Ford Territory híbrida debuta en Colombia

Ford Motor Colombia introduce la Territory Híbrida al mercado sudamericano, con un lanzamiento previsto para noviembre en el país. Esta SUV electrificada representa uno de los primeros modelos de su tipo en la región, consolidando la presencia de la marca en Colombia, donde la versión convencional ya ocupa posiciones destacadas en ventas: segundo lugar en Perú y Argentina, cuarto en Chile y México, y un pico de 1.200 unidades en Brasil durante agosto.

«La Territory Híbrida combina innovación y versatilidad para adaptarse a las demandas diarias de los conductores», señaló José Llanos, presidente de Ford para Colombia, Ecuador y Venezuela.

Anunciada hace aproximadamente un mes, la variante híbrida llega en la versión Titanium de gama alta. Incorpora un motor 1.5L EcoBoost turbo cargado junto a un sistema híbrido y una transmisión DHT (DEDICATED HYBRID TRANSMISSION) automática de dos velocidades, que optimiza la interacción entre el propulsor eléctrico y el de gasolina. El conjunto genera 240 hp y 545 Nm de torque, permitiendo una operación eléctrica en entornos urbanos para reducir emisiones y ruido. El frenado regenerativo contribuye a la eficiencia, y pruebas internas del fabricante indican una autonomía de hasta 1.200 km por tanque. El sistema Terrain Management ofrece modos Normal, Eco y Sport para ajustarse a diferentes condiciones de manejo.

En diseño exterior, la SUV presenta una parrilla frontal con barra LED, faros LED delanteros y traseros, y rines de 19 pulgadas en tonos gris y negro. Incluye manijas cromadas, espejos plegables eléctricos con proyección de luz, y barras de techo. El acceso sin llave, encendido remoto y un maletero de 448 litros con apertura manos libres son características funcionales. Se ofrece en ocho colores: Gris Carbón, Rojo Rubí, Negro Ágata, Blanco Platino, Azul Metálico, Verde Oasis, Blanco Ceniza y Azul Luna.

El interior prioriza el espacio, con 956 mm para piernas en la fila trasera y 997 mm de altura al techo, entre los más amplios en SUVs compactas. Los asientos traseros abatibles 60/40 expanden la capacidad de carga, mientras los delanteros, en cuero gris y negro, cuentan con ajustes eléctricos (10 para el conductor, 4 para el copiloto), calefacción y ventilación. Un techo panorámico de doble panel, climatizador bi-zona e iluminación ambiental ajustable complementa el habitáculo. El volante en cuero es regulable, y los vidrios eléctricos incluyen función One Touch Down en todas las posiciones.

En conectividad, destaca una pantalla táctil de 12 pulgadas compatible con Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos, un cargador inductivo y un sistema de audio Arkamys con ocho altavoces para sonido 3D. El panel de instrumentos digital de 12.3 pulgadas muestra datos como consumo y alertas, con sensores de lluvia y retrovisor electrocromático.

La seguridad integra el paquete Ford Co-Pilot360, con cámara 360 grados, control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, monitoreo de punto ciego y alerta de tráfico cruzado. Incluye frenado automático de emergencia, control de luces altas, sensores de estacionamiento, estabilidad, tracción, Auto Hold y asistente en pendientes. Siete airbags y anclajes ISOFIX completan el equipamiento.

«La Territory Híbrida sirve como opción para el tráfico urbano o viajes largos, priorizando eficiencia y comodidad», indicó Andrés Barón, gerente de marca de Ford Motor Colombia. Con un precio de 169 millones de pesos, la preventa inició en noviembre en concesionarios Ford, ampliando las alternativas de movilidad híbrida en un mercado en expansión.

Conducir en ciudad/conducir en carretera.

Conducir en ciudad y manejar en carretera son dos actividades aparentemente iguales: dirigir desde el volante la dirección de un carro sobre una vía determinada para desplazarse de un punto A a un punto B. Sin embargo, ambas tienen diferentes condiciones y exigen una apropiación distinta por parte del conductor al asumir esta tarea. Quien está detrás del volante debe saber que hay diferencias en cuanto al ritmo de conducción, las condiciones y elementos que se pueden encontrar en la vía, el entorno general de una ruta u otra, y la atención que debe brindar al manejar en ciudad o al desplazarse por una carretera, autopista o autovía.

La conducción en ciudad requiere, quizá, un nivel de atención más alto. Es una conducción sujeta a una serie de elementos que interactúan con el conductor durante su trayecto: peatones, otros vehículos motorizados o de impulsión humana (bicicletas, carretas) y semáforos. Solo en Medellín existen hoy día 704 intersecciones semafóricas, según datos de la Secretaría de Movilidad. El tráfico es más lento y pesado debido a la alta densidad de vehículos que se encuentran en el mismo espacio de las calles. De igual manera, al manejar en la ciudad, el conductor debe prestar mayor atención a las señales de tránsito que indican rutas, sentidos viales, zonas de restricción y, especialmente, límites de velocidad, ya que es posible encontrar diferentes regulaciones en un mismo trayecto y es necesario acatarlas para evitar una costosa multa o generar un incidente vial.

En la ciudad, la conducción debe ser más pausada y con un mayor nivel de atención a los cambios, especialmente en cuanto a las indicaciones de las señales de tránsito, ya sean verticales o de piso. También se debe estar atento a la interacción con otros actores de la vía, particularmente peatones, ciclistas y motociclistas, que pueden aparecer de forma repentina y, en algunos casos, imprudente. Es indispensable anticiparse y prever, en lo posible, cada situación que pueda presentarse. La distancia entre vehículos es un factor fundamental para una conducción que minimice los riesgos.

Por su parte, el manejo en carretera o autopista permite una velocidad mayor, por lo general entre 80 km/h y 120 km/h, de acuerdo con el tipo de vía, sus condiciones de infraestructura y lo sinuoso del trayecto. De igual manera, la conducción será mucho más progresiva, en la medida en que no será necesario detenerse o reducir la velocidad con tanta frecuencia como en la ciudad. Pero así como la velocidad de recorrido es más alta, también es necesario mantener con aún mayor cuidado una distancia prudente entre vehículos, distancia que debe permitir un adecuado tiempo de reacción ante cualquier eventualidad que pueda presentarse.

Uno de los riesgos más comunes en las carreteras tiene que ver con la fauna, que puede cruzarse en cualquier momento con consecuencias imprevisibles. Por eso es importante estar atento a estas situaciones y acatar la reducción de velocidad cuando una señal indique posible presencia de fauna en el camino. En carretera, una de las recomendaciones clave es mantener siempre una velocidad estable.

Cabe recordar que al transitar por carretera, si necesita realizar un adelantamiento, esta maniobra debe hacerse utilizando el carril izquierdo, que es el habilitado y determinado por la legislación actual de tránsito para tal fin. Por el carril derecho se ubican los vehículos en su tránsito normal, cumpliendo el límite máximo de velocidad. Si se trata de vías con tres carriles, el tránsito debe hacerse por los carriles extremos que estén a la derecha del conductor. Por su parte, en vías de cuatro carriles, la indicación normativa es transitar por los carriles extremos y dejar los carriles interiores para maniobras que impliquen adelantamiento o circulación a mayor velocidad cuando sea necesario.

Desde el punto de vista mecánico la conducción en uno u otro entorno también genera diferentes situaciones. La conducción preferentemente urbana implica un mayor estres en componentes como frenos, embrague y el mismo motor que muchas veces por los trayectos cortos urbanos no alcanza la temperatura de operación ideal.

La conducción en carretera si bien genera también un desgaste este puede ser a mayor plazo ya que al mantener, con una buena técnica de conducción, una velocidad constante durante mayor tiempo sin necesidad de paradas o desaceleraciones frecuentes, menor uso de embrague y frenos los componentes duran más, y también la presión del aceite es más estandar permitiendo lubricar mejor los componentes del motor.

El carter, un desconocido de gran importancia.

En el universo de la mecánica automotriz, existen componentes cuya relevancia suele pasar desapercibida para el usuario promedio, pese a su papel fundamental en el funcionamiento del motor. Tal es el caso del cárter, una pieza que generalmente solo entra en el radar del propietario cuando sufre una rotura o fisura, muchas veces producto de impactos con objetos en la vía. Las consecuencias de estos daños, lejos de ser menores, pueden comprometer gravemente la integridad del motor.

El cárter es, en esencia, un receptáculo ubicado en la parte inferior del bloque motor. De forma cóncava y fabricado en acero o aleaciones diseñadas para resistir tanto altas temperaturas como esfuerzos mecánicos, su función primaria es contener el aceite lubricante que circula por los componentes internos del motor. Este aceite retorna al cárter por gravedad una vez completado su recorrido de lubricación y, desde allí, es nuevamente aspirado por la bomba para reiniciar el ciclo.

No obstante, su labor no se limita al almacenamiento del lubricante. El cárter también actúa como un intercambiador térmico, permitiendo que el aceite disipe parte del calor acumulado durante su tránsito por zonas de alta fricción. Este efecto de enfriamiento contribuye de manera significativa a la estabilidad térmica del sistema de lubricación.

Adicionalmente, el cárter desempeña una función estructural de protección. Cubre y resguarda componentes críticos como el cigüeñal, las bielas y los pistones, aislándolos del contacto con elementos externos que podrían provocar daños prematuros o fallas de alto costo.

En términos de configuración, existen dos tipos principales de cárter en los vehículos:

  • Cárter húmedo: Es el sistema más común. El aceite, tras lubricar las partes móviles, regresa al fondo del bloque y se mantiene allí hasta que es succionado nuevamente por la bomba. Es un sistema sencillo, eficiente y adecuado para la mayoría de los vehículos de uso cotidiano.
  • Cárter seco: Presente sobre todo en aplicaciones de alto rendimiento —como vehículos deportivos o de competición— este sistema emplea un depósito externo al bloque motor. El aceite es extraído del cárter mediante una bomba de vacío y almacenado en un tanque auxiliar, desde donde otra bomba lo distribuye nuevamente. Esta configuración permite una mejor gestión térmica, una mayor capacidad de lubricación bajo condiciones extremas y un diseño de motor más compacto.

Como lo señalábamos unas líneas atrás el usuario promedio solo presta atención al carter cuando este registra un daño y el aceite deja de cumplir su función de manera eficiente. Por eso, para evitar llegar a esa situación es importante estar alerta a algunas señales que pueden indicar problemas con este elemento.

Entre ellas se encuentran manchas de aceite en el garaje o en sitios en los que el auto se estaciona con frecuencia. También puede ser una señal el encendido de las luces indicadoras de presión de aceite en el tablero. Ruidos inusuales en el motor podrían ser una indicación de un problema relacionado con el cárter. El sobrecalantemiento es una señal de alerta clave y una de sus causas puede ser un carter en mal estado.

Si es necesario cambiar el carter luego de examinar su estado, es un proceso que debe hacerse por parte de personal especializado ya que sus tornillos deben ajustarse con un par de apriete específico para evitar daños en la estructura de la carcasa.

El auge del diseño cuadrado, de vuelta a los orígenes.

El diseño automotriz en los años recientes ha visto un proceso de regreso a las formas cuadradas y los estilos y dibujos más angulares. Ya los vehículos caracterizados por unas líneas redondeadas, por su forma de gota y por aspectos que privilegiaban las configuraciones orientadas a tener menores resistencias al paso del aíre no tienen el sitial de privilegio.

Y esto es especialmente visible en los vehículos tipo SUV. Hasta hace unos 3 años, la tendencia en esta categoría de vehículos mostraba carros con poca presencia de ángulos y lineas marcadas, incluso algunos techos que remataban en una figura tipo fastback con una suave caída hacia la zaga del automotor. Diseños con líneas muy fluidas y suaves.

Hoy esta tendencia parece ser agua pasada y los SUV (Vehículos Utilitarios Deportivos) vuelven a tener una presencia visual más fuerte y marcada que se refleja en diseños más cuadrados. Modelos que vemos rodar en las calles de Colombia como el nuevo Toyota Land Cruiser, la nueva generación de Hyundai Santafé, los modelos eléctricos de la automotriz Kia como el EV5, EV9 y EV3, o la renacida Ford Bronco apelan a esta reconfiguración de sus formas.

¿Pero, por qué nuevamente el diseño tipo caja está de nuevo en boga? De acuerdo con lo que señalan diseñadores la figura cuadrada señala una sensación de resistencia, de fortaleza. En un principio los modelos orientados a rodar por terrenos difíciles o para viajes, las camionetas, tenían estas formas, ademas eran vehículo que en su manejo eran rudos; sinembargo en la década de los 90 del siglo pasado, la ingeniería automotriz comenzó a dotar estos vehículos de sistemas y formas de construcción que utilizaban plataformas de vehículos de pasajeros y nacieron las SUV,  con el fin de remarcar también sus formas más suaves  de manejo también el diseño comenzó a tomar líneas más estilizadas y suavizar los trazos que los acercaron más a ese concepto de automóvil que cualquier persona puede conducir, y convertirlos también en un carro familiar.

Pero el diseño tiene la particularidad de adoptar las tendencias y los comportamientos de las personas para adaptarlos a productos que satisfagan sus necesidades e interpreten sus anhelos, sueños y gustos. Y la nostalgía por otras épocas que en los últimos años se ha convertido en una tendencia en aspectos como la moda y la música, también llega a los autos, y los diseñadores lo captan.

Por eso de nuevo la imagen de rudeza, de fortaleza, de capacidad off road está de nuevo presente en las calles traducida en modelos como los señalados unas líneas atrás, incluso en el renacimiento de una línea como la Bronco de Ford, que apela no solo a un nombre asociado a los vehículos más capaces, sino que lo muestra con un carro basado en los modelos de los años 70 y 80 con su figura cuadrada sin artilugios estilísticos.

Pero, y de la aerodinámica qué?

Uno de los argumentos para la adopción de las líneas más redondeadas, capos bajos,  y las figuras en forma de gota por ejemplo, tienen que ver con el aprovechamiento para mejorar la aerodinámica y dar mayor eficiencia al consumo

Estas figuras actuales, de vehículos como cajas de zapatos en teoría impactan de manera negativa la eficiencia. Sinembargo aunque este tipo de diseño puede castigar un poco ese ítem, existen otros mecanismos que compensan el impacto sobre el comportamiento dinámico

Con el desarrollo o aplicación de materiales más ligeros el peso de estos vehículos disminuye y esto contribuye a maximizar su eficiencia en el consumo de combustible. Además, como una buena parte de estos nuevos modelos están desarrollados como vehículos eléctricos o híbridos, también la inclusión de tecnologías como la regeneración al frenar o al desacelerar permite que la autonomía por galones o kilovatios sea mucho más amplia. Y si se trata de vehículos con motores aspirados, la tecnología actual, con turbos, por ejemplo, también facilita que motores pequeños entreguen mejor potencia y consumos más contenidos.

¿Los carros cuadrados volvieron para quedarse? Pronto para dar una respuesta definitiva, pero por el momento son el nuevo boom y su aceptación les da un buen espacio para seguir siendo tendencia en las calles de Colombia y el mundo.

La industria automotriz está cambiando.

Nuevas tecnologías, mayores preocupaciones por el impacto de la producción y la operación de los vehículos en el entorno ambiental, regulaciones sobre la seguridad cada vez más estrictas, la irrupción de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) en la operación de los carros, nuevas formas de consumo de vehículos y de la movilidad; son algunos de los factores que influyen en este cambiante entorno. Y Colombia no es ajeno a estas tendencias.

Les presentamos un panorama de estos cambios, con un enfoque en casa, lo que está pasando en el país, en un sector que representa poco más del 6% del PIB industrial.

1. Aceleración de la movilidad eléctrica

Colombia ha experimentado un notable crecimiento en la adopción de vehículos eléctricos. En enero de 2025, las ventas de estos vehículos aumentaron un 345% en comparación con el mismo mes del año anterior, alcanzando 966 unidades vendidas. Este crecimiento posiciona al país como el tercero en América Latina en ventas de vehículos eléctricos, solo detrás de Brasil y México. ​

2. Políticas gubernamentales y aranceles diferenciados

El gobierno colombiano ha ajustado su estrategia respecto a los incentivos para vehículos híbridos. En noviembre de 2024, se anunció que los aranceles de importación variarían según el tipo de tecnología del vehículo híbrido: los Mild Hybrid tendrían aranceles similares a los vehículos a gasolina y diésel, los Full Hybrid entre el 20% y el 25%, y los Plug-in Hybrid entre el 15% y el 20%. Estas medidas buscan promover la adopción de vehículos eléctricos y eventualmente su producción nacional

3. Crecimiento del mercado de vehículos usados

El mercado de vehículos usados en Colombia también muestra signos de dinamismo. En diciembre de 2024, se registraron 102.719 traspasos, un aumento del 21% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este repunte permitió cerrar el año con 926.123 traspasos acumulados, un 1,7% más que en 2023. La digitalización ha facilitado este crecimiento, al ofrecer plataformas que simplifican el proceso de compra y venta de vehículos usados.​

 4. Necesidad de modernización automotriz

A pesar de los avances, Colombia enfrenta retos significativos en la producción local de vehículos. En 2024, el 98% de los vehículos vendidos en el país fueron importados, contrastando con el 32% de producción nacional registrada hace una década. Además, la antigüedad del parque automotor, especialmente en vehículos de carga pesada, es preocupante, con una obsolescencia estimada entre 25 y 30 años. Estos factores resaltan la necesidad de políticas que fomenten la producción local y la renovación del parque vehicular.​