En memoria de Herman Gutiérrez

Si fuera necesario personificar el ejemplo de la pasión por lo que se hace, esa persona sería Herman Gutiérrez.

Él, no solo era un profundo conocedor y entusiasta de los carros antiguos y clásicos y poseedor de uno de los mejores garajes con este tipo de piezas que se pueden tener en Colombia. Era además, y sobre todo, un entusiasta difusor de esta actividad y de lo que representa como parte de la memoria histórica y el desarrollo de un país.

Su pasión desbordante se reflejaba en cada charla, en cada conversación, en cada tertulia que sostenía con quien se acercaba a él para conocer un poco más acerca de esos “carros viejos”. Un conversador como pocos. Sentarse con Herman para charlar sobre esos vehículos de los años 20, 30, 40 o incluso los poderosos muscle car de los 60 y 70 podrían significar horas de una muy amena conversación salpicada de anécdotas en torno a un carro, su historia, sus características y también en muchos casos sus dueños y los garajes por los que pasó antes de llegar a manos de Herman.

Como entusiasta de los carros antiguos y clásicos Herman Gutiérrez participó en la creación del Museo del Transporte Fundación, y fue uno de sus miembros más activos. Como tal cada año participaba con alegría de la organización del Desfile de Autos Antiguos y Clásicos y él mismo rodaba en alguno de sus vehículos por las calles de Medellín. Quizá el más popular de ellos el Packard 1929 que en su momento fue propiedad del Arzobispo de Medellín José Manuel Caycedo, y que era una de las joyas más preciadas de Herman. Pero también era un gran conocedor de los modelos Volkswagen Escarabajo. Y se sentía muy orgulloso del Corvette Sting Ray Split Window que le valió un reconocimiento en el SEMA Show de Las Vegas.

Pero más allá de su conocimiento y su pasión por los autos, Herman Gutiérrez fue sobre todo una persona buena. Siempre afable, incluso con aquellos que acababa de conocer y que de inmediato se sentían acogidos por su bonhomía y su  don de gentes. Siempre dispuesto a enseñar y escuchar a todo el que se acercaba a él para resolver una inquietud por más simple que fuera, y todo con una sonrisa.

Desde Autotest queremos enviar a la familia de Herman Gutiérrez, a sus amigos y compañeros del Museo del Transporte Fundación y a todos los entusiastas del mundo de los carros antiguos y clásicos que compartieron su pasión con Herman un abrazo de solidaridad ante su repentina muerte.