Colombia es hoy el quinto país en venta de vehículos en América Latina, aún en medio de la crisis de desaceleración de la comercialización y matrícula de autos nuevos que vivió el país en meses recientes y que, al parecer, se está superando con un reporte positivo por cuarto mes consecutivo este año.
De acuerdo con las cifras de la Asociación Latinoamericana de Distribuidores de Automotores, Aladda, en septiembre en la región se vendieron 481.064 unidades nuevas en todos los segmentos y categorías de vehículos, con un crecimiento del 10,6 por ciento en estas ventas al compararse con las registradas durante septiembre del año anterior.
Y en este sentido Colombia se ubicó como el quinto país de mayore ventas con las 17.144 registradas en el Runt y con una variación positiva casi similar a la cifra del mercado total regional, 9,8 por ciento, lo que señala una tendencia positiva y alejándose de los decrecimientos que se habían convertido en constante.
Por encima de Colombia se encuentran en su orden Brasil, México, Argentina y Chile, aunque este último país muestra una pequeña desaceleración cercana al 3 por ciento en sus ventas del mes de septiembre.
Al analizar las cifras de ventas acumuladas del año que compila Aladda, se observa que Colombia es un jugador de mediano tamaño en la región, también ubicándose en este ranking en la quinta posición, con ventas totales de enero a septiembre por 135.463 unidades nuevas en todas las categorías. Este indicador también refleja el complejo momento que vive el mercado automotor del país, porque mientras el crecimiento regional fue cercano al 6 por ciento, las ventas en Colombia lo hicieron en una tasa del 1.1 por ciento.
Aún así el país se ubicó como uno de los 6, de los 11 en total que agrupa Aladda, que mostró crecimiento en el comportamiento de ventas y matrículas de vehículos nuevos en lo que va del año.
Eléctricos se consolidan poco a poco
Las cifras de la Asociación Latinoamericana de Distribuidores de Automotores también dan cuenta del proceso de consolidación de la movilidad a partir de nuevas energías que se está dando en Colombia y la región.
En vehículo eléctricos Colombia es el tercer país de mayores ventas en este tipo de automotores. Entre enero y septiembre suman 4.592 unidades, que si bien es una cifra que parece poca frente a los 45.600 de Brasil, o los poco más de 18.000 autos eléctricos en México, si muestran una tendencia creciente y una apuesta por este tipo de movilidad.
Por su parte al sumar a esta cifra las ventas de carros híbridos e híbridos enchufables, Colombia ha puesto a rodar este año 33.030 unidades, con un crecimiento del 49 por ciento frente a los resultados acumulados entre enero y septiembre de 2023.
Ir al concesionario o acudir a cualquiera de los sitios o comercios reconocidos en venta de vehículos usados, analizar las opciones, comparar ofertas y modelos, hacer cuentas y mirar las opciones de financiamiento, decidirse y, finalmente, comprar ese carro nuevo o usado que apunta a mejorar la calidad de vida y brindar mayor comodidad personal y familiar para el transporte y la movilidad.
Y en todos esos análisis, en las consultas y el sopesar una u otra alternativa para elegir la mejor opción de vehículo, usted lector, ¿pensó en el seguro? ¿Está consciente que la conducción es una actividad que conlleva riesgo tanto para usted, sus acompañantes, o cualquier actor en la vía? ¿En sus cuentas se incluye un parte para el pago de un seguro voluntario?
Esas son algunas preguntas que toda persona que toda persona o familia que esté en el proceso de comprar un vehículo debe tener en cuenta con el fin de tener un respaldo ante eventuales situaciones de incidentes o accidentes generados por la conducción ya sea en persona propia o a terceros y sus bienes.
Sin embargo, pese a que podría ser evidente la importancia de contar con un seguro que ofrezca respaldo para estas situaciones, Colombia no se destaca por tener una fuerte cultura del aseguramiento, más allá de la obligación del Soat (que incluso tampoco es la más alta)
De acuerdo con los datos de la Federación Colombiana de Aseguradores, Fasecolda, y con los datos totales del año 2023, del total del parque automotor registrado en Colombia y que se estima en poco más de 18 millones de vehículos, solo un 12,2 por ciento cuenta con algún tipo de seguro voluntario, es decir alrededor de 2.260.00 vehículos- o mejor, sus propietarios- están asegurados en caso de accidentes como respaldo para enfrentar afectaciones en su vida, su integridad física, daños a su automotor, o daños a personas o bienes de terceros.
Cuando el mismo gremio precisa un poco más las cifras, se encuentra que la penetración de este tipo de seguro es de 27 por ciento entre los propietarios de vehículos diferentes a motocicletas; pero solo de un 3 por ciento entre los propietarios de motos.
Y aunque el porcentaje de asegurados es bajo, el valor pagado en siniestros no es para nada despreciable. En 2023 las compañías de seguros giraron por concepto de reclamaciones un valor de COP 3.5 billones
En el SOAT tampoco hay avances
Y si bien en Colombia es obligatorio contratar un seguro para todos los propietarios de vehículos automotores (carros y motos) que tiene una cobertura para brindar asistencia médica a todas las víctimas de accidentes de tránsito, e incluso una cobertura en caso de fallecimiento en un accidente, la obligatoriedad de este requisito parece relativa a la luz de las cifras sobre su penetración.
El gremio asegurador da cuenta que del total del parque automotor registrado en el Runt, y que, insistimos, deberían de manera obligatoria contar por lo menos con el Soat para poder transitar por las vías del país, sólo un 51% cumplen con esta obligación, es decir alrededor de 9.7 millones de unidades.
El análisis reúne tanto carros como motocicletas, y son los propietarios de estas últimas los que menos cumplen la obligación. Es así como menos del 39 por ciento de las motos matriculadas cuentan con su Soat al día, pese a que las motocicletas representan uno de los actores viales más vulnerables, lo que se refleja en su participación del 88% en el número total de víctimas de accidentes de tránsito.
Las compañías de SOAT desembolsaron un total de COP 2,6 billones, destinados a la atención médica de las víctimas de accidentes de tránsito y el resto de las coberturas.
En el 2023, se registraron preliminarmente más de 1,1 millones de víctimas de accidentes. De estas, más de 773.000 corresponden a vehículos con un SoatT vigente, mientras que alrededor de 263.000 corresponden a vehículos sin SOAT o no identificados.
¿Por qué es importante contar con un seguro?
Si bien el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat) ofrece un respaldo a los conductores y a los actores viales, este solo opera cuando, como lo dice su nombre se presenta un accidente y cubre temas relacionados con atención médica o fallecimiento y por un monto específico y relativamente pequeño.
El seguro voluntario ofrece un respaldo y cobertura mucho más amplias, sin entrar en el campo de la atención médica en caso de accidente, espacio que queda en manos de la cobertura que ofrece el Seguro Obligatorio; ofrece sí la protección frente a hechos como el hurto, casos de vandalismo, afectaciones al vehículo por eventos naturales, daños ocasionados por otros vehículos en un accidente; generando así tranquilidad a los propietarios que pueden contar con un respaldo financiero para cubrir los gastos, y muchas veces por muy altas sumas, derivados de situaciones como las anteriormente enumeradas.
Además, el seguro es también una cobertura que permite asumir eventuales responsabilidades frente a terceras personas bien sea por afectación en su salud, condición física, fallecimiento o daños a sus bienes, a través de la cobertura de responsabilidad
Por supuesto, la calidad y amplitud de las coberturas que ofrecen las distintas aseguradoras varía de acuerdo con el valor de la prima, por eso, siempre, en todos los análisis previos para la compra de un vehículo nuevo o usado, es importante dedicar un momento a establecer cuánto es lo que se puede pagar mensual o anualmente por el seguro voluntario, y con base en ese cálculo buscar la mejor opción posible en cobertura para contar con la tranquilidad de un buen respaldo.
No solo el mercado de vehículos 0 kilómetros en Colombia se encuentra afectado por una serie de factores que desde lo económico, la confianza del consumidor y la incertidumbre en torno a decisiones que pueden afectar el bolsillo en el mediano plazo, hacen que la tendencia de ventas sea de disminución actual.
También la categoría de los vehículos usados se ha visto contraída en el último año como una consecuencia directa de la reducción en ventas y matrículas de los autos nuevos. Una explicación sencilla: muchas veces para una persona adquirir un carro nuevo acude a vender su vehículo actual, con el objetivo de conseguir liquidez que le ayude a financiar la nueva compra, pero hoy el mercado se encuentra en una incertidumbre y es así como quien quería comprar su carro 0 kilómetros lo piensa y muchas veces pospone su decisión para quedarse un tiempo más largo con su vehículo actual; y quienes acuden al mercado del usado para hacerse con un buen carro no encuentran la oferta adecuada. Esto se refleja también en una caída en el número de traspasos de propiedad de los vehículos.
Es así como las cifras compiladas por la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, señalan como durante el primer semestre de este año, la comercialización de los carros usados fue de 417.720 unidades. Esto representó una reducción superior al 5 por ciento, frente a las 440.819 unidades que a junio del año 2023 habían cambiado de propietario en Colombia.
Solo en el mes de junio los traspasos cayeron un 9,7% al pasar de 74.742 unidades negociadas y registradas en las diferentes autoridades de tránsito en el país en junio de 2023, a 67.517 carros usados que cambiaron de dueño en el sexto mes del presente año.
En el mercado del usado el liderazgo en ventas y traspasos lo tiene Chevrolet, marca de la que se colocaron 108.049 unidades en el semestre, pero con reducción superior al 10%. En segundo lugar se encuentran los modelos de la automotriz Renault, con 65.542 carros, que también registró caída en la operación del 7,1%. La tercera marca de más ventas en usados es Mazda que en el año suma 35.393 unidades.
Ya al llevar el análisis a líneas de vehículos, Chevrolet ocupa los tres primeros lugares con sus modelos Spark, Aveo y Sail, que en conjunto suman 36.359 unidades usadas comercializadas. Por su parte el Mazda 3 en sus diferentes versiones es el cuarto vehículo más apetecido por los clientes del mercado del usado y del que se comercializaron 5.959 carros en el primer semestre de 2024. Y la pick up Toyota Hilux es el quinto modelo con mayor nivel de negociación y traspaso en lo que va del año.
Por ciudades del país, Bogotá es la región que más concentra negocios de vehículos usados. En el semestre su autoridad de tránsito totalizó 132.031 operaciones. Por su parte Medellín y los municipios del área metropolitana sumaron 78.607 vehículos usados negociados y registrados ante las diferentes secretarías de movilidad en esta zona.
La proyección realizada por Andemos indica que al cierre del 2024 el número de traspasos sería de 955.444 carros, con una esperanza de reactivación durante el segundo semestre, si se tiene en cuenta que en la totalidad de 2023 la comercialización de vehículos usados fue de 910.805 unidades. Una proyección que podría ir acorde con las perspectivas de mejor comportamiento con las tasas de interés en virtud de las reducciones de este indicador generadas por el Banco de la República y que deben impactar en el mediano plazo el costo de crédito para la compra de carro nuevo o usado en Colombia.
Una de las áreas en las que los fabricantes automotrices en el mundo muestran grandes avances en el desarrollo de sus carros tiene que ver con la incorporación de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs) en los diferentes sistemas que operan en el vehículo para su correcto funcionamiento, bien sea desde el punto de vista de desempeño dinámico, seguridad o confort para sus ocupantes.
La digitalización está a la orden del día en los nuevos modelos que día a día las marcas presentan al mercado automotor global, y los compradores y consumidores de vehículos esperan con ansías cada nuevo desarrollo, cada nueva solución que, en teoría, está orientada a darle mayor facilidad a la labor de conducir.
Pero ¿quizá se le esté yendo la mano a los ingenieros y diseñadores automotrices intentando digitalizar cada función, cada comando y cada proceso que esa máquina conocida como automóvil debe cumplir en su función de transportar a las personas?
Pues uno de los organismos independientes que más trabaja en el campo de la seguridad vial, la corporación NCAP, a través de su programa Euro NCAP considera que sí se está poniendo en riesgo la seguridad de ocupantes de vehículos, peatones y otros actores de la vía con un exceso en la digitalización, de la presencia de pantallas y de funciones que estas almacenan para que el conductor en cualquier momento las active pasando su dedo sobre ellas.
Para EuroNCAP la cada vez mayor presencia de pantallas táctiles, y cada vez de mayor tamaño o abarcando áreas mayores dentro del habitáculo es un riesgo para la seguridad vial. Esto lo afirma Matthew Avery, director de desarrollo estratégico de Euro NCAP: “casi todos los fabricantes de vehículos están trasladando controles clave a pantallas táctiles centrales, lo que obliga a los conductores a apartar la vista de la carretera y aumenta el riesgo de accidentes por distracción”.
Por eso una de las estrategias de Euro NCAP es recomendar a los fabricantes de vehículos que en los nuevos modelos que desarrollen incorporen algunos controles físicos, botones, para la activación de algunas funciones básicas del vehículo, y que de manera intuitiva el conductor pueda accionar estos botones sin necesidad de perder la vista del camino y de los elementos que rodean la vía para minimizar los riesgos.
De acuerdo con la información que ha generado EuroNCAP, entre las funciones que la organización recomienda deben activarse a través de un elemento físico y no en la pantalla táctil, están las luces intermitentes, la bocina o pito como lo conocemos en Colombia, los limpiaparabrisas, o la llamada de emergencia que hoy incorporan muchos vehículos como parte de su arsenal de tecnología y seguridad a bordo.
Esta recomendación del organismo que realiza pruebas de seguridad a los vehículos en Europa entraría en vigor para sus evaluaciones a partir de 2026, dando tiempo así a las marcas de generar sus estrategias para, si lo consideran, adoptar la recomendación.
¿Y por qué decimos que se trata de una recomendación? Euro NCAP , el programa europeo de seguridad vehicular es un organismo independiente, apoyado por varios gobiernos europeos y organizaciones que tienen que ver con la industria automotriz, pero no se trata en ningún momento de un ente regulador oficial o vinculante para las marcas automotrices. Sin embargo sus evaluaciones y pruebas de choque que tienen calificaciones de 0 a 5 estrellas se han convertido en un factor importante de evaluación entre muchos compradores de vehículos. Y también Euro NCAP es referente para otros programas de seguridad en el mundo que desarrollan sus pruebas de seguridad tanto para ocupantes como peatones.
Si un fabricante quiere que sus modelos, o por lo menos algunos de los modelos que produce puedan alcanzar las famosas cinco estrellas en seguridad deberá adoptar esta recomendación como parte de su estrategia de desarrollo de producto. Esto generará, en un mediano plazo un efecto dominó, porque si bien muchas marcas producen el mismo modelo pero con diferentes características y equipamientos de acuerdo con el mercado en el que se venderán, el comprador comenzará a hacer comparaciones y poco a poco también exigirá que su carro nuevo tenga características de seguridad similares a las de otras partes del mundo y Colombia no está exenta de ello. Muchas marcas, especialmente en segmentos medio altos o altos traen modelos directamente de Europa y la reacción de las marcas a estas recomendaciones impactará directamente en el tipo de producto que se ofrecerá en los mercados de esta parte del mundo más temprano que tarde.
Fijar, determinar el precio de venta de un carro nuevo es una tarea de filigrana por parte de las marcas que quieren, por supuesto, vender la mayor cantidad de unidades posibles de sus diferentes modelos, con un precio adecuado que, primero no los saque del mercado o segmento al que están dirigidos, y que les permita obtener la rentabilidad adecuada para sustentar la operación, tanto de producción y ensamble, como la comercial que adelantan a través de sus asociados comerciales, los concesionarios.
Son muchos los factores que los equipos encargados de establecer el precio de venta de un carro tienen que evaluar, analizar y probar mediante diferentes modelos económicos que les permitan visualizar de la manera más precisa posible cuál es el valor indicado que cumpla con los requerimientos para hacer viable la comercialización del vehículo en el mercado.
De acuerdo con lo señalado a Autotest por especialistas que han tenido la responsabilidad comercial de varias marcas en Colombia, la primera variable que las marcas tienen en cuenta para fijar ese precio de venta es, claro, el costo de producción del automóvil. Este costo puede variar y por lo tanto su influencia en la definición de precio dependiendo si se trata de un vehículo que llega importado y listo para su comercialización, o si es un carro que tiene un proceso de ensamble en el país e incorpora también un porcentaje de elementos y mano de obra local.
También en esos costos de producción se tiene en cuenta si el vehículo en su fabricación se desarrolla con un alto grado de tecnología y robotización, que si bien es una tecnología costosa, la capacidad para fabricar una gran cantidad de vehículos permite a la firma automotriz diluir en ese gran número de unidades dicho costo. A diferencia de vehículos- en las gamas premium y gran lujo- que tienen procesos de fabricación aún con alto componente artesanal, producen pocas unidades y su valor, por el mismo proceso es mucho más alto.
Otra variable que tiene un peso importante a la hora de definir el precio final de un carro al público está relacionada con la carga impositiva. Y aquí, por ejemplo juegan un papel importante los aranceles de importación, en el caso de los vehículos no ensamblados en el país. Desde los años 90 del siglo XX, Colombia desarrolló una fuerte política de liberalización de su comercio exterior a través de tratados de libre comercio que, en la práctica, lo que hace es flexibilizar el pago de aranceles de importación y reducirlos gradualmente. Hoy el país tiene acuerdos comerciales de este tipo con varios países y regiones, muchas de las cuales son importantes productoras de vehículos, bajo este contexto muchas marcas automotrices importan sus modelos a Colombia desde países con los que se tienen suscritos estos acuerdos y entran pagando un arancel muy bajo o incluso ningún tipo de arancel cuando la desgravación paulatina ya se ha completado de manera total. Bajo esta figura se encuentran ya orígenes como Estados Unidos, México, Canada, los países del Mercorsur y vehículos que puedan llegar de la región anteriormente conocida como el Pacto Andino.
Corea del Sur, otro importante origen de los carros que ruedan en Colombia está hoy en el 14% y camina hacia la desgravación total en unos pocos años.
Esto permite que el precio pueda ser menor que en condiciones de tributación a la entrada de mercancías normal.
A este costo, que puede ser menor, también se le suma el costo del transporte (flete) y que por lo general es marítimo por la eficiencia y capacidad para transportar el volumen de este tipo de producto.
¿El origen puede ser un factor para considerar en el precio? La respuesta de los expertos consultados por Autotest es sí. Por factores objetivos como el hecho de que la mano de obra o incentivos de carácter fiscal que pueda otorgar un gobierno determinado a su industria hacen que sea más competitiva y pueda fabricar bienes y servicios a un menor costo. Pero también por factores un poco más subjetivos como la percepción de calidad que se pueda tener por parte de los consumidores con relación a los productos llegados de un país u otro, aunque este es un factor que cada vez pesa menos dada la globalización y estandarización de los procesos de producción.
Pero también están los impuestos internos deben tenerse en cuenta en los análisis para definir el precio final de venta. Y aquí cabe recordar lo afirmado hace algunas semanas por el presidente de Asopartes, Carlos Andrés Pineda Osorio, quien en entrevista con Autotest, explicaba que en la factura que el cliente recibe por la compra de su auto, entre un 60% a 70% del valor representa lo que se debe pagar por temas de impuestos y gravámenes.
Cabe recordar que también dentro de los costos, se tiene en cuenta el costo ya no de producción, sino los relacionados a la comercialización. Las automotrices venden sus vehículos a través de una red de concesionarios, que en su gran mayoría son empresas independientes y tienen un contrato de concesión de la marca para ofrecer sus vehículos. El fabricante les vende a estos concesionarios sus carros que los compra, para poderlos ofrecer en sus vitrinas. De ahí que también el concesionario debe incluir sus costos de operación y los costos de promoción de los vehículos, más la rentabilidad esperada en el precio final del vehículo que vende a cada cliente.
Hoy la rentabilidad de una operación comercial para la colocación de vehículos nuevos en el mercado, de acuerdo con los expertos consultados por Autotest, puede estar entre el 10 y 12%. Una rentabilidad apenas justa, señalan. Realmente la apuesta comercial y de sostenimiento de los negocios en los concesionarios, explican, está en las áreas de posventa y accesorios que sí pueden aumentar hasta el 30% o 40% y son las que realmente le dan viabilidad a cualquier establecimiento dedicado a la venta de vehículos nuevos.
Y claro, el mismo carro puede tener precios diferentes de acuerdo con su versión, que esta dada generalmente por el nivel de equipamiento que tenga, desde las versiones llamadas comúnmente de entrada, hasta las de mayor equipamiento en cada segmento o categoría determinado por la marca.
Los precios de los carros no surgen, entonces, de una decisión a la ligera o de un capricho de cada fabricante o comercializador que piensa sus carros deben tener un valor determinado porque sí. Se trata de un ejercicio de evaluación de diversas variables económicas, financieras, tributarias y comerciales que en última instancia buscan generar el sostenimiento de una operación industrial y comercial de la que dependen muchas personas y familias.