ESTUVO EN LA PLAYA?….tome precauciones.

En el período de vacaciones de fin de año es común que las familias se desplacen en su vehículo a diferentes sitios de descanso. Y uno de los destinos preferidos por los viajeros para pasar las fiestas de Navidad y Fin de Año es la playa, las ciudades costeras.

Playa, brisa y mar  son una opción ideal para el descanso del cuerpo y recargar energías,  pero plantea una serie de desafíos para el cuidado del carro, su mantenimiento y aspecto en el mediano y largo plazo.

El salitre, ese aire que llega del mar y que también se genera cuando las olas rompen en la costa, y que viene cargado con elementos como la sal y arena, es uno de los fenómenos más peligrosos para el buen estado de la pintura y para la estructura en general del vehículo porque con el paso de los días, si no se toman las precauciones o acciones correctivas necesarias, genera el proceso de corrosión de la lámina.

Y aunque las técnicas modernas de fabricación y ensamble de los vehículos contemplan desde fábrica la aplicación de elementos y sustancias que brindan una capa, un escudo de protección contra la corrosión, a través de procesos como la cataforesis, que es la aplicación de un recubrimiento especial a través de inmersión de la carrocería en una piscina con el anticorrosivo que se adhiere a la estructura metálica por aplicación de una corriente electrica, es importante de todas formas aplicar medidas preventivas y correctivas tanto antes como después de un viaje a zonas costeras.

Una de las primeras medidas preventivas antes de iniciar el viaje de fin de año es la de lavar el auto y aplicar cera que brinde un nivel de protección extra contra esos elementos exógenos que se encontrará en la ruta y el destino de vacaciones.

Una vez ya en la zona de destino lo primero es intentar que el sitio de alojamiento tenga una zona de parqueo cubierta. Así se podrá proteger el carro durante ese tiempo que no esté rodando.  Si no es posible tener una zona de estacionamiento cubierta conviene tener durante esos días la protección de una funda para cubrir el vehículo.

También, siempre tener las ventanas y puertas cerradas. No solo por la seguridad y evitar robos. Además para impedir que ese salitre ingrese al interior del automotor y se asiente sobre las diferentes superficies, incluso algunas de las que después sea muy difícil limpiarlo y con el paso del tiempo produzcan el fenómeno de corrosión. Siempre al ingresar al carro limpiarse zapatos para sacudir la arena y la sal, y también la que pueda ir adherida a todos los elementos que haya usado durante la jornada en la playa.  Y evitar entrar con la ropa y el cuerpo mojado, especialmente después de un baño en el mar.

Y por último, evitar a toda costa el contacto directo del agua de mar con el vehículo.  Esta puede depositarse en sitios donde es imposible remover la sal que esta contiene, y a partir de ahí se generan procesos de corrosión graves que solo aparecen cuando el daño es inevitable. 

Si la estadía en ese destino de costa es larga es recomendable por lo menos darle al carro un baño con agua dulce para eliminar la sal y la arena que se van pegando. Y es fundamental repetir este proceso al regreso nuevamente a la ciudad de origen. Una vez ya en casa la lavada general y profunda es vital, y ojalá no hacerlo en lavados automáticos porque los grandes rodillos pueden generar daños en la lámina si los residuos de salitre no han sido removidos antes con agua dulce. Esa lavada debe hacerse en sitios especializados, que cuenten además, con las herramientas necesarias para desmontar las sillas y poder hacer una limpieza y aspirada a fondo del interior del carro.