Normas Euro, el camino para reducir la contaminación.

La preocupación por las afectaciones al medio ambiente no es ajena a la industria automotriz. Por eso, cada vez con mayor capacidad tecnológica, de investigación y manufactura, los fabricantes desarrollan métodos, procesos, y fabrican motores y componentes mecánicos y electrónicos que le permiten a los vehículos de combustión (gasolina y diésel) trabajar y generar mejores prestaciones con un nivel bajo de emisiones.

También en estos desarrollos influye la legislación, que busca también llevar a la industria automotriz a fabricar vehículos menos contaminantes en su rodar diario. Seguramente usted, que está leyendo esta nota, habrá visto en las fichas técnicas de muchos vehículos o habrá escuchado por parte de asesores de ventas que un vehículo X o Y trabaja con base en normas Euro. ¿Pero qué son las normas Euro?

Como su nombre lo indica se trata de una legislación, un estándar de medición,  que surge en Europa pero que se ha convertido en un importante referente global como medida para determinar las condiciones de emisión de gases al medio ambiente bajo las que deben operar los vehículos nuevos. Esta normatividad nace en la década de los años 80 y comienza a registrarse hacia el año 1989 y su objetivo es limitar el volumen de gases, elementos particulados y otros compuestos, que fruto del proceso de combustión puede emitir un vehículo, siempre pensando en generar la menor afectación posible al medio ambiente.

Esta es una norma que ha evolucionado con el tiempo y también ha llevado a las firmas automotrices a avanzar en el desarrollo de máquinas mucho más eficientes y menos contaminantes. Es así como desde su creación e implementación a finales de los años 80 e inicios de la década de los 90 hasta el tiempo actual, esta norma se ha actualizado de manera periódica y consistente, también apoyada en la evolución de la ingeniería automotriz, con lo que del estándar Euro I que significó el comienzo de este proceso hace casi cuatro décadas hasta el día de hoy ha tenido 5 actualizaciones y los fabricantes automotrices desarrollan sus modelos con base en estándares de emisión ya bajo parámetros de norma Euro 6.

En síntesis, lo que las normas Euro piden a los fabricantes de vehículos es desarrollar sus motores de manera tal que desde su misma construcción, la incorporación de tecnología electrónica a través de los sensores y microchips, y elementos técnicos los gases puedan “limpiarse” antes de ser expulsados por el sistema de escape del vehículo y así los elementos contaminantes o potencialmente perjudiciales a la salud que entren en contacto con el medio ambiente sean el menor porcentaje posible.

En virtud de la aplicación de esta normativa y su evolución en el tiempo se han desarrollado elementos como los catalizadores y los componentes hibridos, se ha potenciado el dowsizing (motores de cilindrada pequeña pero con un desempeño mejorado que equivale al de un motor más grande), los fabricantes trabajan en aumentar el número de marchas y generar así menos emisiones, desarrollaron los filtros antipartículas. Y también la aplicación cada vez más exigente de estas normas impulsa el desarrollo de tecnologías alternativas como los modelos híbridos y los autos eléctricos.

Colombia rueda con Norma Euro IV

En Colombia la legislación actual obliga en el caso de los vehículos ligeros nuevos que se comercializan en el país a rodar bajo parámetros de Norma Euro IV.  Esta normatividad limita las emisiones de Monóxido de Carbono (CO) en 0,50 gramos por kilómetros; las emisiones de Hidrocarburos (HC) en 0,30 gramos por kilómetro; y las emisiones de Óxido Nitroso (NOx) en 0,25 gramos por kilómetro.

A partir de 2023 en el caso de combustible diésel comenzará a regir una norma (Ley 1972 de 2019) que obligará que el contenido de azufre no supere las 15 partículas por millón (ppm) y en 2025 este contenido no podrá ser mayor a 10 partículas por millón (ppm).

¿Qué es el torque, y para qué sirve?

foto: Pixabay

Al comprar un carro, ya sea nuevo o usado,  su nuevo dueño, por lo general, presta mucha atención en la ficha técnica o en la descripción de venta que el anterior dueño o el ejecutivo del concesionario hagan a la potencia del vehículo y un alto porcentaje de la decisión recae en lo atractiva que vea esta cifra. Pero hay otro elemento que es tan importante como el primero y sin el que el vehículo no se podría mover y es el torque.

Desde la física y de una manera sencilla el torque se puede definir como la medida de la fuerza que se aplica sobre un objeto para que este gire. Y llevada ya esta definición a su aplicación en la mecánica del automóvil es la fuerza con la que la biela, que soporta el pistón, baja en su carrera dentro de la cámara de combustión para hacer que el cigüeñal gire y transmita el movimiento a todos los otros componentes mecánicos y finalmente a las ruedas para que el automotor pueda desarrollar su desplazamiento, Cuando la fuerza ejercida sobre el cigüeñal genera ese desplazamiento se denomina Trabajo.

En un vehículo el torque es esa fuerza que le permite al carro iniciar su marcha desde parado, o también enfrentar un terreno en ascenso, mover no solo el peso del auto (su carrocería y componente mecánicos) sino sus ocupantes y la carga que pueda llevar, o realizar una maniobra como el sobrepaso de manera rápida y segura.

Claro, todas estas acciones no las hace el torque por si mismo. También requiere de la potencia, pero es el torque esa fuerza inicial que permite que el carro pueda aprovechar precisamente esa potencia para un desplazamiento óptimo, eficiente y ágil.

Al revisar la ficha técnica del vehículo el torque se identifica por estar medido en Newton/metro (Nm), Kilogramo por metro (kg/mt), o en algunos vehículos está medido en libras/pie (lbs/ft). Para saber la equivalencia entre una y otra forma de medición no es necesario aprenderse alguna fórmula matemática (aunque si la sabe mucho mejor), basta con entrar a alguna de las aplicaciones o sitios web en internet para convertir unidades de torque, introducir la medida que aparece en la ficha técnica y con un click sabrá su equivalencia en las otras escalas de medición.

¿Qué indica una cifra de torque cada vez mayor?  Al revisar fichas técnicas de diferentes vehículos encontrará por supuesto diversos valores de torque. Mientras más alta es la cifra de torque que revela la respectiva ficha técnica indica que este vehículo tiene una mayor capacidad para mover una mayor masa, una mejor aceleración en bajas revoluciones.

Para hacer un óptimo aprovechamiento de la capacidad del torque del vehículo que quiera comprar la recomendación es desplazarse en lo posible a velocidades intermedias y haciendo uso del cambio en el que el motor pueda desarrollar la fuerza necesaria para generar el desplazamiento con el menor rango de revoluciones posible sin afectar el desempeño.

Turbo, más potencia con motor más pequeño.

Crédito: Jan Barkman para Pixabay

En el mercado automotor actual es creciente la tendencia a encontrar oferta de modelos con la característica de estar equipados con una motorización turbo. Vehículos en prácticamente todos los segmentos del mercado ofrecen esta posibilidad, que brinda un mejor desempeño, una mejor sensación de conducción y también es una fortaleza en temas de consumo de combustible y menores emisiones de gases al medio ambiente.

El motor convencional atmosférico toma aire del exterior para llevarlo al colector de admisión y allí introducirlo en la cámara de combustión para generar la mezcla de aire y combustible que se enciende con la chispa generada por la bujía en la carrera ascendente de los cilindros y generar la explosión que desencadena el movimiento de pistones, bielas y cigüeñal para transmitirlo finalmente a las ruedas y dar avance al vehículo.

El motor equipado con un sistema de turbo no solo utiliza el aire que “chupa” del medio ambiente. Además, utiliza una ayuda adicional con los gases de escape que se generan tras el proceso de combustión para propiciar un mayor flujo de aire para la mezcla.

El sistema tiene dos componentes principales, una turbina y un compresor.  Cuando se presente la combustión se generan los gases que en el motor atmosférico convencional circularían por el sistema de escape para su expulsión. Pero en un vehículo con motorización turbo estos gases de escape recirculan a través del turbo haciendo girar esa turbina que en su movimiento genera una cantidad de aire adicional con una velocidad y una presión mucho mayor y que es llevado al sistema colector de admisión en el motor. Así se enriquece la mezcla de aire que llega hasta la cámara de combustión y se obtiene un mayor rendimiento en la entrega de potencia y par motor.

El sistema de turbo compensa la pérdida que tiene un motor convencional en el ingreso de aire a la cámara por el rozamiento de conductores y colectores en el motor con la generación de ese mayor volumen de aire que produce.

 El desarrollo de sistemas turbo en los motores ha permitido que los fabricantes automotrices puedan presentar al mercado alternativas de vehículos con motores de bajo cubicaje y menor peso,  pero con desarrollos de potencia que en motores convencionales solo podrían ser posibles con bloques de 2 litros en adelante.

Menos combustible y menos emisiones

Los motores que tienen un sistema de turbo son máquinas que generan un menor consumo de combustible. Al comparar estos motores y la potencia que generan con los aquellos motores atmosféricos convencionales de mayor cilindrada e igual potencia se encuentra que el motor turbo puede propiciar un ahorro aproximado de un 15% a 20% en consumo de combustible.

Y ese menor consumo de combustible es también una ventaja al entregar menos emisiones al medio ambiente. De manera adicional se debe revolucionar menos para lograr la potencia y el torque adecuado, otro factor que genera un menor consumo de combustible y por lo tanto menores emisiones.

Mantenimiento básico

El buen estado y la vida útil del turbo del vehículo dependen del cuidado al que se someta.

Y uno de los principales factores para su buena conservación en el tiempo es la lubricación. Por eso la primera recomendación es seguir la recomendación del fabricante en cuanto al tipo de aceite que debe usarse en el carro a fin de propiciar las condiciones óptimas para lubricar el sistema.

Ya en materia de manejo es importante no realizar maniobras de aceleración brusca en frío, cuando el motor no ha alcanzado la temperatura ideal para que todo el sistema se encuentre bien lubricado.

Tampoco es aconsejable hacer subir las revoluciones de manera exagerada con el motor en posición de ralentí.

Y una ultima, use gasolina Extra si el vehículo la requiere. No usarlo significaría graves daños al motor en el mediano plazo.

Reciclaje de automóviles.

Hace algunos días Renault presentó de manera global su nuevo vehículo concepto Renault Scenic Vision que deberá convertirse en un vehículo de producción en el término de unos dos años.

Además de los desarrollos en materia de tecnología, la innovación en diseño, los adelantos en temas de autonomía y los avances en confort y vida abordo; una de las características que la marca francesa resaltó durante la presentación de este Concept Car es la procedencia de muchos de los materiales con los que se fabricó el vehículo, con más de un 70% fruto de procesos de reciclaje, y la bondad que tiene el carro cuando una vez haya finalizado su vida útil se puedan reciclar más del 90 por ciento de sus materiales y componentes bien sea dentro de la misma industria automotriz o con destino a otras cadenas productivas.

Esta apuesta de Renault por la reutilización de materiales en la fabricación de sus autos no es algo nuevo, de hecho muchas firmas automotrices recurren en mayor o menor medida a estos procesos por temas de compromiso ambiental, de contribución para evitar una mayor presión sobre los recursos naturales, y sí, también porque desde el punto de vista de costos puede ser un poco más económico y favorece la rentabilidad. Todo, claro, está sin perder el foco en la seguridad que deben ofrecer los autos

¿Pero, en qué consiste ese proceso de reciclaje que se hace a los autos?

Un vehículo puede tener alrededor de 50 mil partes y piezas elaboradas en más de 20 materiales diferentes, al igual que fluidos en diversas composiciones. Y como toda máquina, tiene un período de vida útil en el que cumple de manera eficiente y segura su función de transporte y al final de esa vida útil es necesario disponer de esas piezas y componentes.

En los mercados de mayor desarrollo en la industrialización de automóviles el proceso de reciclaje de automóviles implica la participación de empresas externas especializadas que adelantan este trabajo Estos centros de reciclaje se ocupan de la disposición y el aprovechamiento integral del vehículo que finaliza su camino.

Estos vehículos llegan luego de un proceso de legalización y son sometidos a lo que se denomina la etapa de descontaminación que, en síntesis, implica el identificar los diferentes fluidos de los sistemas del carro drenarlos, limpiar el vehículo de esos fluidos y hacer la disposición o reutilización de los mismos si es posible

En un segundo proceso se visibilizan las piezas y partes desmontables y el estado de las mismas con el fin de identificar aquellas que se pueden volver a comercializar en el mercado de los repuestos usados. Partes como puertas, capo, tapas de baúl, bomperes o algunos componentes mecánicos entran en este proceso. También elementos como el cobre, elementos plásticos o textiles también son susceptibles de ser reutilizados, incluso en la construcción de nuevos vehículos tras ser sometidos a procesos industriales para su reconfiguración y desarrollo de otras piezas

Aquellos elementos que no son viables para su nueva utilización en la misma industria o en otros sectores de la economía se llevan a un proceso de disposición final bien sea a través de procedimientos físicos o procesos químicos que los hagan inocuos en su contacto con el medio ambiente.

Se recicla en Colombia

Colombia si bien es un mercado pequeño en la comercialización de vehículos y su infraestructura industrial está conformada por algunas ensambladoras y fabricantes de autopartes también adelanta un proceso de reciclaje automotor.

En este caso se concentra especialmente en la recuperación de piezas y partes que pueden ser comercializadas como partes usadas, y es liderado especialmente por Cesvi Colombia a través de alianzas con las firmas aseguradoras a fin de garantizar la procedencia de los vehículos y sus partes

Cesvi recibe de las aseguradoras los vehículos siniestrados evalúa y recupera las piezas que son viables para una segunda comercialización bajo criterios de calidad y seguridad con la debida garantía y los materiales que no son recuperables los envía a empresas especializadas y certificadas para hacer la disposición final.

Así que cuando quiera comprar un vehículo nuevo, o este analizando el mercado del usado, un valor agregado que puede tener en cuenta es que tanto de ese carro que hará parte de su garaje está formado por material reciclado, y que tanto de ese vehículo se puede reutilizar años después. Es un grano de arena que aporta a la conservación ambiental.

Líquido de frenos, ojo con el momento del cambio.

Crédito foto: Pixabay

Los lectores aficionados y entusiastas de las competencias automovilísticas sabrán que una de las maniobras más importantes durante una carrera es la frenada, saber frenar en el momento justo para tener el control y la habilidad de tomar curvas y salir pisando bien de ellas y poder tener la tracción suficiente para ganar velocidad es una habilidad fundamental por parte de los pilotos.

Pues así como en las carreras frenar es tan importante como acelerar de manera adecuada, en el mundo cotidiano de la conducción contar con un buen sistema de frenos es fundamental para la seguridad propia y de los otros actores en la vía. Y un elemento de ese sistema de frenos que siempre debe estar en óptimas condiciones es el líquido de frenos. Este fluido es el encargado de transmitir la energía a través de todo el sistema de frenos del automotor cuando el conductor pisa el pedal para iniciar la detención.

Su característica es que es un fluido hidráulico y no es compresible, no puede comprimirse porque se encuentra en un contenedor sellado sin aire y cuando se aplica una fuerza en uno de los extremos este líquido se desplaza hacia el otro extremo transmitiendo el movimiento a lo largo de todo el sistema para finalmente ejercer presión sobre las pastillas de frenos o la banda y lograr que el carro pueda detenerse.

A lo largo de la historia del desarrollo de la industria automotriz el líquido de frenos también evidencia una evolución. Esta evolución se refleja en los estándares definidos bajo parámetros DOT, sigla del Departamento de Transportes de Estados Unidos. Bajo esta premisa los estándares que hoy se encuentran vigentes en Colombia son las DOT4, DOT 4 SL.6 y DOT 4 TYP200, que cubren la mayor parte del parque automotor rodante del país.

Estos estándares DOT (Department Of Transportation) clasifican los líquidos tomando en cuenta su punto de ebullición sometido, como está, a las altas temperaturas fruto del proceso de frenada.  Actualmente los estándares DOT parten en DOT 3 y van hasta DOT 5. El punto de ebullición en un líquido DOT 3 está calculado en 205 grados centígrados, y en el DOT 5 este punto de ebullición se encuentra en los 260 grados centígrados

Mientras más alto es el estándar DOT el punto de ebullición del líquido de frenos es mayor y por tanto su capacidad de frenado es más alto al soportar mayores temperaturas durante el procedimiento de detención del vehículo.

Pero el líquido de frenos también tiene una característica que es su punto vulnerable,  se trata de un fluido higroscópico, absorbe humedad del ambiente con el propósito de evitar que dicha humedad forme gotas de agua que puedan corroer los ductos del sistema,  y en la medida que el tiempo y los kilómetros pasan esa humedad lo degrada hasta hacer que su propiedad para transmitir la fuerza de la frenada desde el pedal hasta las pastillas o bandas disminuya y sea poco eficiente,  generando burbujas cuando llega a su punto de ebullición.

Por eso es importante prestar atención a señales como incremento en la distancia de frenado, cambio de color en el líquido, mayor recorrido del pedal de freno cuando se acciona, reducción en los niveles del depósito (puede ser por fugaz). Los expertos recomiendan cambian este fluido a los 20 mil kilómetros de recorrido aproximadamente; para ello existen probadores elctronicos especializados que determinan su calidad. Pero también si el auto transita en zonas con un alto nivel de humedad, es posible que deba hacerse ese cambio un poco antes de este lapso recomendado.