LA CARROCERIA, UNA ESTRUCTURA QUE NO SOLO NOS PROTEGE

Cuando usted va en su carro solo o con otras personas a bordo por lo general se siente seguro, cómodo y confiado en que ese espacio está diseñado para brindar una buena experiencia de conducción.

Y en efecto así es. Esta es la función del habitáculo, ese espacio que alberga a los ocupantes del vehículo y que hace parte integral de la carrocería, la estructura que le da forma al vehículo y que, además de cumplir con esa tarea de protección y confortabilidad para los ocupantes del auto, cumple otras tareas.

Desde el punto de vista del diseño es la estructura que da forma al vehículo y permite su identificación o reconocimiento. También a partir de ese mismo diseño y de los materiales con los que se construye permite un desempeño más eficiente a través de un buen coeficiente aerodinámico (Cx) y menor peso,  con lo que el consumo de combustible puede ser más contenido y la eficiencia en marcha más alta.

Al hablar de carrocerías se pueden identificar cuatro tipos

Carrocería independiente: es aquella que se encuentra unida al chasís por tornillos y puede ser desmontada. Se encuentra por lo general en vehículos para uso off road, en pick ups, autobuses y en algunos vehículo de tipo industrial.

Carrocería monocasco: tanto el chasís como la carrocería son una sola pieza. Eso sí cuenta con partes que son removibles como las puertas, la tapa baúl, el capó de acceso al motor.

Carrocería auto portante: aunque puede confundirse con la monocasco, la característica de este tipo de carrocería es que no es una pieza única. Se trata de una estructura formada por varias piezas unidas entre si por soldadura.

También las carrocerías se clasifican de acuerdo al volumen

Monovolumen: son aquellas carrocerías en las que las zonas que ocupan el espacio de motor, de pasajeros y de equipaje está unificado y no se diferencian en el diseño del vehículo.

Dos volúmenes: en ellas es posible apreciar dos secciones diferenciadas. En la primera está el espacio para motor y en la segunda se ubican habitáculo y espacio para la carga o equipaje.

Tres volúmenes: en este tipo de carrocería tanto el motor,

 el habitáculo y la zona de carga tiene secciones diferenciadas y separadas entre si.

Y finalmente las carrocerías también se pueden identificar por la forma que dan al vehículo  Es así como se puede hablar de carrocerías

Sedán: es la carrocería que se observa básicamente en los automóviles. Se trata de carrocerías de tres volúmenes. Cuando este sedán es de gran dimensión (por encima de los 5 metros de largo) también se le puede denominar berlina. En la carrocería sedán el parabrisas trasero es fijo (no está unido al portón trasero o baúl) .

Hatchback: son las carrocerías con dos o cuatro puertas laterales y en las que el parabrisas trasero va unido al portón. Comúnmente se habla de un tres puertas cuando el vehículo tiene dos puertas laterales más el portón trasero o de un cinco puertas cuando se trata de cuatro puertas laterales y el portón.

Cupé: se trata de los vehículos que tienen dos puertas laterales y su carrocería es de dos volúmenes (una zona para motor y otra para pasajeros y carga)

SUV: (Vehículo Deportivo Utilitario) es una carrocería que parte de la plataforma de un automóvil pero por lo general con una mayor altura del suelo y puede tener elementos estéticos que también son característicos de vehículos todo terreno (no es un todo terreno y por lo tanto su operación es básicamente en zonas asfaltadas o de baja a mediana complejidad) . Es el tipo de vehículo que hoy día tiene más acogida en el mercado automotor global y en Colombia.

Todo terreno: generalmente una carrocería con chasís independiente de gran altura o despeje del suelo. También grandes ángulos de ataque y salida que le permiten enfrentar las condiciones de terrenos agrestes quebrados.

ESTUVO EN LA PLAYA?….tome precauciones.

En el período de vacaciones de fin de año es común que las familias se desplacen en su vehículo a diferentes sitios de descanso. Y uno de los destinos preferidos por los viajeros para pasar las fiestas de Navidad y Fin de Año es la playa, las ciudades costeras.

Playa, brisa y mar  son una opción ideal para el descanso del cuerpo y recargar energías,  pero plantea una serie de desafíos para el cuidado del carro, su mantenimiento y aspecto en el mediano y largo plazo.

El salitre, ese aire que llega del mar y que también se genera cuando las olas rompen en la costa, y que viene cargado con elementos como la sal y arena, es uno de los fenómenos más peligrosos para el buen estado de la pintura y para la estructura en general del vehículo porque con el paso de los días, si no se toman las precauciones o acciones correctivas necesarias, genera el proceso de corrosión de la lámina.

Y aunque las técnicas modernas de fabricación y ensamble de los vehículos contemplan desde fábrica la aplicación de elementos y sustancias que brindan una capa, un escudo de protección contra la corrosión, a través de procesos como la cataforesis, que es la aplicación de un recubrimiento especial a través de inmersión de la carrocería en una piscina con el anticorrosivo que se adhiere a la estructura metálica por aplicación de una corriente electrica, es importante de todas formas aplicar medidas preventivas y correctivas tanto antes como después de un viaje a zonas costeras.

Una de las primeras medidas preventivas antes de iniciar el viaje de fin de año es la de lavar el auto y aplicar cera que brinde un nivel de protección extra contra esos elementos exógenos que se encontrará en la ruta y el destino de vacaciones.

Una vez ya en la zona de destino lo primero es intentar que el sitio de alojamiento tenga una zona de parqueo cubierta. Así se podrá proteger el carro durante ese tiempo que no esté rodando.  Si no es posible tener una zona de estacionamiento cubierta conviene tener durante esos días la protección de una funda para cubrir el vehículo.

También, siempre tener las ventanas y puertas cerradas. No solo por la seguridad y evitar robos. Además para impedir que ese salitre ingrese al interior del automotor y se asiente sobre las diferentes superficies, incluso algunas de las que después sea muy difícil limpiarlo y con el paso del tiempo produzcan el fenómeno de corrosión. Siempre al ingresar al carro limpiarse zapatos para sacudir la arena y la sal, y también la que pueda ir adherida a todos los elementos que haya usado durante la jornada en la playa.  Y evitar entrar con la ropa y el cuerpo mojado, especialmente después de un baño en el mar.

Y por último, evitar a toda costa el contacto directo del agua de mar con el vehículo.  Esta puede depositarse en sitios donde es imposible remover la sal que esta contiene, y a partir de ahí se generan procesos de corrosión graves que solo aparecen cuando el daño es inevitable. 

Si la estadía en ese destino de costa es larga es recomendable por lo menos darle al carro un baño con agua dulce para eliminar la sal y la arena que se van pegando. Y es fundamental repetir este proceso al regreso nuevamente a la ciudad de origen. Una vez ya en casa la lavada general y profunda es vital, y ojalá no hacerlo en lavados automáticos porque los grandes rodillos pueden generar daños en la lámina si los residuos de salitre no han sido removidos antes con agua dulce. Esa lavada debe hacerse en sitios especializados, que cuenten además, con las herramientas necesarias para desmontar las sillas y poder hacer una limpieza y aspirada a fondo del interior del carro.

El auto sin conductor: un futuro no muy lejano

Ya en otras ocasiones en estos artículos hemos destacado como la industria automotriz, los vehículos en general y particularmente los vehículos de pasajeros han incorporado en su desarrollo las tecnologías de información y comunicaciones (Tics) para mejorar sus capacidades, brindar mayor seguridad, y ofrecer cada vez un mejor desempeño.

Esa combinación poco a poco está construyendo el camino para el desarrollo del llamado vehículo autónomo.  De manera simple, el auto autónomo es aquel carro que, sin la intervención directa de la operación humana y haciendo uso de la tecnología para imitar esas capacidades de un piloto de carne y hueso, puede cubrir una ruta, un trayecto, de manera segura y en el tiempo óptimo tomando las decisiones pertinentes para que así sea.

Quizá algunos de ustedes, lectores, recuerden a KITT, el Pontiac que protagonizaba la serie El Auto Fantástico y que muchas veces llegaba a rescatar a su piloto humano de situaciones peligrosas, pues bien esta es una representación, un poco dramática, de lo que podría hacer un auto autónomo 100%.

Y la industria automotriz avanza de manera rápida y apoyada en una serie de alianzas con gigantes de la tecnología para presentar a través de diferentes marcas y propuestas carros que cada vez ofrezcan más niveles de autonomía y en el futuro incluso puedan generar un gran clúster de vehículos que comparten información entre sí para hacer los viajes más eficientes con el mínimo de riesgo para cualquier actor en la vía.

Estos autos hacen uso de una serie de desarrollos, entre los que se encuentran uno ya común y de tradición como el radar, unido con tecnologías más recientes y de alta precisión como el sistema LIDAR que mide la distancia entre un objeto y un sensor usando rayos láser, los GPS, cámara computarizadas, mapas digitales, Internet de las Cosas, entre otras.

La convergencia de estas tecnologías permite que un vehículo no solo se desplace de un punto A a un punto B sino que en ese desplazamiento pueda hacer un barrido constante del entorno en el que se mueve, tener información de las condiciones del terreno, anticiparse a obstáculos u otros vehículos que también se encuentren sobre la vía, precisar rutas de desplazamiento, leer señales de tránsito y otro tipo de señaléticas e información importante sobre la vía o el destino al que se dirige, y con base en toda esa información que recibe y procesa en milésimas de segundo constantemente toma decisiones aplicando la Inteligencia Artificial (IA) .

Este es un proceso que no se da de un momento a otro, y hablar hoy de un vehículo ya probado con un nivel de autonomía total no es viable, por lo menos a escala comercial. Además, porque este grado ya requiere no solo que el vehículo cuente con los elementos y capacidades tecnológicas suficientes sino también que su entorno como vías o las mismas señales de tránsito, para mencionar solo dos elementos relacionados, puedan generar información para interactuar con los autos. Pero sí se trabaja de manera fuerte y constante para lograr ese objetivo.

Si bien la meta es el carro en el que la intervención humana no exista, las empresas automotrices implementan diferentes niveles de autonomía en sus modelos con el fin de afinar cada una de las tecnologías que se requieren para avanzar en este propósito.

Así, de acuerdo con las directrices de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) de Estados Unidos, se puede hablar de 6 niveles diferentes de autonomía.  

Un primer nivel, que sería realmente el Nivel 0 de Autonomía, es aquel en el que no hay nada autónomo en el carro. Siempre el ser humano tras el volante debe tomar las decisiones sobre el comportamiento de la conducción en las diferentes situaciones que enfrenta el carro en la marcha. Existen sí algunas alertas, pero estas solo cumplen la labor de llamar la atención para que quien conduce pueda obrar en consecuencia y evitar, por ejemplo, un accidente

El que se podría denominar como Nivel 1 de Autonomía ya se encuentra presente en muchos modelos de producción y comercialización cotidiana en el mundo. Son vehículos en los que se encuentran sistemas como el frenado autónomo, el control de crucero, sistema de alerta y corrección de cambio de carril, o un control de estabilidad. Pero siempre el conductor humano está presente tomando las decisiones y reaccionando ante eventualidades en la ruta.

Para hablar de un Nivel 2 de Autonomía los protocolos SAE indican que en el vehículo se deben encontrar dos funciones de la conducción que sean controladas por el carro al tiempo. Por lo general la toma de control por parte del vehículo es por períodos relativamente cortos en el tiempo.

Ya, cuando se encuentra un auto que gestiona por si solo todo el proceso de conducción y solo precisa del conductor para tomar una decisión en una situación muy puntual o extrema, se habla de un carro con Nivel 3 de Autonomía. Aquí están en capacidad de tomar decisiones en algunas situaciones críticas de la conducción.

Al entrar al Nivel 4 de Autonomía el conductor, bueno en este caso mejor el ocupante del vehículo, solo debe dar la orientación inicial del destino del viaje y el vehículo se encargará de gestionar todo lo referente a la conducción para llegar al sitio. No hay mayor intervención humana en el proceso. Y cuando descubren una situación extrema tienen la capacidad de buscar un espacio seguro para detenerse y continuar luego

Y en el Nivel 5 de Autonomía es cuando ya definitivamente el vehículo cumple todas las funciones por si solo, toma todas las decisiones y trabaja con base en la información del entorno (vías vehículos señales otros objetos con los que se comunica a través de IOT) . Prescinde hasta del volante y los pedales de aceleración o freno así como cualquier tipo de gestión de velocidades de marcha para evitar cualquier tipo de interacción humana.

Rodar y rodar ¿Con cuántos kilómetros debo comprar mi auto usado?

El kilometraje es uno de los factores clave al momento de definir la compra de un carro usado, y por eso debe analizarse con cuidado para poder tomar la mejor decisión posible.

Hoy en Colombia se puede hablar de un recorrido promedio anual de un vehículo particular de unos 15 mil kilómetros. Este es ya un indicador inicial para saber si el kilometraje que anuncia la oferta de un vehículo específico puede ser confiable o no. Una cifra que supere excesivamente ese promedio puede indicar un carro que tendrá un desgaste prematuro de piezas y requerirá intervenciones mayores muy pronto. Pero tampoco se deje llevar por un kilometraje que este demasiado por debajo de esa cifra indicativa, si es un carro “que solo se usaba para ir a misa los domingos o para mercar cada semana” , también puede implicar que no le han hecho mantenimientos oportunos y algunas piezas o algunos fluidos, por ejemplo, pueden haber generado problemas.

Quizá un colchón de un 20% por encima o por debajo del promedio sea el límite para considerar el vehículo como una alternativa de compra.

También coteje con una inspección ocular del estado del carro, su carrocería, sus latas, la cojinería, o el desgaste de elementos como el volante o el pomo de la palanca de cambios (especialmente en carros de caja manual) si su presentación está acorde con el supuesto uso (recorrido del carro) . Un carro puede tener pocos kilómetros, pero si presenta muchos golpes, abolladuras o rayones en sus latas sugiere que su trato no ha sido el mejor y podría tener daños mayores en su estructura o máquina. También le pueden decir que el carro poco se ha usado, pero la silla del conductor presente un fuerte desgaste, alerta, con seguridad no le han dicho toda la verdad.

Otra referencia para conocer el kilometraje real está en el historial de entradas al taller, ya que generalmente al ingresar al servicio se anota el kilometraje con el que llega. Esto puede ser especialmente útil en carros que aún se encuentran en el período de garantía (que en algunos casos puede ir hasta 5 años o 100 mil kilómetros) .

También es importante hacer una prueba de ruta al vehículo que quiere comprar y estar muy atentos a los comportamientos y ruidos que generan en la marcha distintos elementos. Por ejemplo, lo que sucede al maniobrar la dirección o enganchar cambios, el ruido de la suspensión rodando sobre el pavimento y otras superficies, los frenos y el ajuste general del carro. Todo esto puede ser un indicio del real uso que se le ha dado a su potencial compra.

Pero para tener una certeza mayor al momento de cerrar el negocio siempre tenga el visto bueno de AUTOTEST. Con nuestro PROCESO de inspección podemos ofrecerle la mejor información sobre el estado real de ese carro que quiere comprar. Total transparencia para brindarle a usted la confianza de adquirir un auto en la mejor condición.