Su motor se une a
una caja de velocidades automática de 7 marchas.

Entre sus características como modelo de hibridación ligera el Renault
Arkana E-Tech cuenta con el sistema stop&start que ofrece funciones
avanzadas; en este modelo no es necesario que el auto se detenga por completo
(0 km/h) para que el motor se apague; en ciertas condiciones, si el vehículo
está por debajo de los 30 km/h en fases de desaceleración, el motor puede
apagarse antes de detenerse. Esto contribuye a la reducción de
emisiones contaminantes de CO2 y el consumo de combustible.

Además, la Renault Arkana E-Tech Hybrid cuenta con la
función sailing stop o modo velero, que apaga el motor
térmico del vehículo para reducir emisiones contaminantes y consumo de
combustible.  Esta función también posiciona la marcha en neutro para
eliminar la resistencia que la caja y el motor puedan generar. El sistema se
activa durante la fase de desaceleración, siempre que el pedal del acelerador
no esté presionado.

Durante este modo, el sistema suministra energía a los componentes
eléctricos del vehículo, como la pantalla multimedia y las luces. El “Modo
Velero” solo entra en funcionamiento cuando el vehículo está desacelerando a
velocidades entre 30 km/h y 140 km/h, y la batería de iones de litio (LiB) de
12V está cargada.

Estas características, unidas a una importante dotación de elementos de
seguridad, tecnología, asistencias a la conducción y confort que lo posicionan
como una opción interesante para el mercado de C-SUV

Una red preparada

Hace un año, con la llegada de los primeros modelos E-Tech a Colombia, la
red de concesionarios Renault se fortaleció para brindar a los clientes una
atención especializada en electrificación, asegurando que el 30% de su
portafolio fuera 100% eléctrico. Ahora, Renault Arkana Hybrid se
incorpora al portafolio E-Tech de la marca en el país, para complementar el
abanico de posibilidades al que pueden acceder los colombianos.

Renault tiene una red de concesionarios presente en 52 ciudades, siendo la marca con mayor
presencia y respaldo en el país con un total de 135 puntos.  También
cuenta con 30 concesionarios a nivel nacional con la certificación E-Tech, lo
que se traduce en más de 900 personas capacitadas en herramientas y métodos
adaptados para atender con profesionalismo a los clientes que incursionan en el
universo E-Tech híbrido y eléctrico.

El modelo y sus dos versiones están ya en la red de Renault en Colombia con
precio de COP 124.990.000 en su versión Techno, y COP 133.500.000 para el
Renault Arkana Esprit Alpine.

IVA a los carros híbridos: incoherencia de la transición energética.

El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Hacienda, reveló en días recientes su intención de desmontar uno de los beneficios que tienen hoy día los carros híbridos en Colombia.

Así, si prospera una iniciativa que haría parte del proyecto de reforma tributaria que el Ministerio de Hacienda presentará ante el Congreso de la República, los carros híbridos pasarían de pagar un IVA del 5% actualmente, a cancelar la tarifa general del 19%.

La idea ya ha recibido críticas por parte de voceros del sector y de expertos en los temas económicos que ven ene ella una intención de recaudo que si bien en teoría podría generar mayores recursos con el aumento de la tarifa, al final del día provocaría una disminución en las ventas, no sólo de los carros con tecnología híbrida, sino en general en las ventas del sector, que apenas comienza a tener síntomas leves de recuperación tras más de año y medio de caída constante en sus indicadores comerciales. Y esta caída significaría también menos recaudo de impuestos y otras tarifas que el sector aporta de manera considerable al presupuesto tributario del país.

Hasta el pasado mes de agosto las ventas de carros híbridos en Colombia sumaron 24.296 unidades nuevas, un crecimiento del 42% frente al mes de agosto de 2023. Esta cifra significa un poco más del 20% de la venta total de carro de Colombia en lo que va del año por 118.160 unidades, de acuerdo con el reporte mensual conjunto de Fenalco y Andi.

Además, se trata de una medida que podría golpear una de las políticas más publicitadas de la actual administración del Ejecutivo Nacional: la transición energética.

Uno de los argumentos del Ministerio de Hacienda para proponer el desmonte del beneficio es que realmente los carros híbridos no tienen un aporte significativo en el objetivo de reducir el impacto del uso de combustibles fósiles en el transporte, pero sí reciben beneficios como si así fuera.

En gracia de discusión, esto podría ser parcialmente cierto, pero solo si se refiere a los vehículos con tecnología de hibridación ligera, o microhíbridos. Estos autos tienen una batería sí, pero de máximo 48 voltios que realmente lo que hace es aportar energía y potencia extra cuando el vehículo arranca o en condiciones especiales de aceleración. Además esta energía apoya a sistemas auxiliares del carro, pero el peso de mover el vehículo sigue recayendo sobre el motor de combustión. Incluso el mismo sector automotor en Colombia se encuentra en un análisis y debate para concertar que los beneficios a este tipo de vehículos sean menores que los de los híbridos totales o híbridos enchufables.

Los modelos con tecnología de hibridación completa sí pueden generar un mayor impacto positivo en la reducción de emisión de gases contaminante y material particulado en cerca de un 80 por ciento menos, gracias a que consumen menos combustible por el aporte que entrega la operación del motor eléctrico integrado en la operación del automotor.

En la lógica del Ministerio, eliminar el beneficio del IVA a los carros híbridos debe impulsar la compra de vehículos eléctricos que sí contarían con esta gabela tributaria en su adquisición. Sin embargo no es tan fácil que aún en la cultura automotriz colombiana la elección de un carro eléctrico sea tan simple. Factores como el precio de adquisición, el aún desconocimiento existente sobre las ventajas de estos carros y mitos que persisten, y, de manera especial, la infraestructura para las recargas tanto de manera privada como pública que avanza pero aún es pequeña generan incertidumbre sobre una decisión.

Los carros híbridos se han convertido en un estadio previo para los consumidores que atraídos por las ventajas tanto tributarias, como los beneficios ambientales y sociales que pueden generar, buscan acceder a una movilidad más sostenible pero no se arriesgan aún con el modo 100% eléctrico.

La propuesta del IVA del 19% a los híbridos sería una incoherencia frente al objetivo de avanzar en una movilidad más sostenible.

Industria automotriz no necesita restricciones al comercio, necesita estímulos para fortalecerse.

El sector automotor y la industria automotriz fueron sorprendidos en días recientes con la noticia que daba cuenta del anuncio del gobierno nacional, a través del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, de solicitar la suspensión o no renovación del Acuerdo de Complementación Económica con Brasil en lo referente al comercio de vehículos automotores sin el pago de arancel.

“Manifiesto el interés de la República de Colombia de no continuar aplicando el Entendimiento celebrado entre los Gobiernos de la República Federativa de Brasil y la República de Colombia sobre la profundización de preferencias arancelarias bilaterales en el sector automotor”, esas fueron las palabras textuales expresadas por el Ministro Luis Carlos Reyes en la carta enviada al Comité de Administración del Acuerdo de Complementación y que anuncia de manera oficial la decisión de no continuar con el mismo.

Hoy, en virtud de este acuerdo, suscrito en 2017 11 marcas importan a Colombia poco más de 30 modelos de vehículos que, de acuerdo con los cupos establecidos, llegan sin el pago de este impuesto. El desarrollo del ACE entre Colombia y Brasil estableció cupos para la importación 0 arancel y en la actualidad este cupo es de 50.000 vehículos. Esta medida ha facilitado que modelos de Renault, Fiat, Jeep, Ram, Honda, Chevrolet, Citroën, Peugeot, Hyundai, Toyota y Volkswagen ingresen al mercado automotor colombiano ampliando la oferta en diferentes categorías.

Sin embargo, y de acuerdo con los motivos expuestos por el gobierno nacional, este acuerdo sufre un fuerte desbalance, en el que Brasil hoy ha aprovechado con amplio volumen su posibilidad de exportar a Colombia y representa cerca del 30 por ciento del origen de los vehículos que se venden en los concesionarios del país; Colombia no ha podido aprovechar las ventajas y el comercio automotor es prácticamente nulo.

Señalan desde el Ministerio que uno de los factores que imposibilita ese comercio verdaderamente binacional es la aplicación de unas medidas paraarancelarias y técnicas a la importación de vehículos por parte de Brasil que hoy los modelos colombianos no han podido cumplir.

Además, detrás de la decisión de Colombia, también, señala el ministro Luis Carlos Reyes, está la intención de estimular y fortalecer la producción industrial local automotriz. “La idea es dinamizar la industria local y, además, llevarla a ser una industria fuerte en términos de exportación. Esto a diferencia de políticas industriales del pasado que buscaban alejar al mercado nacional, de manera casi indefinida, de la competencia extranjera”.

Y bajo esta idea señala además la intención de impulsar y “retener en Colombia el potencial de producción nacional de vehículos eléctricos con calidad de exportación».

Buenas intenciones

“De buenas intenciones se ha empedrado el camino al infierno”, es una frase muy popular y que podría caber aquí para el análisis de la decisión del Gobierno Nacional que busca reactivar la industria automotriz.

Si bien de entrada puede parecer prudente restringir vía impuestos el ingreso de productos a un país para darle más juego a la producción local de ese mismo producto, también es cierto que ésta no va a reaccionar solo porque se limite la oferta de importados. Para su dinamismo la producción y ensamble local requiere de unas condiciones de mercado que la viabilidad de las inversiones que los fabricantes deben hacer en modernización, actualización o recomposición de sus líneas de montaje, el fortalecimiento y expansión de red comercial y de servicio, la adquisición y garantía de existencia de partes y piezas de recambio, los apoyos financieros a potenciales compradores, la labor comercial y de mercadeo, entre otros aspectos. Y en la actualidad y desde hace cerca de dos años el mercado se encuentra en una situación de contracción en sus ventas y matrículas. Y pese a los insistentes llamados de la industria no son claros aún los mecanismos de apoyo a una reactivación, y especialmente el clima de certidumbre que debe fundamentar cualquier decisión de los compradores para realizar una inversión de sus recursos en un bien durable como es el vehículo.

Una restricción a la entrada de vehículos puede generar por el contrario, que sin un mercado suficientemente dinámico y en un clima en el que la confianza del consumidor no se fortalezca, volvamos, tal y como lo advierte la Asociación de Concesionarios Automotrices, Aconauto, a los años en que la sustitución de importaciones no generó mayor competitividad y sí mayores restricciones al acceso a vehículos. “El país ya probó el proteccionismo como política económica de estado al implementar durante los años 80 el modelo cepalino de sustitución de importaciones y con resultados nefastos: incremento astronómico de los precios, atraso tecnológico y concentración del mercado automotor en muy pocas manos”, comentó el presidente del gremio Pedro Nel Quijano.

Eléctricos, pero a largo plazo

El fomento a la producción local tendría un énfasis especial en los modelos eléctricos, señaló ante diversos medios de comunicación el ministro de Comercio para justificar la decisión de solicitar el fin del ACE con Brasil. Sin embargo lograr que las firmas automotrices internacionales miren a Colombia como una región adecuada para instalar fábricas de vehículos eléctricos requiere, en primer lugar, que el mercado interno sea lo suficientemente robusto y desarrollado en este tipo de vehículos como para instalar una fábrica aquí.

Y por ahora, aunque Colombia ha sido uno de los países abanderados en la región en el impulso a los vehículos eléctricos, son poco más de 13 mil carros eléctricos matriculados en Colombia desde 2019, de acuerdo con las cifras que tiene Andemos a partir de los informes del RUNT. En promedio cada año en Colombia se matriculan 2.290 vehículos eléctricos, una cifra muy baja para las capacidades que requiere una instalación fabril. Y los mercados externos de la región tampoco son tan fuertes en el desarrollo de este tipo de movilidad. La consolidación de un ecosistema de movilidad eléctrica en Colombia es una tarea de largo aliento y suena aún muy precipitado pensar que fábricas de carros eléctricos para Colombia y sus mercados vecinos.

Quizá, antes que pensar en restricciones al comercio automotor en un entorno y una industria totalmente globalizada, el camino podría ser desarrollar una estrategia que a partir de reducción de algunos impuestos, de renovación de parque automotor por modelos más seguros y ambientalmente más eficientes, de incentivo para la compra de modelos de nuevas energías, de inversión en infraestructura de vías y a propiciar las condiciones logísticas, financieras y de estabilidad para también avanzar en más exportaciones entre otros elementos, conduzca a una reactivación de la demanda interna, al fortalecimiento del ensamble actual, la posibilidad de desarrollar más mercados de exportación e incentivar en el mediano y largo plazo la llegada de nuevas inversiones que se traduzcan en empleos de calidad, ingresos y recursos fiscales para el país.