COMPRANDO CARRO? PRUEBELO COMO UN PROFESIONAL.

La mejor forma de comparar vehículos es con una prueba de conducción y para ello lo mejor es llenarse de cabeza fría, hacer muchas preguntas y dejar la timidez en la casa.

El primer paso en ese proceso es programar todo aquello que va a evaluar, ojalá sea por escrito, para que a la hora de la verdad no olvide nada por la emoción de montarse en un carro nuevo.

Luego, tenga claridad sobre el tipo de vehículo que está evaluando.

No es lo mismo un auto familiar que una camioneta, o un sedán que un coupé o una pick up que una van.

Todos ellos son distintos, cumplen una función diferente y el fabricante ha buscado con su esfuerzo diferenciarlos de sus competidores.

No es lo mismo comparar naranjas con manzanas y el comportamiento de la conducción del carro o su confort están determinados por el tipo de carro. A su medida

Antes de iniciar la prueba abra todas las puertas y la maleta. Imagínese en el supermercado empacando todas las bolsas y guardando todas sus compras.

También piense si puede transportar esa bicicleta que cada ocho días le lleva al niño al paseo. Busque la llanta de repuesto y analice si es fácil de retirar. Luego siéntese en todas las sillas, adelante y atrás… ¿Son cómodas, demasiado duras o muy blandas? ¿Cabrían tres personas atrás cómodamente o solamente dos niños y estrechos? ¿Qué tanto espacio le queda en las piernas o debajo de las sillas para sus pies?

Luego siéntese en la silla del conductor. Realice todos los ajustes posibles a la silla.

¿Se siente cómodo? Ahora ajuste los retrovisores y el timón ¿Cómo se siente viendo los instrumentos, mirando hacia atrás, manejando el timón o haciendo los cambios?

Accione el aire acondicionado, la calefacción, el radio ¿Le parece todo bien o encuentra algo que le molesta o no está en su debido lugar?

Ahora mire al exterior ¿Ve todas las esquinas del carro? ¿O tiene puntos ciegos o difíciles de ubicar?

En ese momento, prepárese para una prueba de ruta.

La prueba de ruta

Lo primero es apagar el radio y estar dispuesto a oír hasta el mínimo ruido. Luego escoja una ruta que le sea familiar, con diferentes condiciones para que pueda conocer al máximo el auto y pídale al vendedor que lo acompaña, que le diga cuales son las mejores cualidades del auto según su criterio. Esté preparado para conocerlas.

Converse poco y escuche mucho. Concéntrese en la facilidad de conducción y en la comodidad en el asiento, en la posición de los pedales; fíjese si son suaves o necesitan fuerza como una maquina de un gimnasio.

Es muy importante tener un auto que sea confortable y no difícil como un Fórmula 1.

En la ruta, ¿Cómo se comporta el carro

¿La dirección es predecible y precisa o demasiado pesada y con mucho juego?.

Espere un poco de espacio adelante y acelere a fondo. ¿Cómo fue el desempeño? ¿Hizo mucho ruido el motor (como un carro de carreras) o apenas dejo sentir un leve ronroneo?

¿Aceleró como un deportivo o apenas se sintieron los caballos como ponys de la cortina de hierro?

Luego, en un área más segura, por ejemplo un parqueadero, frene a fondo varias veces ¿Qué pasó con el freno? ¿Cambió de comportamiento a medida que se calentó? ¿Produjo ruidos extraños o desviaciones hacia un lado o otro?

Si está equipado con sistema ABS, ¿cómo fue el funcionamiento? ¿Realmente sintió el efecto de este último en un aumento de la maniobrabilidad durante el frenado?

Luego haga un giro de 360 grados a cada lado ¿Le parece confortable el radio de giro o requiere de un gran espacio para dar una vuelta en U? ¿Chillan las ruedas o funcionan como si estuviera montado en los mejores tenis deportivos?

Si encuentra en su camino un terreno destapado o con huecos, escuche ruidos extraños que indiquen una suspensión inapropiada para las calles o carreteras del país.

Estacione y mire las características de expansión del vehículo. Algunos, por ejemplo, ofrecen que las sillas traseras se retraen y aumentan la capacidad de carga ¿Es esto cierto? o sólo se doblan de forma parcial y en realidad el beneficio es poco.

Otros ofrecen una tercera fila de sillas que se pueden remover, ¿es fácil hacerlo o requiere llamar a Supermán para que recurra en su ayuda?.

Ahora sí devuélvase al concesionario y decida si la prueba fue superada con creces.

Antes de firmar el pedido, solicite una prueba de noche.

Tal vez pueda llevar el vehículo a su casa y medirlo en el parqueadero. En el camino ensaye las luces, las exploradoras y, en general, la visibilidad con bajos niveles de iluminación.

El resto, unos lo odian y otros lo aman. Si está seguro, satisfecho, negocie el precio sin miedo, siempre habrá algo para obtener. No sienta pena ni compromiso por no comprar el vehículo de inmediato.

Es probable que quiera o deba evaluar otro vehículo.

Esto le dará más seguridad en la compra y le permitirá escoger con mayor propiedad y conocimiento.

Ahora si, adelante y buena suerte con su compra