El aceite de la caja automática, un fluido vital para el carro.

Aunque en el mercado automotor de Colombia prevalece la opción de los carros con caja de cambios manual, cada vez es más frecuente encontrar propietarios que se decantan por alternativas de vehículos con cajas automáticas.

La comodidad al enfrentar tráficos pesados como los de nuestras ciudades, el mejor desarrollo de la tecnología en estos sistemas, su fiabilidad, hacen parte de los factores que inducen a estos dueños de automotores a decidirse por este tipo de soluciones en sus autos.

Pero al igual que la caja de cambios manual, la caja automática también requiere de un proceso de mantenimiento preventivo y de revisiones con el objetivo de que sus piezas puedan operar de manera correcta y sin presentar problemas que dificulten su funcionamiento en el mediano o largo plazo y que podría significar un daño catastrófico que implique el cambio total del conjunto con un costo elevado y el tiempo de necesario para realizar esta intervención profunda en el carro.

Quizá el principal elemento que garantiza el correcto funcionamiento de la caja automática y la durabilidad de sus piezas es el lubricante.

Estas cajas utilizan un aceite hidráulico denominado ATF. Este aceite tiene como una de sus funciónes lubricar los engranajes al interior del conjunto que forma la caja automática y hacer que el paso de los cambios de marcha sea suave, a través de su paso por las electroválvulas que hacen parte del conjunto.

¿Qué pasa si no se cambia el aceite?

Con el paso de los kilómetros este aceite va sufriendo un proceso de degradación y pérdida de sus propiedades de lubricación y detergencia. Se va contaminando como consecuencia del mismo trabajo que realiza para apoyar el buen funcionamiento de la caja de cambios. Si este proceso de degradación no se controla, no se sustituye a tiempo el líquido las piezas internas de la caja de cambios pierden esa película que evitaba o minimizaba el roce entre ellas y al entrar en un contacto directo se desgastan con mayor rapidez y de manera prematura generando, primero un mal funcionamiento de la caja y, finalmente, su daño total.

Un síntoma de este proceso es cuando la caja no realiza los cambios en el momento adecuado, se tarda en hacerlos o simplemente no entra el cambio de marcha. El conductor sentirá el carro sobre revolucionado o también sin fuerza porque el cambio entra de manera retardada.

Por eso es recomendable realizar el cambio de este fluido entro los 60 mil a 80 mil kilómetros, para ello es importante consultar el manual del vehículo y seguir la indicación que da el fabricante y también tener en cuenta las condiciones de operación del vehículo para determinar de la mano de los expertos el momento más adecuado para este cambio.

Los inyectores y su papel en la combustión

En recientes semanas hablábamos en este espacio del proceso de combustión que se da en el motor y que desencadena los movimientos en pistones y cigüeñal para dar movimiento al vehículo.

Pues este proceso no sería en absoluto posible si a la cámara de combustión no llega la cantidad correcta de combustible para que reaccione en la mezcla con el aire y, ante la chispa de la bujía o la compresión en el motor diésel, se encienda y haga explosión.  Y para que este combustible llegue en el momento correcto y la cantidad precisa, en los vehículos modernos es fundamental el trabajo de los inyectores.

Estos elementos tienen la tarea de entregar en cada cilindro la cantidad precisa de combustible en un momento determinado de la carrera del pistón, para alimentar la mezcla y generar la combustión. Esta entrega de combustible tiene dos condiciones. La primera es que debe llegar lo más pulverizado posible, es decir las gotas deben ser muy finas para que así mucha más superficie del combustible pueda mezclarse con el aire (oxígeno) que llega al cilindro y la combustión sea más eficaz. La segunda característica de esta labor es que debe hacerse en el momento correcto de los ciclos de combustión.

Los inyectores funcionan como una especie de electroválvulas y están en capacidad de abrirse y cerrarse cientos de veces, accionados por un pulso eléctrico,  durante cada ciclo llevando ese combustible pulverizado bien sea al conducto de admisión o a la cámara de pre combustión, dependiendo si se trata de un sistema de inyección directa o un sistema de inyección indirecta.

En el desarrollo de este elemento los primeros inyectores eran mecánicos, característicos de los vehículos diésel especialmente, y que paulatinamente fueron reemplazados en estos autos por el sistema de de riel común (common rail). Luego surgieron los inyectores electrónicos que están dotados de sensores que envían información a la unidad de control el computador del carro y este así puede determinar el momento de apertura la cantidad de combustible y el nivel de presión para que pueda ser lo más fino posible cuando es inyectado a la cámara. Con este avance la inyección se popularizó tanto en autos a diésel como carros a gasolina.

Directa e indirecta

Por su parte en cuanto al sistema o forma como el combustible llega a la cámara de combustión existen dos sistemas de inyección que ya habíamos mencionado un poco antes, y aquí lo explicamos de manera sencilla:

La inyección indirecta: con este sistema el combustible es entregado fuera de la cámara de combustión, en el múltiple de admisión, y el combustible ingresa a la cámara tras mezclarse con el aire.

Con la inyección indirecta el nivel de emisiones es menor, la construcción del motor es más económica para el fabricante, y es menos exigente el proceso y los tiempos de limpieza de los inyectores al estar alejados de la cámara de combustión.

Pero este sistema también presenta algunos inconvenientes, por ejemplo, el funcionamiento del motor es un poco menos estable, el arranque en frío es más difícil, la entrega de combustible no es tan precisa, y se da un mayor consumo de combustible.

La inyección directa: el combustible llega directamente a la cámara con la presión y el nivel de pulverización adecuado para hacer eficiente el encendido de la mezcla.

En el caso de la inyección directa se presenta un menor nivel de consumo de combustible. Es posible desarrollar motores con un mayor nivel de compresión. El arranque en frío es más fácil. El motor en los regímenes bajos funciona con mayor estabilidad.

Entre sus desventajas se encuentran un mayor nivel de emisiones y por tanto el diseño del motor conlleva también la incorporación de sistemas y piezas que contrarresten esta situación para evitar esa expulsión de gases al ambiente, de manera relacionada con lo anterior se presentan mayores costos en la fabricación del bloque motor, también el sistema exige que la limpieza de los inyectores para que su funcionamiento sea óptimo sea mucho más frecuente.

Prevención en el manejo diario

Tanquee el vehiculo en estaciones que sumnisitren combustible confiable. El inadecuado filtrado y mantenimiento de los equipos encargados del tanqueo pueden permitir un alto nivel de impuerezas que pueden terminar en el tanque de su vehiculo.

Utilice aditivos para la limpieza de los inyectores con periodicidad o verifique que el combustible que usa tenga en su paquete de aditivos uno que cumpla con esta función.

Nunca utilice la reserva de combustible. Esta tiene impurezas que van asentándose en el tanque y pueden llegar a los inyectores. Tanque nuevamente cuando este a punto de llegar al nivel de reserva.

Realizar el cambio de filtro de combustible en los intervalos de tiempo señalados por el fabricante y por elementos de calidad probada.

Cuando sea necesario limpiar los inyectores, acudir a expertos en el tema que cuentan con la pericia y los elementos necesarios para cumplir bien con esta delicada tarea.