La exportación, un camino para la industria automotriz en Colombia: Sofasa, un ejemplo.

El mundo es ancho y el mercado automotor no se agota en las ventas internas en Colombia. Así lo piensa Renault y por eso su apuesta industrial en el país apunta a convertir a la planta de Sofasa en un hub para la exportación de los vehículos de la marca a diferentes mercados de la región América.

Así, de manera clara lo señala el presidente y director general de Renault en Colombia, Ariel Montenegro durante una charla con un grupo de periodistas especializados en la sede de la ensambladora en el municipio de Envigado,  y en la que Autotest estuvo presente.

Los mercados externos juegan un rol clave en la estrategia industrial y comercial de la automotriz francesa que ya exporta poco más del 49 por ciento de su producción a diferentes mercados. México, Ecuador y Argentina son hoy día los principales destinos de los carros que salen de la línea de ensamble de Sofasa. Pero también sus carros ruedan en Perú, Bolivia, Chile y algunos otros países en Centroamérica. Incluso en- sorpresa- Cuba,  circulan algunos de los vehículos ensamblados por Renault en Colombia.

En total, durante el año 2023 las exportaciones de la automotriz desde Colombia ascendieron a 13 mil unidades, con destino a 11 países.

México, un mercado de peso

Como ya se mencionó unos párrafos antes, México es uno de los principales mercados que Renault Colombia tiene en su portafolio internacional. Allí se espera exportar poco más de 4.300 unidades durante el presente año.

¿Pero, cuál es el atractivo del país azteca? Explica Ariel Montenegro que si bien México tiene una industria automotriz con un alto nivel de desarrollo y son varias las marcas que tienen allí plantas de fabricación y ensamble, estos proyectos productivos tienen un mercado internacional en la mira cuando se instalan en el territorio: Estados Unidos.

Es por esto que aún con esa gran industria productora de vehículos, cerca del 49 por ciento de los carros que viajan diariamente por las calles y carreteras mexicanas son vehículos que llegan al país importados de otras regiones del mundo. Y Renault, con Sofasa quiere ser actor importante en ese segmento.

“El segundo mercado de la región es México, y queremos que México mire a Colombia como su proveedor principal”.

Igualmente hay confianza con el proceso de flexibilización a las importaciones que se está presentando en Argentina y que abren importantes posibilidades para fortalecer el proceso exportador de Renault Colombia.

Hasta Venezuela comenzó a recibir nuevamente los vehículos de Renault-Sofasa, una operación que aún es muy pequeña dadas las complejidades del mercado en el vecino país, pero que afirman la importancia de pensar en el ensamble con una visión de exportación y largo plazo.

La consolidación de la estrategia de internacionalización de los modelos ensamblados por Sofasa también debe estar apoyada en una política de fomento a la industrialización en toda la cadena automotriz y medidas de apoyo que hagan viable las ventas externas.

En este sentido añadió Ariel Montenegro se ha avanzado con medidas como la aprobación del CERT (Certificado de Reembolso Tributario) del 3% del valor FOB de las exportaciones realizadas. Y se espera que en diálogos y mesas de discusión con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo se pueda avanzar en la implementación de otros mecanismos que fortalezcan y viabilicen un entorno exportador favorable.

Un nuevo modelo para ensamblar y exportar

Además, Sofasa se prepara para dar un nuevo paso en su plan de potencialización industrial de cara a los mercados regionales. Con una inversión de 100 millones de dólares iniciará en próximas semanas el ensamble y comercialización del modelo Renault Kwid en su versión de motor a combustión. Este modelo desde Envigado llegará a 14 países de América.

El plan de inversión para la industrialización del Renault Kwid desde Colombia ya le ha permitido a Sofasa aumentar el nivel de automatización de la planta a cerca del 20 por ciento de los diferentes procesos involucrados en el ensamble de cada vehículo, incorporar tecnología y fortalecer la cadena de proveedores que integran piezas y partes del nuevo carro que en breve comenzará a salir de su línea de montaje.

Renting, una opción para dinamizar el mercado automotor.

En el mes de mayo el sector automotor mostró una contracción en las ventas y matrículas de vehículos nuevos y, nuevamente surgen las inquietudes entorno a cómo reactivar una actividad que aporta un número importante de empleos y genera importantes recursos a través de impuestos.

Las marcas, desde hace ya un par de meses están activando varias estrategias comerciales, especialmente con la entrega de bonos y descuentos para la compra de sus vehículos. Pero también apuntan a desarrollar con mayor énfasis mecanismos más novedosos para incentivar la compra de un carro nuevo.

Apuntan de manera especial a aquellas personas que buscan usufructuar un vehículo, disfrutar sus ventajas, comodidad y mejora en la calidad de vida; pero no están interesados en ser propietarios de este. Para ellos las marcas y sus aliados apuntan a desarrollar de manera más intensa un mecanismo como el renting.

El renting es, de manera simple un contrato de arrendamiento de largo plazo, que un potencial usuario de un vehículo firma con una compañía especializada dueña del automotor, y que le permite disfrutar por un período de tiempo o un número de kilómetros determinado de dicho bien, y pagar una cuota mensual de arrendamiento por este.

En Colombia, de acuerdo con los datos que entregan las firmas que se especializan en esta modalidad de adquisición de vehículos se calcula que ruedan poco más de 50.000 vehículos amparados por un contrato de renting. Cabe anotar que esta modalidad no es nueva y muchos de estos vehículos son usados por compañías en sus flotas de trabajo o como vehículos corporativos. Pero lo que sí es más reciente es la aplicación del renting para el uso de vehículos personales.

Bajo esta modalidad la compañía propietaria del vehículo se compromete a hacerse cargo de los gastos generados por el vehículo tales como seguros, mantenimientos preventivos y correctivos (bajo ciertos límites establecidos en el contrato), impuestos, cambio de partes y piezas de desgaste normal, incluso en muchos casos hasta las lavadas sencillas que el carro requiera durante cada mes. Gastos como el combustible o pago de peajes cuando se trate de trayectos en los que deben cancelarse, parqueaderos, entre otros sí corren por cuenta de quien hace uso del vehículo.

Como el vehículo no es propiedad de quien lo disfruta y lo usa en su movilidad cotidiana, este no hace parte de su patrimonio y por lo tanto no es objeto de declaración de renta. También desde un punto de vista financiero es posible que quien elige la modalidad del renting pueda destinar los recursos que se involucrarían en la compra del carro, o parte de ellos, para financiar otro tipo de activos o inversiones. Además no tiene que asumir el proceso de depreciación del bien.

Tampoco es necesario pago de una cuota inicial, o una cuota final para quedarse con el bien, ya que la finalidad no es la propiedad. Además, entre las ventajas de la modalidad de renting se encuentra la posibilidad de poder renovar de manera más frecuente el modelo, incluso con la misma cuota o un aumento leve, pero siempre inferior a lo que implicaría comprar un vehículo nuevo cada tres o cuatro años.

Carros eléctricos, un vistazo a su situación actual en el mundo.

Recientes noticias, especialmente de Europa revelan que varias marcas automotrices están reformulando sus planes para los vehículos eléctricos.

No, no dejarán de fabricarlos, pero sí creen que es necesario levantar un poco el pie del acelerador en los planes para el desarrollo de este tipo de soluciones de movilidad sostenible por lo que consideran unas perspectivas menos favorables en el entorno lo que lleva a los potenciales clientes a ser más cautelosos en la toma de decisión de compra de este tipo de automotores.

Mercedes Benz y Volkswagen, por ejemplo, hicieron anuncios en este sentido. La automotriz de vehículos del segmento premium señaló que su estrategia de carros eléctricos tendrá una reformulación, y sin abandonarla, sí tendrá un enfoque de mayor plazo. Por ello el presidente de la marca señaló en días recientes que la venta de vehículos con motores de combustión y tecnología híbrida se extendería hasta bien entrada la década de 2030, y también anunció la cancelación del desarrollo de la plataforma de carros eléctricos para sus sedanes de mayor tamaño a partir de la que sería la plataforma MB.EA-Large.

En un sentido similar, Volkswagen explicó que sus planes para una electrificación total también bajan algunas marchas y será un proceso más lento. En cambio, tienen en mente profundizar un poco más en los vehículos con una solución híbrida enchufable.

Para las marcas, uno de los factores que las lleva a replantear su plan de electrificación está relacionado con una disminución de la demanda en Europa. Y esto se explica en parte por la decisión de Alemania- el mayor mercado de venta de autos en la región- de eliminar todos los apoyos que brindaba a la compra de vehículos eléctricos.

Pero también los costos de producción y una todavía insuficiente red de puntos de carga para los vehículos, además de estar muy concentrada precisamente en Alemania y en los Países Bajos, apuntan a la necesidad de ser más cautos con el paso de la combustión a la electrificación total que está planteada en esa parte del mundo para el año 2035.

En Europa, al cierre del primer trimestre, según los datos de la Asociación de Fabricantes, la venta de vehículos eléctricos representaba 12% de las ventas totales, cuando un año atrás estas eran poco más del 14%.

China le da aire a los eléctricos

Sin embargo, pese a las alertas de las marcas en Europa sobre las dificultades de la electrificación, las perspectivas globales parecen ser un poco menos grises. Así por lo menos se desprende de un reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) que en sus perspectivas para el mercado de los carros eléctricos estima ventas este año de unos 17 millones de unidades.

«En lugar de disminuir gradualmente, la revolución mundial de los vehículos eléctricos parece estar preparándose para una nueva fase de crecimiento. Se espera que la proporción de vehículos eléctricos en las carreteras siga aumentando rápidamente», sostiene Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía

Por supuesto, un porcentaje importante del comportamiento de las ventas se explica por lo que se logre en China, un mercado al que la Agencia ubica con un crecimiento de 10 millones de unidades. En segundo lugar, se ubicará Europa (con sus dudas y todo) y luego Estados Unidos.

Y China parece mostrar todo lo contrario a las preocupaciones de los productores europeos. Para los chinos los costos de producción no parecen ser un factor de riesgo. Señala la AIE que allí ya más del 60% de los carros eléctricos tienen un precio de adquisición menor que los modelos equivalentes con motor de combustión tradicional.

Y esta ventaja- que va de la mano de las ayudas que otorga el gobierno chino a sus automotrices- también los lleva a ser un incuestionable competidor global. Sus exportaciones representaron la mitad de las ventas mundiales de vehículos eléctricos.

Lo que las exportaciones de vehículos eléctricos desde China pueden representar para la industria automotriz mundial ya puso en alerta a Estados Unidos, y el gobierno Biden autorizó un arancel de 100% a las importaciones de carros eléctricos desde ese país.

Europa quizá no llegue a ese extremo, pero sus gobiernos, varios de ellos, también piensan en la necesidad de limitar de alguna manera el ingreso de los vehículos eléctricos del gigante asiático. Pero de manera paralela tienen que avanzar en políticas industriales y de apoyo para fomentar esta fabricación en su propio suelo.

Colombia, un panorama de retos y oportunidades

Si el panorama internacional para los vehículos eléctricos refleja los retos que debe enfrentar la tecnología para su desarrollo, Colombia no escapa a las complejidades para afianzar una nueva tendencia en la movilidad.

Si bien Colombia se ha destacado en Latinoamérica como uno de los países con mayor avance en la penetración de vehículos de nuevas energías, aún así su participación en el mercado sigue siendo baja.

Para el inicio de 2024 de acuerdo con los datos del RUNT, en Colombia rodaban poco más de 7 millones de carros. De estos tan solo 11.500 están registrados como carros eléctricos, es decir por el momento ni el 1% del parque rodante.

Aún así los vehículos eléctricos y en general aquellos que apelan a tecnologías más amigable con el medio ambiente han registrado cifras de crecimiento permanente en un contexto de desaceleración de la industria en los últimos 18 meses. Y el mercado se está moviendo con la presencia de nuevos modelos en diferentes categorías tanto en vehículos de pasajeros como en automotores de trabajo.

El avance mayor de la movilidad eléctrica en Colombia debe también superar una serie de retos, y así lo ha planteado la Asociación de Movilidad Sostenible.

En primer lugar, el tema de un desarrollo más fuerte de la infraestructura para carga que no solo aumente los puntos de conexión, también desconcentre estos sitios de ciudades principales y los lleve a ciudades intermedias y al corredor vial nacional para facilitar los viajes intermunicipales.

Es importante fortalecer políticas fiscales y de beneficios en la compra y tenencia de este tipo de carros. Reducción arancelaria, tarifas impositivas menores, facilidades para la movilidad en las ciudades.

Por su puesto, otro elemento tiene que ver con el costo de los vehículos, si bien no es un factor que se pueda controlar totalmente por parte del país y sus regulaciones, sí es posible acortar la diferencia entre el valor de un vehículo eléctrico frente a un auto a combustión. Además de los incentivos tributarios y fiscales, apoyo en temas financieros que faciliten la compra podría ser otra alternativa.

Y si bien la conciencia de preservación del medio ambiente ha crecido, especialmente en población más joven, es importante profundizar en información en cuanto a las ventajas de la movilidad eléctrica a los consumidores, más allá de un beneficio de rodar sin restricciones por las vías de sus ciudades.

Con este panorama es claro que el desarrollo de la política de descarbonización en la industria automotriz y el transporte no es un proceso que tenga todo el camino allanado, sin embargo, con plazos que seguramente se reajustarán la movilidad transita por nuevas sendas y su futuro se pinta más verde.

¿Podría Colombia reactivar una industria automotriz?

El retiro de General Motors como ensamblador del mercado colombiano abre el debate sobre si Colombia es o no una región propicia para el desarrollo de procesos industriales automotrices, o un país solo comercializador de vehículos importados, como lo hace Chile, por ejemplo.

Cabe anotar que tras el cierre de la planta de Colmotores (General Motors) en Colombia solo quedan hoy día dos plantas ensambladoras. De un lado Renault, con su instalación de Sofasa en el municipio de Envigado, cerca de Medellín, y que se dedica al armado de vehículos de pasajeros. Y la segunda, Fotón, orientada al montaje de vehículos comerciales de mediano tonelaje en Cundinamarca.

Por supuesto, alrededor de ambas también hay un ecosistema de empresas, mucha de ellas de mediano tamaño, que suministran algunas piezas y partes para ese proceso de ensamble en lo que se conoce como integración nacional.

De acuerdo con las cifras de la Cámara de la Industria Automotriz, con asiento en la Andi, en la actualidad existen más de 290 proveedores integrados a la cadena productiva en la industria automotriz y genera cerca de 357 mil empleos este cluster.

Cabe entonces preguntarse ¿debe Colombia dejar marchitar esta actividad industrial, o potenciarla?

El mercado interno automotor es pequeño. En su mejor momento logró ventas superiores a 300 mil unidades en un año, pero en lo recientes años una serie de factores lo han llevado a una disminución y los síntomas de recuperación aún son débiles, pero sí hay optimismo de quebrar esa tendencia por parte de los comercializadores que vieron, por ejemplo, en abril, un aumento de matrículas luego de 18 meses a la baja.

Pero también es importante señalar que se trata de un mercado con un bajo indicador de motorización (vehículos por cada 1.000 personas). Señala Invest In Colombia que este indicador es de 87 autos, cuando Argentina, por ejemplo,  cuenta con un índice de 227 vehículos. Y no solo son pocos los carros que circulan para el estándar de la región también son viejos, con promedios que superan los 17 años, y con mayor fuerza en los segmentos de vehículos de trabajo. Es decir,  hay espacio para crecer y renovar la flota.

Pero aún así, el mercado interno por si solo no es atractivo totalmente para impulsar una reactivación industrial automotriz en ensamble y/o fabricación. El camino se orienta hacia la conversión de Colombia en una plataforma de exportaciones, un hub desde el que las firmas automotrices y también los autopartistas locales y globales puedan llevar sus productos y servicios a los mercados de la región.

Latinoamérica, es un mercado que supera los 420 millones de habitantes. Quizá sin incluir a México o Brasil que tienen industrias con amplio desarrollo y, en el caso de este último país, una política proteccionista fuerte a su producción es posible pensar en una base industrial que desde un país como Colombia pudiera dar abasto a una buena parte de las necesidades de vehículos en la región.

No es utópico, Renault con su planta de Sofasa es un ejemplo de ello y hoy destina alrededor del 50% de su producción anual para atender 15 mercados en la región, con metas de extender esta red a cerca de 20 en el mediano plazo, aún con las dificultades logísticas que entraña tener la ensambladora en la región central de Colombia.

¿Por qué GM no apostó por este camino? Decisiones estratégicas que en algún momento podrán explicarse.

Pero la estrategia de ser plataforma exportadora requiere de un trabajo coordinado entre gobierno, empresa y también academia. Un marco regulatorio adecuado, que ofrezca beneficios y también genere responsabilidades, que sea propicio a la inversión de largo plazo. Unas acciones que solucionen o mitiguen los problemas logísticos para la importación y exportación de los bienes y productos generados por los ensambladores y/o fabricantes automotrices, estímulos y un entorno económico que permita a los ciudadanos adquirir o modernizar sus vehículos, proyectos de industrialización de largo plazo con vocación exportadora, mano de obra calificada, y otros factores.

Hubo un momento en la historia en el que Colombia tuvo tres firmas ensambladoras, y un poco antes, hasta fábrica de motores. ¿Será capaz el país y su dirigencia pública y privada de revitalizar una industria que no solo aporta un importante capital, también moviliza las capacidades técnicas, de investigación y desarrollo del talento humano?

Colombia ¿una tierra híbrida?

Toyota Corolla Hybrid

En medio de la desaceleración que ha marcado la venta y matrícula de carros nuevos en Colombia durante cerca de un año y medio (aunque las noticias de abril señalan una leve recuperación) la categoría de los vehículos que ahora denominan de nuevas energías, es decir eléctricos e híbridos, muestran un comportamiento totalmente diferente y muy positivo. En especial el segmento de los híbridos.

De acuerdo con los registros que mes a mes analiza y publica la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, con base en los reportes de ventas y matrículas del Registro Único de Tránsito, RUT, solo en lo corrido de 2024 la comercialización de los modelos eléctricos e híbridos ha crecido casi el 91%, y entre estos los modelos de vehículos híbridos registran aumentos del 80 por ciento en la categoría de híbridos enchufables y del 106% en aquellos caracterizados como vehículos híbrido no enchufables.

De hecho al dar cuenta de las marcas líderes de ventas en todo el mercado automotor (todos los segmentos y categorías) el resultado sorprende. Hoy día es Toyota la marca que se sitúa en el primer lugar, destronando a emblemas tradicionales en esta posición como Renault y Chevrolet.

Y la explicación para ello está en la forma como la automotriz japonesa leyó la tendencia del mercado en Colombia y supo sacar ventaja del misma. Una marca que si bien es tradicional en el país, siempre había sido reconocida por sus modelos cuatro por cuatro tanto pick ups como SUV y se ubicaba en posiciones intermedias del ranking. Sin embargo el interés que han despertado los vehículos híbridos en un sector más amplio del mercado permitió a Toyota traer al país varios de sus modelos con esta tecnología y con costos relativamente asequibles convertirse en una alternativa para quienes buscan esta solución de movilidad.

En esta categoría de vehículos compiten hoy cerca de 8 marcas con diferentes modelos y también tecnologías dentro de las posibilidades de hibridación, partiendo desde los denominados híbridos ligeros o mild hybrid, los híbridos enchufables y los híbridos no enchufables.

El auge de los modelos híbridos hoy en Colombia tiene una primera explicación atada a las normas sobre la movilidad en las ciudades, y es que estos modelos, sin importar el nivel de hibridación, están exentos de la restricción de movilidad que impone el sistema de pico y placa.

Pero es válido señalar que muchos de sus propietarios también buscan una mayor eficiencia y menores gastos mensuales en su paso por una estación de servicio. Especialmente los modelos híbridos no enchufables ofrecen un rendimiento de combustible que en algunas marcas puede llegar hasta los 90 kilómetros por galón, gracias a la posibilidad de rodar en un modo eléctrico por una cantidad determinada de kilómetros, o alternar el trabajo del motor eléctrico con el impulso por el combustible tradicional, alargando así la frecuencia de tener que cargar gasolina y reduciendo costos, recorriendo mayores distancias con una tanqueada.

Y aunque el argumento de protección al medio ambiente no es el que más impulsa las ventas, también hay propietarios que tienen la suficiente conciencia para entender que con este tipo de vehículos aportan un grano de arena a esa imperiosa necesidad de ser más respetuosos con el ecosistema.

Pero el dinamismo de los vehículos híbridos en Colombia no está exento de polémicas. Desde muchos sectores, incluso en la misma industria automotriz, se está propugnando por generar una diferenciación en beneficios entre las diferentes tecnologías eléctricas e híbridas.

Para ello, sus promotores sostienen que los eléctricos que en su operación no generan CO2 tienen hoy beneficios iguales de cara al usuario que los modelos híbridos, y debería darse una mayor prelación a los primeros por su más notorio impacto benéfico sobre el medio ambiente. Y esta distinción, señalan, debe ser más fuerte cuando se trata de vehículos de hibridación ligera que realmente aportan la energía eléctrica a funciones de apoyo pero no a la tracción del vehículo.

El debate está abierto y se estima que en próximos meses podría darse una directriz desde el gobierno para generar beneficios diferenciales entre una tecnología y otra.

Sin embargo es claro que el auge de los vehículos híbridos ha comenzado a generar una importante conciencia de las ventajas de tener una movilidad más sostenible-los híbridos (no mil hybrid) generan anualmente en su operación entre 20 y 30% menos CO2 que un vehículo de combustión tradicional- y pueden ser considerados como el primer paso que da un propietario hacia una movilidad 0 emisiones.