El auto sin conductor: un futuro no muy lejano

Ya en otras ocasiones en estos artículos hemos destacado como la industria automotriz, los vehículos en general y particularmente los vehículos de pasajeros han incorporado en su desarrollo las tecnologías de información y comunicaciones (Tics) para mejorar sus capacidades, brindar mayor seguridad, y ofrecer cada vez un mejor desempeño.

Esa combinación poco a poco está construyendo el camino para el desarrollo del llamado vehículo autónomo.  De manera simple, el auto autónomo es aquel carro que, sin la intervención directa de la operación humana y haciendo uso de la tecnología para imitar esas capacidades de un piloto de carne y hueso, puede cubrir una ruta, un trayecto, de manera segura y en el tiempo óptimo tomando las decisiones pertinentes para que así sea.

Quizá algunos de ustedes, lectores, recuerden a KITT, el Pontiac que protagonizaba la serie El Auto Fantástico y que muchas veces llegaba a rescatar a su piloto humano de situaciones peligrosas, pues bien esta es una representación, un poco dramática, de lo que podría hacer un auto autónomo 100%.

Y la industria automotriz avanza de manera rápida y apoyada en una serie de alianzas con gigantes de la tecnología para presentar a través de diferentes marcas y propuestas carros que cada vez ofrezcan más niveles de autonomía y en el futuro incluso puedan generar un gran clúster de vehículos que comparten información entre sí para hacer los viajes más eficientes con el mínimo de riesgo para cualquier actor en la vía.

Estos autos hacen uso de una serie de desarrollos, entre los que se encuentran uno ya común y de tradición como el radar, unido con tecnologías más recientes y de alta precisión como el sistema LIDAR que mide la distancia entre un objeto y un sensor usando rayos láser, los GPS, cámara computarizadas, mapas digitales, Internet de las Cosas, entre otras.

La convergencia de estas tecnologías permite que un vehículo no solo se desplace de un punto A a un punto B sino que en ese desplazamiento pueda hacer un barrido constante del entorno en el que se mueve, tener información de las condiciones del terreno, anticiparse a obstáculos u otros vehículos que también se encuentren sobre la vía, precisar rutas de desplazamiento, leer señales de tránsito y otro tipo de señaléticas e información importante sobre la vía o el destino al que se dirige, y con base en toda esa información que recibe y procesa en milésimas de segundo constantemente toma decisiones aplicando la Inteligencia Artificial (IA) .

Este es un proceso que no se da de un momento a otro, y hablar hoy de un vehículo ya probado con un nivel de autonomía total no es viable, por lo menos a escala comercial. Además, porque este grado ya requiere no solo que el vehículo cuente con los elementos y capacidades tecnológicas suficientes sino también que su entorno como vías o las mismas señales de tránsito, para mencionar solo dos elementos relacionados, puedan generar información para interactuar con los autos. Pero sí se trabaja de manera fuerte y constante para lograr ese objetivo.

Si bien la meta es el carro en el que la intervención humana no exista, las empresas automotrices implementan diferentes niveles de autonomía en sus modelos con el fin de afinar cada una de las tecnologías que se requieren para avanzar en este propósito.

Así, de acuerdo con las directrices de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) de Estados Unidos, se puede hablar de 6 niveles diferentes de autonomía.  

Un primer nivel, que sería realmente el Nivel 0 de Autonomía, es aquel en el que no hay nada autónomo en el carro. Siempre el ser humano tras el volante debe tomar las decisiones sobre el comportamiento de la conducción en las diferentes situaciones que enfrenta el carro en la marcha. Existen sí algunas alertas, pero estas solo cumplen la labor de llamar la atención para que quien conduce pueda obrar en consecuencia y evitar, por ejemplo, un accidente

El que se podría denominar como Nivel 1 de Autonomía ya se encuentra presente en muchos modelos de producción y comercialización cotidiana en el mundo. Son vehículos en los que se encuentran sistemas como el frenado autónomo, el control de crucero, sistema de alerta y corrección de cambio de carril, o un control de estabilidad. Pero siempre el conductor humano está presente tomando las decisiones y reaccionando ante eventualidades en la ruta.

Para hablar de un Nivel 2 de Autonomía los protocolos SAE indican que en el vehículo se deben encontrar dos funciones de la conducción que sean controladas por el carro al tiempo. Por lo general la toma de control por parte del vehículo es por períodos relativamente cortos en el tiempo.

Ya, cuando se encuentra un auto que gestiona por si solo todo el proceso de conducción y solo precisa del conductor para tomar una decisión en una situación muy puntual o extrema, se habla de un carro con Nivel 3 de Autonomía. Aquí están en capacidad de tomar decisiones en algunas situaciones críticas de la conducción.

Al entrar al Nivel 4 de Autonomía el conductor, bueno en este caso mejor el ocupante del vehículo, solo debe dar la orientación inicial del destino del viaje y el vehículo se encargará de gestionar todo lo referente a la conducción para llegar al sitio. No hay mayor intervención humana en el proceso. Y cuando descubren una situación extrema tienen la capacidad de buscar un espacio seguro para detenerse y continuar luego

Y en el Nivel 5 de Autonomía es cuando ya definitivamente el vehículo cumple todas las funciones por si solo, toma todas las decisiones y trabaja con base en la información del entorno (vías vehículos señales otros objetos con los que se comunica a través de IOT) . Prescinde hasta del volante y los pedales de aceleración o freno así como cualquier tipo de gestión de velocidades de marcha para evitar cualquier tipo de interacción humana.