Darío Puyo y Renocar, una evolución constante en el mercado de autos usados.

Dario Puyo

Renocar es un nombre altamente reconocido en Medellín como uno de los pioneros en la comercialización de autos usados. De hecho su fundador, Darío Puyo, señala, con base en los registros de Cámara de Comercio de Medellín, se trata de la empresa y marca independiente de comercialización de vehículos más antigua formalmente registrada ante la entidad, de eso hace ya 44 años.

Casi 9 lustros de trabajo continuo que le han permitido a Dario Puyo no solo formar empresa, especialmente poder vivir de lo que ha sido su pasión de toda la vida. Desde el colegio y en la adolescencia los motores y las cuatro ruedas han sido un impulso de entusiasmo para Dario. Recuerda como a sus quince años, con otros compañeros y amigos de colegio participaban durante los fines de semana en las competencias de autos que se organizaban en aquellos días, y no solo las que se corrían en Medellín. También a las que se montaban en otras regiones, especialmente el Eje Cafetero. Cali, Armenia, Cartago, Pereira; los vieron correr muchas veces. Una vena deportiva que también explotó durante más de 11 años con los karts, a través de su hijo, Ricardo.

Darío, siempre supo que lo suyo era construir su proyecto de vida a partir de su pasión y por eso en 1978 inició su empresa Renocar. Un local, ubicado sobre la popular Avenida Sandiego en Medellín fue el hogar de la marca por 29 años, empezó cuando en la zona no había sino dos empresas dedicadas al tema automotriz.

Para la compra y venta de vehículos en aquellos días, cuenta, Renocar se apoyaba mucho en el trabajo de los llamados comisionistas, personas que se encargaban de conectar la oferta y la demanda de autos usados y a cambio se llevaban un porcentaje del negocio final (comisión). Estos comisionistas se concentraban en una zona muy popular de la ciudad en esos años: la Avenida La Playa. De forma más concreta en el Pasaje La Bastilla, y en dos lugares específicos, los bares Ganadero y Cafetero. Ese era el “fogoncito” de los negocios de los carros usados en la Medellín de finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo XX.

Y también por aquellos tiempos, la oferta se concentraba en muy pocas marcas, y dos se llevaban el pedazo mayor de la torta: Renault y Chevrolet.

Pero el mercado no se queda quieto, y los años vieron crecer no solo la ciudad, también su oferta automotriz. Renocar se mudó de un local y una calle en la que la competencia era escaza, a un nuevo concepto comercial en el que más y más comercios especializados en vehículos usados aparecieron en la escena, y hoy es una de las empresas fundadoras del conocido hasta hace poco como Centro Comercial Automotriz (Movicentro). Esa evolución, que también se evidencia en la ampliación de las opciones de compra a más de 70 marcas en el mercado, obliga, dice Darío Puyo, a una permanente actualización y conocimiento de las alternativas del mercado para ofrecer la mejor información a los potenciales compradores. Aunque algunas veces estos lo sorprendan con un conocimiento muy profundo del carro que quieren comprar, gracias a las información que hoy se puede obtener en redes sociales y la web.

Incursión con los nuevos

Pero no solo los vehículos usados han sido el soporte de Renocar. También durante un tiempo a mediados de la primera década de los años 2000, Darío Puyo y su empresa incursionaron en la representación de vehículos nuevos. Fue así como montó la representación de la marca Lada en Medellín. Una marca que si bien no tenía el prestigio ni difusión de sus competidores, destaca Darío Puyo, tenía una tradición de soportar el trabajo duro.

Infortunadamente una decisión de cierre de la planta de producción en Ecuador cortó el suministro oportuno de vehículos y el proyecto con Lada tuvo que terminar. Pero a Darío Puyo le queda la satisfacción de haber tenido la oportunidad de vender el que considera un buen producto, propio para las exigencias de los terrenos y la geografía local.

Una de las claves del éxito y la permanencia de Renocar en el mercado local de autos usados, es la adaptación a los cambios y la evolución de la industria. Cuando los cada vez mayores desarrollos tecnológicos en los autos llegaron, ya no era posible garantizar la fiabilidad de un carro solo con las pruebas de ruta en las “pistas” urbanas que usaban Darío Puyo y sus colegas en los 70 y 80: los ascensos de Las Mellizas, la Clínica del Rosario en el sector de Bostón, o la subida de Robledo. 

Ya los nuevos vehículos exigían un análisis más minucioso y especializado y el peritaje comenzó a ser un factor de garantía. Y en eso también Renocar fue un pionero. “Desde entonces no recibo un carro que no esté amparado por un peritaje”, expresa el empresario.

Y hoy, cuando las redes sociales se han convertido en una vitrina en la mano de cada potencial comprador, Renocar hace presencia en estas plataformas a través de sus cuentas en Instagram (@renocardariopuyo) y en Facebook (@renocarautomoviles).

Adaptándose a los cambios, desarrollando su actividad basado en la premisa de la confianza, la responsabilidad, la transparencia y la buena procedencia de sus vehículos; Renocar y Darío Puyo esperan seguir ofreciendo una alternativa sólida y segura en un mercado que cada día evoluciona.

Vicente Hurtado, un empresario que vive para los retos.

Desafíos, esa es una palabra que caracteriza la labor que por poco más de 50 años ha desarrollado Vicente Hurtado, y el mayor número de ellos en el sector automotor.

Y es que no en vano su vena por los autos y las máquinas en general comenzó en su adolescencia. Ya a los treces años tenía la habilidad para manejar equipo industrial, una retroexcavadora, y así comenzó su contacto con los equipos de la llamada línea amarilla usados en la construcción de obras civiles. En estas tareas desarrolló una carrera importante hasta el manejo de los talleres.

Luego de algunos años en el mundo de la construcción de infraestructura, Vicente da un paso importante al vincularse con Mora Hermanos, una emblemática compañía paisa de aquellos años y que tenía a su cargo la distribución de marcas como Internacional, Zastava y Fiat; hizo un recorrido desde ayudante de bodega hasta la gerencia de servicio con muy buenos resultados y un gran aprendizaje. Tanto así que sus habilidades para generar cambios y desarrollar crecimiento en las organizaciones no fueron ajenos a empresas competidoras y fue como de otra compañía en su momento, Gomeco, lo llamaron para asumir el manejo de los talleres, sumidos en una crisis que estaba a punto de hacerles perder la concesión que tenían de la marca Fiat. Su trabajo fue exitoso y el taller pasó de una crisis a convertirse en uno de los más reconocidos en Medellín.

Parece que la misión de Vicente Hurtado en aquel tiempo era asistir y recuperar a organizaciones en dificultades, porque tres años después de haber asumido el reto en Gomeco y sacar adelante el taller, otra importante empresa automotriz, Cada, lo llamó y prácticamente le pidió que los sacará del atolladero en el que se encontraban en su área de posventa y que solo él podía destrabar. Una organización que vivía momentos difíciles en lo comercial, técnico, financiero y laboral. Vicente aceptó pero eso sí con unas condiciones de autonomía que eran indispensables para tomar las decisiones necesarias con el objetivo de reflotar la operación. Tras un trabajo intenso y una estrategia que lo llevó a ganarse la confianza del personal y lograr que todos asumieran el reto de trabajar en busca de un objetivo común la operación salió adelante y fue reconocida por Colmotores como uno de sus concesionarios estrella en el momento. La historia se repitió con Autodiésel y de nuevo Vicente aplicó su estrategia de eficiencia e involucrar más al personal en el desarrollo de la empresa con el fin de unir criterios y trabajar al unísono para desarrollar los objetivos de crecimiento.

Llega la independencia

Pero llegó la hora de la independencia y lo hizo a través de la adquisición de un almacén de repuestos, el primer almacén de repuestos de segunda que operó en Medellín, además con un nombre que identificaba muy bien su labor, Los Restos. Allí no solo se comercializaban estos repuestos de segunda vida también se adquirían carros en siniestros para repararlos y venderlos. Una experiencia que fortaleció sus habilidades administrativas, pero que tuvo que dejar cuando las circunstancias y el entorno de este tipo de negocios cambiaron y se deterioraron.

Tras la experiencia con Los Restos en el camino de esta vida independiente surgió la propuesta de vender vehículos de la marca rusa Lada gracias a un distribuidor de la misma en Montería. Fue así como montó en Medellín un satélite de esta empresa para comercializar los vehículos en la capital antioqueña. Y a esta operación comercial también le añadió la venta de vehículos usados. Su empresa se llamó Humu

Y cuando estaba gerenciando esta empresa desde Bogotá surgió un nuevo llamado para que se pusiera al frente de una empresa orientada al alquiler de maquinaria pesada Sus dueños, a quienes en el pasado había acompañado en la compra de esa misma maquinaria, lo querían a él al frente del proyecto y aunque no fue fácil asumió otro nuevo desafío en su trayectoria empresarial y administrativa. Posicionó la compañía como una opción de alquiler en diversos proyectos de infraestructura en el país.

Pero en 2001 y con Equipos de la Sabana- nombre de la empresa de renta de maquinaria- ya totalmente posicionada en el mercado Vicente volvió a Medellín y abrió su nuevo negocio de compra y venta de vehículos usados, Vicente Hurtado Automóviles, en lo que era un naciente espacio comercial sobre la Avenida El Poblado, y hoy es uno de los empresarios más reconocidos en este campo En este período hizo una pequeña escala y trabajo con el también destacado comercializador de vehículos Alfonso Villegas por tres años pero luego Vicente Hurtado retomó su empresa la que hasta hoy orienta.

Transparencia, agilidad, un compromiso total por solucionar las necesidades de transporte de sus clientes, son las claves que a juicio de Vicente Hurtado le han permitido destacarse en un entorno que es cada vez más competido y al que llegan nuevas opciones y formas de comercialización de vehículos, hoy muy impulsadas por la mediación de las redes sociales.

Ángel Villarreal Autos, una empresa joven y en crecimiento.

Ya son más de diez años en el negocio de la asesoría profesional para la compra y venta de automóviles y Ángel Villarreal no para de pensar y proyectar los futuros planes de crecimientos de su empresa.

Administrador de Negocios Internacionales y un apasionado de siempre por los autos, que desde pequeño se fascinaba con los diseños de los distintos modelos que veía en la calle y en la medida que fue creciendo su pasión aumentaba y la alimentaba con cuanta revista y programa sobre carros podía leer y ver. En su vocabulario las palabras potencia, torque, cilindros, eran comunes y frecuentes.

Su llegada al mundo de la comercialización de autos fue hace 13 años cuando ingresó a la firma Ayurá Motor, uno de los reconocidos concesionarios de Chevrolet en Medellín, allí,  dado que aún no tenía la suficiente experiencia en el área comercial, se desempeñó como asistente de negocios,  un área que a la postre sería un gran aliado en su futuro independiente ya que estaba a cargo de los temas de seguros y de créditos, dos variables fundamentales en el momento de desarrollar muchos de los negocios de compra de vehículos.

Tras dos años con esta organización Ángel aceptó un nuevo reto, esta vez con el Grupo Casa Británica, y se convirtió en asesor comercial con responsabilidad en una de las vitrinas que posee esta organización. Esta labor le permitió afianzar y profundizar sus conocimientos técnicos ya que al ser una vitrina multimarcas debía tener muy claros los diferentes tipos de vehículos, las diferentes marcas, sus características técnicas y mecánicas, con el objetivo de ofrecer la mejor asesoría posible a los clientes.

El paso a lo propio

Pero hace ya casi ocho años atrás Ángel Villarreal consideró que era el momento de iniciar su propia empresa de compra y venta de vehículos y así nació Ángel Villarreal Autos. Apoyado en todo el conocimiento adquirido en su experiencia en las dos importantes empresas en las que se desempeñó y en los buenos resultados que le generaron la confianza de un número importante de clientes que se convirtieron en su base para iniciar su experiencia empresarial e inició así su emprendimiento en este negocio.

Hoy, Ángel Villareal Autos cuenta con una cartera de carros que mensualmente oscila en unas 50 unidades en todas las gamas y marcas. Una asesoría integral, vehículos garantizados en su procedencia y sometidos todos a un juicioso proceso de inspección técnica y mecánica, transparencia y respaldo son los pilares que han llevado a la empresa a crecer y consolidarse como una de las nuevas alternativas en la comercialización de vehículos de ocasión en Medellín.

Ad portas de cumplir sus 8 años de actividad ya piensa en su expansión. Es así como en los próximos meses abrirá una nueva sede para el sur del Valle de Aburrá con el fin de atender a los clientes actuales y potenciales de esta zona que se ha consolidado como una de las más fuertes en la compra y venta de vehículos en Antioquia. También espera en un futuro no muy lejano integrar a su oferta servicios mecánicos y de reparación y un servicio de renta de vehículos con el fin de tener una integración de la cadena del sector

Y claro, empresa que hoy no esté presente en las redes sociales se podría decir que no existe, o por lo menos tiene una desventaja con sus competidores. Por eso Ángel Villarreal Autos tiene un espacio también en la virtualidad. En Instagram lo pueden encontrar como @compraventa.villarreal, y en Facebook como @angelvillarrealautos.

Federico Osorio, más de 3 décadas en el mundo de los vehículos.

Federico Osorio.

Casi 35 años en la actividad automotriz. Y de Federico Osorio se podría decir que conoce de autos con mucha propiedad porque en este mundo ha desempeñado varios oficios y trabajos que lo llevan a conocer en detalle tanto el funcionamiento del carro como los intríngulis de la actividad comercial de compra y venta de vehículos.

En los años finales de la década de los 80 comenzó su recorrido en un diagnosticentro. Allí desarrollaba tareas como la revisión de batería, también verificación de niveles de fluidos, diagnóstico de funcionamiento de las luces de los automotores, entre otros. Su desempeño lo llevó a ser nombrado, primero, auxiliar de jefe de patio y luego ser el jefe de patio en propiedad.

Tras unos años en el centro de diagnóstico su siguiente paso fue en la recordada empresa Llantas Gigantes, uno de los establecimiento más importantes en su época en el tema llantero general y llantas para vehículos comerciales y usos más específicos. Allí Federico también fue jefe de patio. Luego, y gracias a su compromiso con el tema de la atención, el servicio y el conocimiento constante de productos y servicios; fue ascendido a vendedor nacional de la compañía. Y culminó su trayectoria de casi 20 años allí como gerente comercial.

La hora de la independencia

Luego del cierre de Llantas Gigantes Federico pasó por Macrollantas, y luego se fue a ejercer otra faceta en la carrera automotriz, ya no desde la perspectiva de partes y piezas sino la comercialización de vehículos nuevos. Y fue en Andar donde afinó esa habilidad para la comercialización de carros. Una actividad que ya desde sus comienzos en la industria hacia aunque si se quiere de una manera más informal y como apoyo a los muchos amigos y familiares que se acercaban a él para pedir un consejo, una orientación sobre que carro comprar, qué modelo era bueno o qué opción les convenía más.

En Andar esas habilidades y características que durante muchos años se reflejaron en numerosas personas que confiaron en su criterio para la recomendación de compra le permitieron ser destacado durante sus tres años allí como uno de los mejores ejecutivos y asesores comerciales del concesionario.

Pero el momento de independizarse había llegado y Federico dio el paso de crear su propia empresa hace ya poco más de una década. Hoy con su sede en Centro Comercial Rio Sur tiene una capacidad para recibir cerca de 100 vehículos (espacio que comparte con otros colegas con los que trabaja en una alianza para fortalecer la actividad de compra y venta de vehículos).

Federico tiene muy claro cuáles son las claves para haber logrado un alto posicionamiento entre los clientes y ser un referente en Medellín en el mercado de autos usados. Primero el respeto tanto por quien está en búsqueda de un vehículo como por quien ofrece su vehículo a la venta. La transparencia es otro de los ingredientes de la receta perfecta para desarrollar buenos negocios y generar satisfacción. Honestidad en cada una de las fases del proceso de compra o venta complementan las bases, los fundamentos que para Federico Osorio son necesarios para ejercer este oficio

También en su trayectoria como comercializador de autos usados los aliados han sido claves para fortalecer su actividad y brindar un servicio completo a quien compra y vende. Y uno de esos aliados es Autotest. Anota Federico que el conocimiento y la confianza que brinda la compañía con sus inspecciones es un valor agregado fundamental en el proceso de decisión de los clientes y que fortalece todo el concepto de servicio que siempre busca darle a los potenciales usuarios de los vehículos que hacen parte de su oferta.

Y aunque como a prácticamente todas las actividades económicas la pandemia los afectó Federico pudo resistir los meses de encierro total y una vez la normalidad comenzó a retornar también volvió el buen comportamiento en los negocios de autos usados incluso en niveles que no se veían hace ya algún tiempo. Un aliciente más para continuar fortaleciendo el servicio y pensando en nuevas formas de llegar a los compradores de autos.

Y en esta época no se puede pensar en un negocio que no haga uso de las redes sociales para promocionar y divulgar su actividad, y Federico Osorio lo sabe, por eso utiliza Instagram con su cuenta de @fede_autos y en Facebook como @federicoosorio.

CARLOS DAVID OSORIO y KEYGROUP Automóviles, pasión por las ventas y los vehículos.

Carlos David Osorio siempre tuvo en su corazón un afecto y una pasión especial por los autos, y también por las ventas y el contacto con otras personas para asesorarlas y ayudarlas a tomar las mejores decisiones en soluciones para diferentes aspectos de su vida personal y laboral.

Primero fue a través de la oferta de servicios en telefonía móvil y tecnología de comunicación. Allí comenzó a desarrollar de manera profesional esa pasión por el servicio y la atención basado en los principios y valores que aprendió desde su casa: transparencia, responsabilidad, honradez, y la importancia de crear relaciones basadas en la confianza.

Su paso al sector automotor, gracias precisamente a uno de esos clientes que siempre se sintieron acompañados en sus decisiones en telefonía móvil y que le contó de una buena oportunidad en el concesionario Germania Motors que comercializa vehículos Volkswagen, le permitió finalmente unir ambas pasiones.

En Germania Motors se desempeñó como asesor comercial durante año y medio, y cuando había anunciado a sus jefes que dejaría la firma para pasar a otra oportunidad con una marca que estaba retomando el mercado colombiano, le dijeron que habían pensado en su nombre para asumir la gerencia comercial. No lo pensó dos veces y asumió ese reto, por seis años estuvo al frente del direccionamiento estratégico comercial del concesionario, eso si, sin olvidar su esencia de cercanía con los clientes a los que en la medida de lo posible intentaba siempre acompañar en las pruebas de ruta de los vehículos y en la entrega de cada carro nuevo a su propietario.

Pero su esencia comercial seguía intacta y por eso tras su experiencia directiva con VW decidió volver a su raíz y aceptó ser parte del equipo de asesores de BMW en Medellín con el concesionario Autogermana.  Allí se destacó como el asesor número 1 en todos los tipos de vehículos de la marca y también el número 1 en la venta de carros eléctricos. Y como el mismo lo dice, “no puedo vender lo que no conozco”, compró como su carro personal un carro eléctrico y así saber a fondo que producto ofrecía a sus potenciales clientes.

El salto al emprendimiento

Pero los retos seguían atrayéndolo y fue así como tomó la decisión de emprender camino propio de la mano de su esposa, Julieth, quien unos meses antes había fundado su empresa para asesoría y compra venta de propiedad raíz, Key Group. El asumió la tarea de montar el área de negocios automotrices, Key Group Vehículos, con el que ya tiene cerca de 750 autos comercializados.

Además de poder llevar a la práctica todo lo aprendido en su experiencia con reconocidas marcas y afianzar la filosofía de generar relaciones más que transacciones, que aprendió y asumió como propia de uno de sus mentores en el sector automotor, Nicolás Mejía, Carlos David se siente muy orgulloso de poder generar hoy cerca de 12 empleos con Key Group y ofrecer soluciones a necesidades de movilidad de muchas personas no solo en Medellín sino en todo el país.

En el desarrollo de Key Group tanto en su área de propiedad raíz como en automóviles el apoyo de la tecnología digital y las redes sociales ha sido importante tanto con keygroupvehiculos en Instagram y Facebook, como keygroupcolombia en la plataforma de Tik Tok, se han convertido en canales de difusión de la oferta de vehículos y de información relevante para los aficionados y entusiastas del mundo motor, posicionando cada vez más la marca.

Carlos David también reconoce que en ese proceso de confianza que ha generado con sus clientes a lo largo de su trayectoria también ha contado con aliados como Autotest y sus procesos de revisión y peritaje, que se convierten en una sólida carta de presentación para los vehículos que tiene en su portafolio.

De la mano de sus aliados y su fuerte convicción de prestar el mejor servicio, Carlos David y Key Group Automóviles miran el futuro con la convicción de enfrentar nuevos retos en un nuevo contexto para la industria automotriz global y, por supuesto, en Colombia.