La caja de cambios, más que engranajes.

La caja de cambios, un componente que desempeña un papel esencial para la operación de cualquier vehículo. También conocida como transmisión, es un sistema vital en un automóvil porque permite variar la relación entre la velocidad del motor y las ruedas. Su función principal es adaptar el torque producido por el motor a las necesidades cambiantes del vehículo y del conductor para afrontar los diversos terrenos, las distintas condiciones y las necesidades de conducción en cada momento.

De manera general podemos decir que una caja de cambios está conformada por los siguientes componentes:

1.            Embrague (en las cajas manuales): permite desconectar el motor de la transmision para cambiar de marcha.

2.            Ejes de entrada y salida: transmiten la potencia entre el motor y las ruedas.

3.            Sincronizadores (en cajas manuales): facilitan el cambio suave de marchas al igualar la velocidad de la marcha entrante con la del motor.

4.            Caja de cambios: contiene engranajes y ejes que determinan la relación de marcha.

5.            Convertidor de par (en cajas automáticas): reemplaza el embrague y permite cambios de marcha sin intervención del conductor.

Tipos de Cajas de Cambios

Con el desarrollo de la ingeniería automotriz hoy día se pueden identificar tres tipos de cajas de cambios o transmisiones en los autos que recorren nuestras calles diariamente:

1.            Caja de Cambios Manual: requiere la intervención del conductor para cambiar de marcha, utilizando un embrague. Es apreciada por su control y eficiencia, sin embargo cada dia se usan menos.

2.            Caja de Cambios Automática: en este tipo de caja se hace cambio de marcha automáticamente según las condiciones de conducción. Ofrece comodidad, pero puede ser menos eficiente en términos de consumo de combustible sobre todo si la caja no es una version moderna.

3.            Caja de Cambios Continuamente Variable (CVT): este tipo de caja que está tomando cada vez mayor relevancia entre los fabricantes automotrices se emplea una banda o cadena para proporcionar una relación de marcha continua y suave. Ideal para eficiencia, pero puede carecer de sensación de marcha más deportiva.

Al existir estor tres tipos de cajas de cambios también su operación tiene algunas diferencias, aunque todas se encaminan a la misma función de adaptar el torque del motor a las necesidades de marcha en cada momento

En la caja de cambios manual el conductor usa el pedal de embrague para desconectar el motor, selecciona una marcha con la palanca selectora y luego libera el embrague gradualmente mientras acelera. Este proceso cambia la relación de marcha y controla la velocidad del vehículo.

Por su parte en la caja de cambios automática su sistema detecta automáticamente cuándo cambiar de marcha según la velocidad y la carga del motor. Utiliza un convertidor de par en lugar de un embrague para realizar cambios suaves sin intervención del conductor.

La caja tipo CVT, que también es un tipo de caja automática no tiene marchar fijas. En su lugar, utiliza un sistema de polea y correa para variar continuamente la relación de marcha, con el objetivo de optimizar la eficiencia y la respuesta.

Mantenimiento Preventivo

Tanto las cajas de cambios manuales como automáticas requieren un mantenimiento adecuado. Esto incluye cambios regulares de aceite, inspección de fugas y ajuste del cable del embrague en las cajas manuales. En las automáticas, el cambio de aceite y el reemplazo del filtro son esenciales.

Pero el cuidado preventivo no solo depende de los mantenimientos mecánicos, también la forma de conducción es un factor esencial para darle a la caja de cambios su vida útil indicada y sacar el mejor provecho de sus cualidades y capacidades. Un manejo suave y evitar cambios de marcha innecesarios prolongarán la vida de la caja de cambios. Evitar el sobrecalentamiento, no acelerar bruscamente y no llevar la marcha al límite de revoluciones con frecuencia son buenos hábitos que mantienen la caja de cambios saludable.

Revision de la caja al comprar un vehiculo usado.

Es muy importante la revision de la caja al momento de comprar un vehiculo usado. Ensayela un trayecto suficiente para determinar su correcto funcionamiento. Si presenta golpes a hacer los cambios, si lo hace en forma erratica o si presenta un deslizamiento prolongado: rechacela. Indage tambien por reparaciones o mentenimientos previos a la caja o al embrague si es del caso. Y por ultimo busque en internet; hay marcas y modelos de vehiculos que se caracterizan por tener cajas o transmisiones poco confiables. Cualquier reparacion de ellas, vale un ojo de la cara.

¿Por qué los carros eléctricos no tienen caja de cambios?

Los vehículos eléctricos optan por eliminar las cajas de cambios debido a la naturaleza de su motor eléctrico, que proporciona un par constante desde el principio. Esto simplifica la mecánica y reduce el mantenimiento, contribuyendo a la eficiencia y la durabilidad de los vehículos eléctricos.

El Corazón Eléctrico del Automóvil: el Alternador.

Hace algunas semanas, en este espacio de Autotest explicábamos la importancia y el funcionamiento del sistema eléctrico en el carro. Hoy ahondamos en uno de los componentes más importantes que hacen parte de este sistema eléctrico, se trata del alternador.

El alternador es un generador eléctrico que convierte la energía mecánica en energía eléctrica. Se trata, como lo señalamos unas líneas arriba de un componente esencial del sistema eléctrico de un automóvil y se encarga de generar la corriente necesaria para alimentar todos los dispositivos eléctricos y cargar la batería del vehículo.

En la construcción y conformación  de un alternador se identifican varios elementos que le permiten cumplir su función, el alternador típico está conformado con las siguientes partes:

1.            Rotor: se trata de un elemento giratorio que se encuentra en el interior del alternador y es impulsado por una correa conectada al motor del automóvil.

2.            Estator: se trata de una parte estacionaria que rodea al rotor. Contiene un conjunto de bobinas de alambre de cobre y núcleos de hierro que generan corriente eléctrica cuando el rotor gira.

3.            Rectificador: está conformado por un conjunto de diodos que convierte la corriente alterna generada por el estator en corriente continua, que es la forma de electricidad utilizada por los componentes eléctricos del automóvil.

4.            Regulador de Voltaje: El regulador de voltaje controla la cantidad de energía eléctrica producida por el alternador para garantizar que la batería no se sobrecargue ni se quede sin carga.

El funcionamiento del alternador

Cuando el motor del automóvil gira también hace que gire la polea que conecta el alternador al motor, el giro de la polea transmite su movimiento al rotor generando un campo magnético rotativo en su interior. A medida que el rotor gira creando el campo magnético induce una corriente eléctrica en las bobinas a través del principio de la inducción electromagnética de Faraday.

La corriente eléctrica inducida en las bobinas se convierte en corriente alterna inicialmente. Sin embargo, la mayoría de los vehículos utilizan un rectificador dentro del alternador para convertir esa corriente alterna en corriente continua que es la que se necesita para cargar la batería y alimentar los sistemas eléctricos del automóvil. En el proceso también  trabaja un regulador de voltaje que controla la cantidad de energía eléctrica que se produce. Esto asegura que la tensión suministrada sea constante y evita que la batería se sobrecargue     

Los principales problemas que puede experimentar un alternador incluyen desgaste de los rodamientos, fallos en los diodos, daño en las bobinas del estator o un regulador de voltaje defectuoso. Si se descuida el mantenimiento preventivo, estos problemas pueden resultar en un fallo completo del alternador y en una parada inesperada del vehículo y seguramente una falla de la bateria.

Para evitar estos inconvenientes, es esencial llevar a cabo un mantenimiento regular. Esto incluye la inspección de la correa del alternador, la comprobación del voltaje de carga y la limpieza de los terminales de la batería. Si se detecta algún problema, es fundamental realizar las reparaciones necesarias de inmediato para evitar daños mayores que pueden afectar de manera seria el funcionamiento del carro y el bolsillo.

Cilindros, el corazón que da vida al carro.

Cuando se habla de vehículos y cuando el potencial comprador se encuentra en el proceso de adquisición de su carro, nuevo o usado, uno de los términos que siempre surge en la conversación en torno a ese próximo vehículo es el de la cilindrada y los cilindros del carro.

El comprador, dependiendo del tipo de carro que esté buscando podrá escuchar que le ofrecen vehículos de tres, cuatro, seis, ocho, diez o doce cilindros. Y estos van asociados a la configuración de la arquitectura del bloque motor, ya sea en línea, en V, cilindros opuestos (motor bóxer) o en algunos vehículos de muy altas prestaciones hasta en configuración en W.

Tanto el número de cilindros como la capacidad volumétrica de estos, es decir que tanta cantidad de mezcla de aire y combustible pueden contener, determinan la potencia y rendimiento del automotor. A mayor número de cilindros y más capacidad en volumen, será mayor la potencia (claro, hablamos de sistemas que no contemplan la utilización de turbocompresores).

De manera sencilla podemos decir que los cilindros son unas cavidades ubicadas en el bloque motor que en su interior albergan los pistones y permiten que en ese espacio interno dichos pistones realicen el movimiento de subir y bajar (carrera) con la mezcla de aire y combustible que ingresa por las válvulas de admisión a estas cavidades y que, ya sea mediante la chispa de las bujías en los vehículos que utilizan gasolina, o por compresión en los autos diésel la mezcla se encienda y se desarrolle el proceso de combustión que produce la explosión que transmite la energía a través de mecanismos y piezas como las bielas y el cigüeñal para llevar finalmente el movimiento a las ruedas.

Para cumplir su función como cavidad en la que se desarrolla el proceso de combustión del carro, garantizando la estanqueidad de los gases y el control de las explosiones, los cilindros trabajan en un ambiente de muy alta temperatura, reacciones químicas generadas por la mezcla de aire y combustible y el alto impacto del proceso de combustión cuando se presenta la explosión dentro de la cámara; por eso estos elementos deben estar fabricados en material de muy alta resistencia a estas condiciones de trabajo. Es así como los cilindros suelen estar fabricados en aleaciones de aluminio o hierro fundido. Estos materiales son resistentes al calor y al desgaste, lo que es esencial debido a las condiciones extremas en las que operan.

La superficie interna de los cilindros es lo más lisa posible para facilitar el desplazamiento interno del pistón gracias a una adecuada lubricación proporcionada por el aceite motor y el trabajo de los anillos del pistón que evitan el contacto directo entre pistón y el interior del cilindro. Los cilindros pueden sufrir desgaste o daños debido a la acumulación de suciedad, falta de lubricación adecuada o problemas en los anillos del pistón. Esto puede manifestarse en una pérdida de potencia, ruidos anormales, consumo excesivo de aceite o humo en el escape.

 Para mantener los cilindros en óptimas condiciones, es esencial cambiar regularmente el aceite del motor y muy importante tambien los filtros del motor, siguiendo los intervalos de mantenimiento recomendados por el fabricante. Evitar el sobrecalentamiento del motor y el uso de combustible de calidad o incluso evitar pautas de manejo como los arrancones o paradas bruscas son prácticas clave para prolongar su vida útil. En términos generales un vehículo operando bajo condiciones adecuadas y los mantenimientos correctos en tiempo puede contar con que su motor tenga una vida útil alrededor de los 250 mil kilómetros antes de una intervención o rectificación.

Las plumillas limpiaparabrisas: clave para una conducción segura.

Cuando se habla de los diferentes elementos que hacen parte del carro se piensa en aquellos que cumplen las funciones esenciales que permiten el trabajo esencial del vehículo, desplazarse de un lado a otro como todos los componentes del bloque motor, las llantas y el sistema de tracción, la suspensión, baterías y sistema eléctrico. O también en aquellos que brindan protección y seguridad como frenos o la misma estructura del vehículo.

Pero no siempre se tiene en cuenta otros componentes que también cumplen una función importante pero a veces subestimada, y sin ellos, quizá rodar en las calles, especialmente en épocas de invierno y lluvias, no sería tan seguro. Se trata de las plumillas limpiaparabrisas.

Las plumillas limpiaparabrisas son un componente crítico para una conducción segura. Mantienen una visión clara del camino, lo que es esencial para evitar accidentes. En condiciones climáticas adversas, como lluvia intensa o nieve, la visibilidad puede disminuir rápidamente si las plumillas no funcionan correctamente. Esto aumenta el riesgo de colisiones y hace que las plumillas sean un elemento de seguridad no negociable.

Como en muchos elementos que componen el vehículo o que contribuyen para una conducción segura sus orígenes se deben buscar en los primeros años de los automóviles, pero su desarrollo y evolución más importante se da varias décadas después. En el caso de las plumillas, la historia de los carros señala que a finales del siglo XIX una mujer, Mary Anderson, desarrollo un dispositivo que consistía en una palanca y una cuchilla de goma que se operaba manualmente. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 que se introdujo el diseño fundamental de plumilla limpiaparabrisas que se conoce y utiliza en la actualidad. Estas plumillas se componen de una hoja de goma de alto rendimiento montada en un brazo que se mueve de lado a lado, eliminando la lluvia, la nieve y otros desechos del parabrisas de manera efectiva.

Funcionamiento de las Plumillas

Pero las plumillas limpiaparabrisas que hoy día se instalan en los vehículos son mucho más que simples hojas de goma. Están diseñadas para operar eficientemente en una variedad de condiciones climáticas, desde lluvias ligeras hasta tormentas intensas. Utilizan un motor eléctrico para mover el brazo de la plumilla en un patrón oscilante, barriendo el agua y otros desechos hacia los lados del parabrisas y fuera del campo de visión del conductor. Algunos modelos más avanzados incluso ajustan la velocidad y la presión en función de la cantidad de lluvia detectada por sensores. Y no tienen que esperar que sea la voluntad del conductor la que las ponga en funcionamiento, esos mismos sensores posibilitan que una vez se detecta la lluvia golpeando sobre el parabrisas se activen como factor de seguridad permitiendo la visibilidad.

Las hojas de goma de las plumillas limpiaparabrisas modernas están hechas de compuestos de caucho de alta calidad, como el caucho de silicona o el caucho de grafito. Estos materiales son resistentes a la abrasión y las fluctuaciones de temperatura, lo que prolonga la vida útil de las plumillas y mejora su rendimiento.

Mantenimiento y Reemplazo

El mantenimiento adecuado de las plumillas limpiaparabrisas es esencial para garantizar su eficacia. Deben limpiarse regularmente con un paño húmedo y limpiadores específicos para mantener la goma en buen estado. Además, es fundamental reemplazar las plumillas desgastadas o dañadas a tiempo. Como regla general, se recomienda cambiar las plumillas cada 12 meses o cuando muestren signos evidentes de desgaste, como rayas, saltos o falta de limpieza efectiva.

El octanaje, la medida que debe conocer para tanquear bien el carro.

imagen: klipart.com

Siempre que entramos a una estación de servicio, a una bomba de gasolina, la pregunta del encargado de surtir el combustible es “corriente o extra”, para referirse al tipo de combustible que queremos cargar en el tanque del vehículo.

Y aunque en el imaginario popular la diferencia entre una y otra se refiere a la calidad del combustible, lo que también se refleja en precio; la realidad es mucho más profunda, porque si bien una y otra pueden ser de buena calidad, lo realmente importante es si el combustible elegido es el ideal para un funcionamiento óptimo y eficiente del carro.

Ambas son de calidad, ¿entonces cuál es la diferencia?

La elección que realmente permita tanquear con el combustible adecuado debe estar basada en la medida del octanaje.  El octanaje de los combustibles es una especificación técnica crucial que todos los propietarios de vehículos deben entender para garantizar un rendimiento óptimo de sus motores.

Hablar de octanaje en un tipo de combustible es referirse a la capacidad antidetonante del mismo, es decir, su resistencia a la detonación prematura en el motor cuando se desarrolla el proceso de combustión en las cámaras. Esta medición se expresa mediante un número, el octano, que se utiliza para calificar la calidad del combustible. Un combustible con un alto octanaje tiene una mayor resistencia a la detonación, mientras que uno con bajo octanaje es más propenso a la detonación temprana.

¿Un combustible alto nivel de octanos es bueno, y uno con bajo nivel de octanos es malo? No. Lo que puede ser malo para el ideal funcionamiento del carro es elegir de manera incorrecta el tipo de combustible que requiere el automotor.

En Colombia la regla general es que la denominada gasolina corriente esta en el orden de los 87 octanos. Por su parte los comercializadores de combustibles hablan de gasolina extra cuando está tiene una medida a partir de los 92 octanos.

El desempeño del motor

El octanaje influye en el desempeño de un automóvil de varias maneras. Los motores de alto rendimiento o con relaciones de compresión más altas- es decir de 9.5:1 o más- suelen requerir combustibles de mayor octanaje para evitar la detonación prematura. Utilizar el octanaje correcto garantiza una combustión suave y eficiente, lo que se traduce en un mejor rendimiento, mayor potencia y un menor consumo de combustible.

Cuando se usa un combustible de bajo octanaje en un motor que requiere un octanaje más alto, se experimenta una pérdida de potencia al momento de conducir, un aumento en las emisiones y un rendimiento deficiente en general. El motor puede experimentar sacudidas y ruidos anormales debido a la detonación. Utilizar un combustible con un octanaje incorrecto puede tener consecuencias negativas, como la detonación del motor, también conocida como «golpeteo o cascabeleo». Esto puede dañar seriamente el motor y reducir su vida útil.

Pero tampoco es recomendable utilizar un combustible con un alto nivel de octanaje, si el fabricante no lo exige porque el diseño y tipo de motor no lo requieren, aunque muchos piensen que esto beneficiará al vehículo. Al cargar gasolina de alto octanaje en este tipo de motores, el propietario del vehículo lo que hará es gastar de manera innecesaria más dinero en combustible sin obtener beneficios adicionales apreciables en el rendimiento, el desempeño o la eficiencia; y puede sí, afectar el presupuesto destinado a la operación y mantenimiento del vehículo en el largo plazo.

Al momento de comprar un carro, nuevo o usado, pregunte o investigue en el manual, con otros usuarios o expertos en temas técnicos automotrices, como nuestro equipo de Autotest, cuál es el tipo de gasolina recomendada para ese vehículo y siempre tanquee en estaciones de servicio confiables en la que entregarán el producto adecuado y en la medida correcta.

Poer ultimo, no reemplace la gasolina extra con aditivos. Normalmente la mejora del octanaje esta ligada al uso de cantidades importantes de ellos, lo que los hace practicamente antieconomicos. en otros casos, sus propiedades mejoradoras, provienen del uso de productos derivados de metales, que al consumirse, terminan depositados en los catalizadores y causandoles deños graves y permanentes.