¿COMO SE DISEÑA UN CARRO?

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Cada carro que usted ve en la calle, o llama su atención en la vitrina ha pasado por muchos, cientos de procesos, revisiones, análisis, debates, sondeos y, finalmente, la aceptación por parte del equipo directivo a cargo de la gestión de la marca para que se convierta en un nuevo modelo digno de llevar su emblema y representarla en las calles del mundo. Desde los temas de ingeniería, aerodinámica, electrónica, mecánica; pasando por los temas de presupuesto, costos, precio; hasta llegar a decisiones de mercadeo, posicionamiento y estrategia comercial.

Pero todo esto sería inútil si no se tiene el diseño del un vehículo. Este, se podría decir es el comienzo de toda la cadena que termina con un nuevo carro en los pisos de venta de cada marca. ¿Y cómo es el proceso de diseño?

La decisión de un nuevo vehículo no se toma de un día para otro. Las marcas automotrices analizan constantemente las diferentes variables del mercado, las tendencias del sector y de los gustos y expectativas de los consumidores para proyectas con varios años de anticipación cuáles pueden ser sus nuevas propuestas.

Una vez se decide un nuevo carro para el futuro se parte de un documento en el que se concretan sus características, el público objetivo, las necesidades que debe resolver, la filosofía que sustenta este nuevo desarrollo, se señalan sus funcionalidades, los terrenos que principalmente recorrerá, los mercados a los que se enfoca

Este insumo le sirve al equipo de diseño para desarrollar el primer paso de su proceso y es llevar esta idea a bocetos o dibujos en los que se plasman y trazan las líneas y formas como se concibe que debe ser el modelo. Cientos de bocetos se dibujan y someten a análisis de manera interdisciplinaria con otras áreas de la firma automotriz que aportan su visión, sus ideas y sugerencias, para finalmente tener un concepto que les permita dar un nuevo paso en la fase de diseño.

Aquí del dibujo en papel y la utilización de lápices, plumones y colores, se pasa a un sustrato digital para dibujar también, pero en pantalla y con base en programas como SolidWorks u otros programas robustos para el diseño digital el modelo en su aspecto definitivo, o casi definitivo. Este trabajo de diseño digital es importante porque permite pasar de las dos a las tres dimensiones y manipular el resultado de tal manera que permite observar con mayores detalles diferentes aspectos de la forma, las líneas, los espacios, dimensiones y como se comportan en el entorno, para así poder realizar ajustes y llevar el diseño del nuevo vehículo a un mayor nivel de detalle.

Con el modelo digital definido, el equipo de diseño da paso a una de las fases quizá más curiosas, pero también fascinantes para quienes no están en el día a día de estos procesos. Se trata de la configuración y modelado en arcilla y tamaño real del auto, lo que se denomina también Modelo Clay. Se trata de “construir” totalmente en arcilla especial (tiene un 70% de cera) y en escala real el nuevo auto. Esta arcilla se aplica sobre una estructura previa, generalmente armada en madera, y que se denomina como el alma. Para ello un grupo de artistas, artesanos, escultores trabajan de manera paciente y durante varios días dando forma al modelo. Este modelo real en arcilla a escala real permite apreciar nuevos detalles, hacer observaciones, ver el comportamiento de sus formas y líneas a la luz, hacer precisiones sobre sus dimensiones y distancias.

Un trabajo artesanal similar, pero con materiales como madera, plástico o metal, se hace para el diseño del interior del vehículo, también a escala real, lo que facilita analizar ergonomía, posición de los diferentes elementos que conformarán el habitáculo, funcionalidad, distancias, habitabilidad y confort interior.

De manera paralela también se trabaja en aspectos como el color del carro, con el desarrollo de una paleta que caracterice al modelo a partir de una gama de tonalidades que vayan de acuerdo con la filosofía del nuevo auto y también de las tendencias de color que cada año analizan los expertos de la industria.

De aquí se da paso a prototipos que pueden ser funcionales es decir ya con la mecánica incluida para iniciar pruebas de comportamiento real en ruta y descubrir como acoplan diseño y mecánica. Cabe anotar que, en todas las fases del diseño, siempre está en mente el tipo de mecánica que el auto llevará y así poder desarrollar un modelo acorde con estas necesidades y características.

Darío Puyo y Renocar, una evolución constante en el mercado de autos usados.

Dario Puyo

Renocar es un nombre altamente reconocido en Medellín como uno de los pioneros en la comercialización de autos usados. De hecho su fundador, Darío Puyo, señala, con base en los registros de Cámara de Comercio de Medellín, se trata de la empresa y marca independiente de comercialización de vehículos más antigua formalmente registrada ante la entidad, de eso hace ya 44 años.

Casi 9 lustros de trabajo continuo que le han permitido a Dario Puyo no solo formar empresa, especialmente poder vivir de lo que ha sido su pasión de toda la vida. Desde el colegio y en la adolescencia los motores y las cuatro ruedas han sido un impulso de entusiasmo para Dario. Recuerda como a sus quince años, con otros compañeros y amigos de colegio participaban durante los fines de semana en las competencias de autos que se organizaban en aquellos días, y no solo las que se corrían en Medellín. También a las que se montaban en otras regiones, especialmente el Eje Cafetero. Cali, Armenia, Cartago, Pereira; los vieron correr muchas veces. Una vena deportiva que también explotó durante más de 11 años con los karts, a través de su hijo, Ricardo.

Darío, siempre supo que lo suyo era construir su proyecto de vida a partir de su pasión y por eso en 1978 inició su empresa Renocar. Un local, ubicado sobre la popular Avenida Sandiego en Medellín fue el hogar de la marca por 29 años, empezó cuando en la zona no había sino dos empresas dedicadas al tema automotriz.

Para la compra y venta de vehículos en aquellos días, cuenta, Renocar se apoyaba mucho en el trabajo de los llamados comisionistas, personas que se encargaban de conectar la oferta y la demanda de autos usados y a cambio se llevaban un porcentaje del negocio final (comisión). Estos comisionistas se concentraban en una zona muy popular de la ciudad en esos años: la Avenida La Playa. De forma más concreta en el Pasaje La Bastilla, y en dos lugares específicos, los bares Ganadero y Cafetero. Ese era el “fogoncito” de los negocios de los carros usados en la Medellín de finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo XX.

Y también por aquellos tiempos, la oferta se concentraba en muy pocas marcas, y dos se llevaban el pedazo mayor de la torta: Renault y Chevrolet.

Pero el mercado no se queda quieto, y los años vieron crecer no solo la ciudad, también su oferta automotriz. Renocar se mudó de un local y una calle en la que la competencia era escaza, a un nuevo concepto comercial en el que más y más comercios especializados en vehículos usados aparecieron en la escena, y hoy es una de las empresas fundadoras del conocido hasta hace poco como Centro Comercial Automotriz (Movicentro). Esa evolución, que también se evidencia en la ampliación de las opciones de compra a más de 70 marcas en el mercado, obliga, dice Darío Puyo, a una permanente actualización y conocimiento de las alternativas del mercado para ofrecer la mejor información a los potenciales compradores. Aunque algunas veces estos lo sorprendan con un conocimiento muy profundo del carro que quieren comprar, gracias a las información que hoy se puede obtener en redes sociales y la web.

Incursión con los nuevos

Pero no solo los vehículos usados han sido el soporte de Renocar. También durante un tiempo a mediados de la primera década de los años 2000, Darío Puyo y su empresa incursionaron en la representación de vehículos nuevos. Fue así como montó la representación de la marca Lada en Medellín. Una marca que si bien no tenía el prestigio ni difusión de sus competidores, destaca Darío Puyo, tenía una tradición de soportar el trabajo duro.

Infortunadamente una decisión de cierre de la planta de producción en Ecuador cortó el suministro oportuno de vehículos y el proyecto con Lada tuvo que terminar. Pero a Darío Puyo le queda la satisfacción de haber tenido la oportunidad de vender el que considera un buen producto, propio para las exigencias de los terrenos y la geografía local.

Una de las claves del éxito y la permanencia de Renocar en el mercado local de autos usados, es la adaptación a los cambios y la evolución de la industria. Cuando los cada vez mayores desarrollos tecnológicos en los autos llegaron, ya no era posible garantizar la fiabilidad de un carro solo con las pruebas de ruta en las “pistas” urbanas que usaban Darío Puyo y sus colegas en los 70 y 80: los ascensos de Las Mellizas, la Clínica del Rosario en el sector de Bostón, o la subida de Robledo. 

Ya los nuevos vehículos exigían un análisis más minucioso y especializado y el peritaje comenzó a ser un factor de garantía. Y en eso también Renocar fue un pionero. “Desde entonces no recibo un carro que no esté amparado por un peritaje”, expresa el empresario.

Y hoy, cuando las redes sociales se han convertido en una vitrina en la mano de cada potencial comprador, Renocar hace presencia en estas plataformas a través de sus cuentas en Instagram (@renocardariopuyo) y en Facebook (@renocarautomoviles).

Adaptándose a los cambios, desarrollando su actividad basado en la premisa de la confianza, la responsabilidad, la transparencia y la buena procedencia de sus vehículos; Renocar y Darío Puyo esperan seguir ofreciendo una alternativa sólida y segura en un mercado que cada día evoluciona.