El catalizador y su función de mitigar el impacto de las emisiones de gases del carro.

Días atrás hablábamos en esta columna sobre el sistema de escape y sus componentes, entre ellos mencionamos el convertidor catalítico o catalizador,  que está presente en los autos desde mediados de los años 70 del siglo XX, cuando las automotrices norteamericanas decidieron incorporar este elemento a sus modelos como respuesta a las directrices de la Agencia de Protección Ambiental, EPA, para mitigar las emisiones de gases y sus efectos en el medio ambiente.

El convertidor catalítico, es un dispositivo que se coloca en el tubo de escape, sobre el final del sistema que da salida a los gases de la combustión y tiene como objetivo “limpiar”, o mejor, transformar esas sustancias residuales de la combustión de la mezcla aire y combustible en componentes que tengan un menor impacto sobre el aire al ser expulsados y,  por consiguiente,  sobre las salud humana.

Cuando se produce el proceso de la combustión y se genera la expulsión de los gases que quedan en la cámara para dar paso a una nueva entrada de mezcla, por el múltiple de escape circulan gases como el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno o combustible no quemado. Estos gases y estas sustancias no deben salir al medio ambiente tal y como surgen de la cámara de combustión, y es ahí  cuando entra en funcionamiento el catalizador.

 Este elemento tiene una forma cilíndrica y su cuerpo central está elaborado en material cerámico con una serie de celdas configuradas como tipo  panal,  que tienen un recubrimiento al cual se adhieren partículas de metales nobles como el paladio, el rodio, el platino o el oro. Este cuerpo central está cubierto por una lámina de aluminio.

En su camino hacia el exterior por la tubería del sistema de escape, los gases pasan a través del convertidor catalítico a una alta temperatura, al atravesar las celdas en forma de panal que contienen las partículas de los metales reaccionan con estos y se genera la transformación de los mismos. Es así como tras el paso por la conversión catalítica por el exhosto del vehículo se emiten gases como el dióxido de carbono, que tiene impacto en el medio ambiente especialmente por el volumen de vehículos que ruedan en el mundo, pero en un nivel menor que el monóxido; también se descomponen en oxígeno y nitrógeno que se encuentran de manera natural en el aire que respiramos diariamente, además vapor de agua.

Una clave para que el catalizador cumpla su función de manera adecuada es que la combustión se haga con base en la medida correcta de la mezcla estequiométrica de aire y combustible, es decir 14,7 partes de aire por 1 parte de combustible. En otras palabras el vehículo debe encontrarse en buen estado en su operación mecánica, con el motor afinado de manera correcta.  

El convertidor catalítico puede presentar fallas originadas en situaciones como un consumo de aceite o muy bajo o excesivo, también con hábitos de conducción como los arrancones y frenadas en trayectos cortos, la falta de mantenimiento periódico al carro que no permite un funcionamiento adecuado del motor, igualmente lo pueden afectar golpes que recibe el vehículo en su parte inferior.

Un sonido metálico que se escucha en esa parte trasera del vehículo, un humo denso que sale por el tubo de escape, o un olor desagradable también emanado por el sistema de escape, pueden ser indicadores de una avería en este importante componente.