En un artículo anterior hablamos aquí en AUTOTEST del tema de los turbos, específicamente de las diferencias entre los sistemas de doble turbo y aquellos que instalan un sistema denominado twin turbo, y como ambos, con sus diferencias y particularidades ayudan a mejorar la eficiencia del motor.
Hoy continuamos con esta temática y nos referiremos a una tecnología desarrollada también para la turbocompresión y que busca que el motor en su funcionamiento pueda aprovechar en todo momento el máximo aporte que pueden hacer los gases que son expulsados en el proceso de combustión para generar un mayor volumen de aire que alimente la cámara de combustión.
Se trata del turbo de geometría variable.
El turbo de geometría variable es una variante del sistema de turbocompresión tradicional que presenta un inconveniente cuando el vehículo transita en regímenes bajos, a bajar revoluciones. Cuando esto pasa los gases de escape no son expulsados con suficiente fuerza y por ello no pueden mover las turbinas para generar mayor presión y volumen de aire a las cámaras.
Y, por el contrario, cuando se transita a un régimen de altas revoluciones por minuto, la fuerza con la que son expulsados los gases tras el proceso de combustión es tan alta que se activa la válvula de descarga y así una parte de esos gases de escape no llegan a la turbina y por lo tanto la operación del sistema turbo no aprovecha de manera eficiente el potencial que puede tener para inyectar mayor volumen de aire y hacer más eficiente la combustión de la mezcla.
Con su diseño, el turbo de geometría variable pretende mitigar estos efectos y generar un trabajo constante en el aprovechamiento del potencial de los gases de escape para obtener una mayor eficiencia dinámica del automotor.
¿Cómo lo hace?
A través de la modificación de la entrada de las turbinas. Cuando el vehículo circula a bajas revoluciones esta sección de entrada se hace más pequeña, y con esto lo que se logra es que los gases de escape al tener que pasar por una entrada de menor dimensión deban hacerlo a una mayor velocidad y con esta velocidad pueden así mover las turbinas y generar la presión adecuada para que ingrese aire a la cámara de combustión. Cuando se presenta la situación contraria, es decir, el carro está rodando en un régimen de altas revoluciones, la sección de paso de los gases en la turbina se amplía y con eso la velocidad de entrada de los gases disminuye permitiendo que el mayor porcentaje posible entre y no vaya a la válvula de descarga, para aprovechar así toda la potencia que puedan generar en nuevo aire para alimentar la mezcla de aire y combustible y propiciar una combustión de más alta eficiencia y mejor resultado en el desempeño dinámico del automotor.
El sistemas de turbo de geometría variable se instala en vehículos que utilizan combustible diésel ya que en los vehículos de gasolina la alta temperatura con la que son expulsados estos gases luego del proceso de combustión generaría inconvenientes para su operación.
Una de las características del turbo con geometría variable es su sistema de lubricación que debe ser más eficaz y con cambios de aceite mayores que en un sistema tradicional.