Que las altas temperaturas no «quemen» su carro.

imagen: klipartz.com

Cuando se  habla de los diversos sistemas que conforman un automóvil y permiten su funcionamiento de manera adecuada, es importante destacar el papel que cumple el sistema de refrigeración.

Este sistema desempeña un papel vital, manteniendo el motor a una temperatura óptima para su correcto rendimiento. El motor produce una gran cantidad de calor debido a la combustión interna y el rozamiento de las piezas móviles. Si el motor se calienta demasiado, puede dañarse de manera irreversible y deigual forma si lo hace muy frio.

 El sistema de refrigeración de un vehículo está conformado por una serie de componentes que al trabajar de manera coordinada permiten disipar las altas temperaturas y brindan un rendimiento efectivo al vehículo en su conducción. Estos componentes son:

1.            Radiador: es la pieza principal de todo este sistema. Está compuesto por un conjunto de tubos y aletas que permiten disipar el calor que absorbe el líquido refrigerante. Un elemento tambien muy importante de este es su tapa. Se encarga de mantener fija la presion del sistema, para elevar el punto de ebullicion del refrigerante y mejorar asi la trasferencia del calor desde el motor. Casi siempre es la primera causa de fallas en los sistemas de refrigeracion.

2.            Bomba de agua: esta pieza se encarga de hacer circular el líquido refrigerante a través del motor y el radiador. La bomba de agua es impulsada por una correa que va conectada al motor.

3.            Termostato: se trata de una válvula que regula el flujo del líquido refrigerante hacia el radiador. Le permite a motor alcanzar rapidamente su temperatura de operacion cuando esta frio y luego de ello permanece abierto. Es importante nunca quitar esta pieza del sistema. Esta era una práctica común de algunos “mecánicos” en el pasado con el supuesto de que esta pieza era la que ocasionaba fallas en el sistema.

4.            Ventilador: algunos vehículos cuentan con un ventilador eléctrico o mecánico que ayuda a enfriar el radiador cuando la velocidad del vehículo es baja o cuando el motor se encuentra detenido.

5.            Mangueras y conductos: estos elementos conectan los diferentes componentes del sistema de refrigeración y permiten el flujo del líquido refrigerante.

Si estas piezas se encuentran en buen estado y funcionando de manera correcta, el sistema hara que el líquido refrigerante, generalmente una mezcla de agua y anticongelante, circule por el motor, absorbiendo el calor generado durante la combustión y el funcionamiento del vehículo. A medida que el líquido caliente fluye a través de los conductos, llega al radiador donde las aletas y el flujo de aire lo enfrían. Luego, el líquido refrigerante vuelve al motor para repetir el proceso.

El sistema de refrigeración es esencial para evitar el sobrecalentamiento del motor. Un motor que se calienta demasiado puede sufrir daños graves e incluso requerir reparaciones costosas o su sustitución.

También un motor que opera a altas temperaturas tiene un rendimiento inferior y puede consumir más combustible. Por lo tanto, mantener el sistema de refrigeración en buen estado es crucial para la durabilidad y eficiencia del vehículo.

Para evitar daños en el sistema de refrigeración del carro, es importante tener una rutina de mantenimientos preventivos que eviten al máximo esa posibilidad. Entre estos se recomienda

1.            Nivel y calidad del líquido refrigerante: verifique de manera periódica el nivel del líquido refrigerante y asegúrese de que esté en el nivel adecuado. También es importante comprobar la calidad del líquido refrigerante y reemplazarlo según las recomendaciones del fabricante. Nunca rellenar el sistema con agua.

2.            Inspección visual: con el cambio del líquido también es importante revisar las mangueras y los conductos en busca de signos de desgaste, fugas o daños. Si encuentra algún problema, proceda a reemplazar la pieza.

3.            Mantenimiento del radiador: es importante hacer una limpieza del radiador regularmente para eliminar el polvo, insectos u otros residuos que puedan obstruir las aletas y reducir la capacidad de enfriamiento.

4.            Correa de la bomba de agua: verifique el estado y la tensión de la correa que impulsa la bomba de agua. Si está desgastada o demasiado floja, debe reemplazarse.

5.            Programa de mantenimiento regular: siga el programa de mantenimiento recomendado por el fabricante del vehículo. Esto puede incluir la revisión y limpieza del sistema de refrigeración en intervalos específicos.

Por ultimo y muy importante LA SEGURIDAD: Nunca destape ni quite un elemento del sistema de refrigeracion mientras este caliente. Este se encuenta a muy alta presion, y al destaparlo convertirse en vapor podria ocasionarle graves heridas.

El sistema de control de estabilidad: Un aliado para la seguridad en la vía.

Cuando se trata de la seguridad vial, hay una serie de tecnologías automotrices que desempeñan un papel crucial en la protección de los conductores y sus pasajeros. Una de estas tecnologías es el sistema de control de estabilidad, una característica clave que ha demostrado ser vital en la prevención de accidentes y la mejora de la seguridad en nuestras carreteras.

Aún en Colombia la implementación de esta tecnología no es obligatoria para los vehículos que se venden por parte de las diferentes marcas, pero cada vez se encuentra más modelos y en diferentes segmentos que lo equipan y se convierte en un factor que los compradores analizan de forma consciente al evaluar los aspectos de seguridad de su futuro carro.

¿Qué es el sistema de control de estabilidad?

El sistema de control de estabilidad, también conocido como ESC por sus siglas en inglés (Electronic Stability Control), es una tecnología diseñada para mejorar la estabilidad y el manejo del vehículo, especialmente en situaciones de emergencia. Su principal objetivo es evitar que el vehículo patine o derrape, permitiendo al conductor mantener un mayor control sobre el automóvil, incluso en condiciones adversas.

Para cumplir con su función y ofrecer una respuesta oportuna y efectiva, el sistema de control de estabilidad utiliza una combinación de sensores, actuadores y una unidad de control electrónica para monitorear constantemente la dirección del vehículo, la velocidad de cada rueda, el ángulo de giro del volante y otros parámetros de marcha importantes. Si el sistema detecta que el vehículo está perdiendo tracción o está a punto de perder el control, intervendrá automáticamente para corregir la situación.

En esta intervención el Sistema de Control de Estabilidad puede aplicar los frenos individualmente en cada rueda y ajustar la distribución de la potencia del motor para contrarrestar el deslizamiento o el derrape. Además, en algunos casos, puede reducir la potencia del motor para ayudar a estabilizar el vehículo. Estas acciones rápidas y precisas ayudan a evitar que el automóvil se salga de control y reduce el riesgo de accidentes.

Importancia para la seguridad vial:

El sistema de control de estabilidad es de vital importancia para la seguridad vial, ya que ayuda a prevenir accidentes causados por pérdida de control del vehículo.. Este sistema es particularmente útil en situaciones como curvas pronunciadas, frenadas bruscas, superficies resbaladizas o maniobras evasivas repentinas.

El sistema de control de estabilidad se compone de varios elementos clave que trabajan en conjunto para garantizar su funcionamiento eficiente. Estos elementos incluyen:

Sensores: Recopilan información sobre la velocidad de las ruedas, el ángulo de giro del volante, la posición del acelerador y otros datos relevantes.

Actuadores: Son responsables de aplicar los frenos individualmente en cada rueda y ajustar la distribución de la potencia del motor.

Unidad de control electrónica (ECU): Recopila y procesa los datos de los sensores, y toma decisiones rápidas para corregir el deslizamiento o el derrape.

Como cuidarlo y garantizar su efectividad

Como todos los sistemas del carro, el mantenimiento preventivo y los cuidados en su uso son factores claves para que puedan cumplir de manera efectiva su labor de protección y seguridad vial. En este sentido es importante tener en cuenta algunas recomendaciones: 

  • Mantenga las llantas en buen estado: las llantas desgastadas o en mal estado pueden afectar negativamente el rendimiento del sistema de control de estabilidad. Asegúrese de revisar regularmente la presión de los neumáticos y reemplazarlos cuando sea necesario.
  • Realice el mantenimiento adecuado de los frenos: los frenos en buen estado son esenciales para el funcionamiento óptimo del sistema de control de estabilidad. Haga inspeccionar los frenos y que las labores de mantenimiento sean realizadas por un profesional.
  • Verifique las actualizaciones del software: En algunos casos, los fabricantes de automóviles pueden lanzar actualizaciones de software para mejorar la funcionalidad del sistema de control de estabilidad. Mantente al tanto de estas actualizaciones y asegúrate de que tu vehículo esté actualizado.

ABS, parar el carro sin riesgos.

El sistema ABS es un sistema de frenado desarrollado con el objetivo de evitar el bloqueo de las ruedas durante el frenado de emergencia, brusco o en superficies de baja adherencia. Tradicionalmente, cuando se aplicaba una presión excesiva al pedal del freno, las ruedas podían bloquearse y perder la adherencia al piso, lo que resultaba en la pérdida de tracción y control del vehículo. Para su operación de manera eficiente, el sistema ABS utiliza sensores ubicados en cada rueda que en milisegundos realizan monitoreos constantes de su velocidad de rotación. Cuando el sistema detecta que una o más ruedas comienzan a deslizar, interviene automáticamente para modular la presión de frenado individual en cada rueda hata que retornen a una condicion normal.

La función principal del sistema ABS es permitir que las ruedas mantengan una tracción óptima con la superficie de la carretera durante el frenado. Esto significa que el conductor puede seguir dirigiendo la trayectoria del vehículo de manera efectiva y segura mientras avanza en su proceso de detención. Al evitar el bloqueo de las ruedas, el sistema ABS ayuda a reducir la distancia de frenado y mejora el control del vehículo, especialmente en condiciones de carretera resbaladiza o durante maniobras de frenado repentinas.

El sistema ABS es esencial para la seguridad de los ocupantes del vehículo debido a que proporciona un mayor control y estabilidad durante las frenadas de emergencia. Al permitir que las ruedas sigan girando y evitando el bloqueo, el sistema ABS ayuda a prevenir derrapes o situaciones como el acuaplaneo, lo que reduce el riesgo de accidentes al mantener la estabilidad direccional del vehículo. Además, el sistema ABS permite al conductor maniobrar para evitar obstáculos sin perder el control del vehículo.

Para garantizar un funcionamiento adecuado del sistema ABS, es importante llevar a cabo un mantenimiento preventivo regular. Aunque el sistema ABS está diseñado para ser confiable, se recomienda realizar inspecciones periódicas por parte de un mecánico calificado. Algunos aspectos del mantenimiento preventivo incluyen:

  • Verificación de los sensores ABS: Los sensores del sistema ABS pueden ensuciarse o dañarse. Es importante inspeccionar y limpiar regularmente los sensores para asegurarse de que funcionen correctamente.
  • Inspección de las conexiones eléctricas: Verificar que las conexiones eléctricas del sistema ABS estén limpias y ajustadas. Los cables sueltos o corroídos pueden afectar el rendimiento del sistema.
  • Mantenimiento adecuado de los frenos: Un mantenimiento adecuado de los frenos, que incluya la inspección regular de las pastillas y discos de freno, es fundamental para un funcionamiento óptimo del sistema ABS.
  • Verificación del líquido de frenos: El nivel y la calidad del líquido de frenos deben ser inspeccionados regularmente.

Cada vez que se enciende el vehiculo hace un chequeo de sus sistemas y verifica su correcto funcionamiento. En algunas ocasiones puede permanecer la luz amarilla de ABS encendida. Aunque los frenos funcionaran, pues esta no indica una falla en el sistema hidraulico de freanado, se recomienda visitar en el menor tiempo posible un taller especializado para encontrar la falla. Normalmente requerirá la conexion de un escaner que indicara exactamente la falla que se esta presentando.

Tracción: la ciencia de hacer mover el carro.

Cada día, al encender su vehículo se desarrolla un proceso en el que intervienen un gran número de piezas y partes, mecánicas, eléctricas y electrónicas que tienen como única finalidad darle movimiento al vehículo para permitir el desplazamiento.

Todos esos procesos que se desatan con el giro de la llave o al oprimir el botón de encendido buscan que desde el motor se inicie el movimiento que finalmente se transmitirá a las ruedas para que el carro comience su marcha. Desde allí comienza lo que conocemos como tracción. En pocas palabras, la tracción se refiere a la transferencia de energía desde el motor de un automóvil hacia las ruedas que lo impulsan.

La función principal de la tracción es permitir que el vehículo se mueva y se desplace de manera eficiente. Cuando el motor genera potencia, esta se transmite a través del sistema de transmisión hacia las ruedas. La tracción es responsable de convertir esa potencia en movimiento, permitiendo que el vehículo avance.

La tracción juega un papel fundamental en el desempeño de un vehículo, ya que influye en su capacidad para acelerar, mantener la estabilidad en curvas y sortear obstáculos. Cuando el carro tiene una buena tracción mejora la capacidad de frenado y evita que las ruedas patinen en superficies resbaladizas como la lluvia o el hielo.

Existen diferentes tipos de tracción en los vehículos, siendo los más comunes:

1.            Tracción delantera (FWD): En este sistema, la potencia del motor se transmite a las ruedas delanteras. Es el tipo de tracción más común en los automóviles de pasajeros debido a su eficiencia y costo de producción. La tracción delantera proporciona una buena economía de combustible y un manejo estable en condiciones normales de conducción.

2.            Tracción trasera (RWD): En este caso, la potencia se transmite a las ruedas traseras. Históricamente, la tracción trasera ha sido la más utilizada en vehículos deportivos y de alta gama. Proporciona una mejor distribución del peso y un mejor manejo en condiciones de alta potencia o sobre terrenos difíciles.

3.            Tracción en las cuatro ruedas (AWD/4WD): Este tipo de tracción envía la potencia del motor a todas las ruedas del vehículo de manera continua o según sea necesario. Proporciona una mejor tracción en terrenos difíciles, condiciones climáticas adversas y superficies resbaladizas. Algunos sistemas AWD/4WD permiten al conductor seleccionar diferentes modos de tracción según las condiciones de conducción.

Independientemente del tipo de tracción que tenga tu vehículo, es importante realizar un mantenimiento preventivo adecuado de varios elementos y sistemas para garantizar su óptimo funcionamiento.

1.            Cambio regular del aceite de la transmisión: El aceite de la transmisión es esencial para lubricar y proteger los componentes del sistema de transmisión. Sigue las recomendaciones del fabricante sobre el intervalo de cambio de aceite.

2.            Revisión de los componentes de tracción: Verifica periódicamente el estado de los ejes de transmisión, las juntas homocinéticas y los diferenciales. Si detectas algún ruido, vibración o desgaste inusual, acude a un taller especializado para su revisión.

3.            Mantenimiento de los neumáticos: Los neumáticos desgastados o en mal estado pueden afectar negativamente la tracción. Es necesario mantener una presión de aire adecuada y realiza rotaciones periódicas de los neumáticos para asegurar un buen apoyo sobre el pavimento o la superficie sobre la que esté rodando el vehículo.

Sistema de dirección del carro: ir por donde debe y de manera segura.

El sistema de dirección en el carro es el que permite controlar la ruta que debe tomar el vehículo al transmitir los movimientos que el conductor realiza con el volante a las ruedas, permitiendo así orientar y dirigir el carro de manera precisa y sin problemas.

Con el desarrollo de la ingeniería automotriz y la fabricación de los autos se han implementado también varios tipos de sistemas de dirección, siendo los más comunes el sistema de dirección mecánica, el sistema de dirección asistida hidráulica y el sistema de dirección asistida eléctrica.

Sistema de dirección mecánica: es el más básico y se basa en una columna de dirección que conecta el volante con una caja de dirección. Al girar el volante, se transmiten los movimientos a través de una serie de barras y pivotes hasta las ruedas delanteras, lo que permite el cambio de dirección del automóvil. Este sistema es robusto y no requiere de mantenimiento especializado, pero puede ser más difícil de maniobrar en comparación con los sistemas asistidos.

Sistema de dirección asistida hidráulica: utiliza una bomba hidráulica que ayuda a reducir el esfuerzo necesario para girar el volante. La bomba hidráulica suministra presión de fluido a un cilindro de dirección, lo que facilita los movimientos del volante. Este sistema ofrece una mayor comodidad al conductor y reduce la fatiga en la conducción. Para su mantenimiento, se recomienda verificar regularmente el nivel y la calidad del fluido de dirección asistida, y reemplazarlo según las recomendaciones del fabricante.

Sistema de dirección asistida eléctrica: funciona mediante un motor eléctrico que asiste al conductor en el giro del volante. Este sistema es más eficiente en términos de consumo de energía y ofrece una mayor flexibilidad en cuanto a las características de asistencia, que pueden ajustarse según las preferencias del conductor. El mantenimiento preventivo para este sistema suele incluir la inspección periódica de los componentes eléctricos y el control del nivel de fluido en caso de que el sistema cuente con una bomba hidráulica auxiliar.

El mantenimiento preventivo básico

En cuanto al mantenimiento preventivo general del sistema de dirección de un automóvil, es importante realizar inspecciones periódicas de los componentes, especialmente las juntas, barras y pivotes de dirección, para detectar posibles desgastes o daños. Además, se debe prestar atención a cualquier vibración o ruido anormal al girar el volante, ya que puede indicar un problema en el sistema de dirección. También es recomendable revisar regularmente el equilibrio y la presión de los neumáticos, ya que un desgaste irregular o una presión inadecuada pueden afectar la estabilidad y el funcionamiento del sistema de dirección.