Las plumillas limpiaparabrisas: clave para una conducción segura.

Cuando se habla de los diferentes elementos que hacen parte del carro se piensa en aquellos que cumplen las funciones esenciales que permiten el trabajo esencial del vehículo, desplazarse de un lado a otro como todos los componentes del bloque motor, las llantas y el sistema de tracción, la suspensión, baterías y sistema eléctrico. O también en aquellos que brindan protección y seguridad como frenos o la misma estructura del vehículo.

Pero no siempre se tiene en cuenta otros componentes que también cumplen una función importante pero a veces subestimada, y sin ellos, quizá rodar en las calles, especialmente en épocas de invierno y lluvias, no sería tan seguro. Se trata de las plumillas limpiaparabrisas.

Las plumillas limpiaparabrisas son un componente crítico para una conducción segura. Mantienen una visión clara del camino, lo que es esencial para evitar accidentes. En condiciones climáticas adversas, como lluvia intensa o nieve, la visibilidad puede disminuir rápidamente si las plumillas no funcionan correctamente. Esto aumenta el riesgo de colisiones y hace que las plumillas sean un elemento de seguridad no negociable.

Como en muchos elementos que componen el vehículo o que contribuyen para una conducción segura sus orígenes se deben buscar en los primeros años de los automóviles, pero su desarrollo y evolución más importante se da varias décadas después. En el caso de las plumillas, la historia de los carros señala que a finales del siglo XIX una mujer, Mary Anderson, desarrollo un dispositivo que consistía en una palanca y una cuchilla de goma que se operaba manualmente. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 que se introdujo el diseño fundamental de plumilla limpiaparabrisas que se conoce y utiliza en la actualidad. Estas plumillas se componen de una hoja de goma de alto rendimiento montada en un brazo que se mueve de lado a lado, eliminando la lluvia, la nieve y otros desechos del parabrisas de manera efectiva.

Funcionamiento de las Plumillas

Pero las plumillas limpiaparabrisas que hoy día se instalan en los vehículos son mucho más que simples hojas de goma. Están diseñadas para operar eficientemente en una variedad de condiciones climáticas, desde lluvias ligeras hasta tormentas intensas. Utilizan un motor eléctrico para mover el brazo de la plumilla en un patrón oscilante, barriendo el agua y otros desechos hacia los lados del parabrisas y fuera del campo de visión del conductor. Algunos modelos más avanzados incluso ajustan la velocidad y la presión en función de la cantidad de lluvia detectada por sensores. Y no tienen que esperar que sea la voluntad del conductor la que las ponga en funcionamiento, esos mismos sensores posibilitan que una vez se detecta la lluvia golpeando sobre el parabrisas se activen como factor de seguridad permitiendo la visibilidad.

Las hojas de goma de las plumillas limpiaparabrisas modernas están hechas de compuestos de caucho de alta calidad, como el caucho de silicona o el caucho de grafito. Estos materiales son resistentes a la abrasión y las fluctuaciones de temperatura, lo que prolonga la vida útil de las plumillas y mejora su rendimiento.

Mantenimiento y Reemplazo

El mantenimiento adecuado de las plumillas limpiaparabrisas es esencial para garantizar su eficacia. Deben limpiarse regularmente con un paño húmedo y limpiadores específicos para mantener la goma en buen estado. Además, es fundamental reemplazar las plumillas desgastadas o dañadas a tiempo. Como regla general, se recomienda cambiar las plumillas cada 12 meses o cuando muestren signos evidentes de desgaste, como rayas, saltos o falta de limpieza efectiva.

El octanaje, la medida que debe conocer para tanquear bien el carro.

imagen: klipart.com

Siempre que entramos a una estación de servicio, a una bomba de gasolina, la pregunta del encargado de surtir el combustible es “corriente o extra”, para referirse al tipo de combustible que queremos cargar en el tanque del vehículo.

Y aunque en el imaginario popular la diferencia entre una y otra se refiere a la calidad del combustible, lo que también se refleja en precio; la realidad es mucho más profunda, porque si bien una y otra pueden ser de buena calidad, lo realmente importante es si el combustible elegido es el ideal para un funcionamiento óptimo y eficiente del carro.

Ambas son de calidad, ¿entonces cuál es la diferencia?

La elección que realmente permita tanquear con el combustible adecuado debe estar basada en la medida del octanaje.  El octanaje de los combustibles es una especificación técnica crucial que todos los propietarios de vehículos deben entender para garantizar un rendimiento óptimo de sus motores.

Hablar de octanaje en un tipo de combustible es referirse a la capacidad antidetonante del mismo, es decir, su resistencia a la detonación prematura en el motor cuando se desarrolla el proceso de combustión en las cámaras. Esta medición se expresa mediante un número, el octano, que se utiliza para calificar la calidad del combustible. Un combustible con un alto octanaje tiene una mayor resistencia a la detonación, mientras que uno con bajo octanaje es más propenso a la detonación temprana.

¿Un combustible alto nivel de octanos es bueno, y uno con bajo nivel de octanos es malo? No. Lo que puede ser malo para el ideal funcionamiento del carro es elegir de manera incorrecta el tipo de combustible que requiere el automotor.

En Colombia la regla general es que la denominada gasolina corriente esta en el orden de los 87 octanos. Por su parte los comercializadores de combustibles hablan de gasolina extra cuando está tiene una medida a partir de los 92 octanos.

El desempeño del motor

El octanaje influye en el desempeño de un automóvil de varias maneras. Los motores de alto rendimiento o con relaciones de compresión más altas- es decir de 9.5:1 o más- suelen requerir combustibles de mayor octanaje para evitar la detonación prematura. Utilizar el octanaje correcto garantiza una combustión suave y eficiente, lo que se traduce en un mejor rendimiento, mayor potencia y un menor consumo de combustible.

Cuando se usa un combustible de bajo octanaje en un motor que requiere un octanaje más alto, se experimenta una pérdida de potencia al momento de conducir, un aumento en las emisiones y un rendimiento deficiente en general. El motor puede experimentar sacudidas y ruidos anormales debido a la detonación. Utilizar un combustible con un octanaje incorrecto puede tener consecuencias negativas, como la detonación del motor, también conocida como «golpeteo o cascabeleo». Esto puede dañar seriamente el motor y reducir su vida útil.

Pero tampoco es recomendable utilizar un combustible con un alto nivel de octanaje, si el fabricante no lo exige porque el diseño y tipo de motor no lo requieren, aunque muchos piensen que esto beneficiará al vehículo. Al cargar gasolina de alto octanaje en este tipo de motores, el propietario del vehículo lo que hará es gastar de manera innecesaria más dinero en combustible sin obtener beneficios adicionales apreciables en el rendimiento, el desempeño o la eficiencia; y puede sí, afectar el presupuesto destinado a la operación y mantenimiento del vehículo en el largo plazo.

Al momento de comprar un carro, nuevo o usado, pregunte o investigue en el manual, con otros usuarios o expertos en temas técnicos automotrices, como nuestro equipo de Autotest, cuál es el tipo de gasolina recomendada para ese vehículo y siempre tanquee en estaciones de servicio confiables en la que entregarán el producto adecuado y en la medida correcta.

Poer ultimo, no reemplace la gasolina extra con aditivos. Normalmente la mejora del octanaje esta ligada al uso de cantidades importantes de ellos, lo que los hace practicamente antieconomicos. en otros casos, sus propiedades mejoradoras, provienen del uso de productos derivados de metales, que al consumirse, terminan depositados en los catalizadores y causandoles deños graves y permanentes.

Relaciones de caja en el carro.

Cuando se trata de entender cómo funciona un vehículo, es crucial conocer las relaciones de caja, un elemento fundamental en la transmisión que influye en la potencia, el torque y la eficiencia del automóvil. En esta oportunidad, aquí en Autotest queremos explicar de una manera sencilla qué son las relaciones de caja, su función y cómo influyen en el rendimiento general del carro.

¿Qué son las relaciones de caja?

Las relaciones de caja, también conocidas como marchas o velocidades, son un conjunto de engranajes que se encuentran dentro de la caja de cambios de todos los vehículos. Cada relación representa una configuración específica de engranajes que permite adaptar la transmisión según las necesidades de conducción y el terreno.

La importancia de las relaciones de caja

Las relaciones de caja cumplen varias funciones esenciales:

1.            Proporcionar versatilidad de conducción: al cambiar entre diferentes relaciones de caja, el vehículo puede ajustarse para conducir a diferentes velocidades y condiciones de la carretera.

2.            Optimizar la eficiencia del motor: las relaciones de caja permiten que el motor opere en su rango de revoluciones más eficiente, lo que contribuye a un mejor consumo de combustible y una menor emisión de gases contaminantes.

3.            Mejorar el rendimiento: al ajustar las relaciones, se puede obtener una mejor aceleración o velocidad máxima según las preferencias y necesidades del conductor.

¿Cómo funcionan las relaciones de caja?

Para explicar un poco el mecanismo y la forma como operan las relaciones de caja, se puede utilizar el símil de una bicicleta de múltiples velocidades, donde cada marcha representa un tamaño de engranaje diferente. Cuando se cambia la relación también se cambia la velocidad a la que las ruedas se mueven con respecto a las revoluciones del motor.

Las relaciones de caja influyen directamente en la potencia y el torque del vehículo. El torque es la fuerza que impulsa las ruedas para mover el automóvil, mientras que la potencia representa la rapidez con la que ese trabajo se realiza. Las relaciones de caja permiten que el motor entregue su máxima potencia en diferentes situaciones.

En marchas bajas, como primera y segunda, se obtiene más torque para superar obstáculos, realizar maniobras a bajas velocidades, iniciar la marcha o enfrentar el ascenso de pendientes. Por otro lado, una relación más alta, como la quinta marcha, favorece la eficiencia en carretera, ya que reduce la carga en el motor a altas velocidades y contribuye a un consumo de combustible  más contenido.

El sistema eléctrico del carro: pura energía.

Al momento de encender un vehículo,  el sonido del motor en marcha de inmediato, o bueno, casi siempre, llevan al conductor a imaginar el proceso de la gasolina o el diésel llegando a los cilindros y generando todo el proceso de combustión para que el carro pueda rodar.

Sin embargo no todo este proceso se debe única y exclusivamente al trabajo que realiza el combustible en su circuito. Para que el auto pueda caminar, también entran en juego otros sistemas que alimentan de energía diferentes componentes y piezas. Uno de esos sistemas es la red eléctrica del carro.

Aquí en Autotest explicamos de manera simple en que consiste este sistema y cuál es su aporte para que el vehículo cumpla con su función de movilidad de manera precisa y eficiente.

El sistema eléctrico de un vehículo es una red de componentes que se encargan de suministrar, distribuir y controlar la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento óptimo de diversos sistemas y dispositivos dentro del automóvil. Su función es vital, ya que permite la puesta en marcha del motor, la iluminación, la carga de dispositivos electrónicos, la activación de sistemas de seguridad, entre otras cosas.

Son varios los elementos y piezas que conforman esta red y que permiten el cumplimiento cabal de sus funciones. Entre ellas se encuentran:

  • Batería: es la fuente principal de energía del sistema. Almacena electricidad en forma química y la libera cuando se necesita. Proporciona la energía para arrancar el motor y suministra corriente a los dispositivos cuando el motor está apagado.
  • Alternador: una vez que el motor está en marcha, es el alternador el encargado de recargar la batería y suministrar energía a todos los componentes eléctricos mientras el vehículo se desplaza. Además, evita que la batería se descargue durante el funcionamiento del automóvil.
  • Motor de arranque: es responsable de poner en marcha el motor. Utiliza la energía almacenada en la batería para girar el cigüeñal y permitir la combustión del combustible en los cilindros.
  • Fusibles y relés: los fusibles protegen el sistema eléctrico contra sobrecargas, mientras que los relés son interruptores controlados por pequeñas corrientes que activan componentes de alto consumo eléctrico.
  • Cables y conectores: son, las vías por las que la corriente eléctrica fluye entre los distintos componentes.
  • Interruptores y botones: Controlan diversas funciones eléctricas, como las luces, el limpiaparabrisas, las ventanas eléctricas, etc.

Mantenimiento Preventivo del Sistema Eléctrico del Vehículo

Como todos los elementos del carro, el sistema eléctrico también requiere de un mantenimiento preventivo periódico con el fin de garantizar un funcionamiento óptimo y evitar problemas molestos o incluso peligrosos. Estas son algunas recomendaciones que brindamos para este tipo de procedimiento:

  • Inspección visual regular: se debe verificar visualmente el estado de los cables y conectores en busca de signos de corrosión, daños o cables sueltos. También asegurarse que los terminales de la batería estén limpios y ajustados correctamente.
  • Revisión de la batería: comprobar el nivel de electrolito (si es posible), y revisar que no haya grietas o fugas en la carcasa. Igualmente debe verificarse la fecha de fabricación, porque las baterías tienen una vida útil limitada y es aconsejable reemplazarlas antes de que fallen.
  • Prueba del alternador: debe realizarse una prueba del alternador para asegurar que esté cargando correctamente la batería. Si se observan problemas con las luces, el sistema de audio o la batería se descarga frecuentemente, es necesario hacer una revisión.
  • Reemplazo de fusibles defectuosos: si un fusible se quema, debe ser reemplazado por uno del mismo amperaje. Con el apoyo de personal especializado es importante identificar la causa de la sobrecarga para evitar problemas recurrentes.
  • Cambio de correas: la correa del alternador y la del motor de arranque deben estar en buen estado para garantizar la generación y distribución adecuada de energía eléctrica.
  • Limpieza y lubricación de interruptores y botones: la acumulación de suciedad y la falta de lubricación pueden ocasionar problemas en los sistemas eléctricos controlados por ellos.

Defectos mas comunes en la aplicacion de pinturas automotrices.

imagen: klipartz.com

Una aplicación deficiente de pintura automotriz puede dar lugar a varios defectos estéticos y funcionales en la superficie del vehículo. Aquí están algunos de los principales defectos posibles que pueden ocurrir durante la aplicación de la pintura:

  1. Arañazos y marcas de lijado: Se producen cuando la superficie no se ha preparado adecuadamente antes de aplicar la pintura, dejando partículas de polvo o suciedad que se incrustan en la capa de pintura.
  2. Desprendimiento o descascaramiento: Ocurre cuando la pintura no se adhiere correctamente a la superficie, lo que puede deberse a una mala preparación de la superficie o una incorrecta aplicación del adhesivo.
  3. Burbujas: Pueden formarse debido a la retención de humedad entre las capas de pintura o por aplicar la pintura en condiciones húmedas o con temperaturas extremas.
  4. Pulverización irregular: Se produce cuando la pintura se aplica de manera desigual, dando lugar a zonas con más o menos pintura, lo que afecta la uniformidad del color y el acabado.
  5. Efecto «piel de naranja»: Se refiere a una superficie que presenta una textura similar a la de la piel de una naranja, lo cual puede ocurrir por una mala técnica de pulverización o una viscosidad incorrecta de la pintura.
  6. Color desigual o falta de coincidencia: Si la mezcla del color no se realiza correctamente, es posible que el tono no coincida con la pintura original del automóvil.
  7. Corrimiento o escurrimiento: Ocurre cuando la pintura fluye excesivamente, dejando líneas visibles o acumulaciones de pintura en ciertas áreas.
  8. Polvo o partículas en la pintura: Si hay partículas de polvo u otros contaminantes en la pintura, estos pueden quedar atrapados en la capa de pintura y dar lugar a imperfecciones visibles.
  9. Puntos de hervor: Se forman pequeñas burbujas o puntos en la pintura debido a la liberación de gases atrapados durante el proceso de secado.
  10. Pintura opaca o descolorida: Puede ocurrir si la pintura no se aplica en la cantidad adecuada o si se ha expuesto a condiciones ambientales adversas.
  11. Defectos en la capa transparente: Si la capa transparente (clear coat) no se aplica correctamente o sufre daños durante el proceso, puede dar lugar a un acabado áspero o con manchas.
  12. Imperfecciones del proceso de pulido: Si el pulido final no se realiza correctamente, pueden quedar remolinos, arañazos o áreas con brillo desigual.

Para evitar estos defectos, es esencial seguir las técnicas adecuadas de preparación de superficies, aplicación de pintura y secado. Los profesionales de la industria automotriz suelen utilizar equipos de alta calidad y seguir protocolos precisos para garantizar una aplicación de pintura óptima y obtener un acabado impecable en la superficie del vehículo.