IVA a los carros híbridos: incoherencia de la transición energética.

El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Hacienda, reveló en días recientes su intención de desmontar uno de los beneficios que tienen hoy día los carros híbridos en Colombia.

Así, si prospera una iniciativa que haría parte del proyecto de reforma tributaria que el Ministerio de Hacienda presentará ante el Congreso de la República, los carros híbridos pasarían de pagar un IVA del 5% actualmente, a cancelar la tarifa general del 19%.

La idea ya ha recibido críticas por parte de voceros del sector y de expertos en los temas económicos que ven ene ella una intención de recaudo que si bien en teoría podría generar mayores recursos con el aumento de la tarifa, al final del día provocaría una disminución en las ventas, no sólo de los carros con tecnología híbrida, sino en general en las ventas del sector, que apenas comienza a tener síntomas leves de recuperación tras más de año y medio de caída constante en sus indicadores comerciales. Y esta caída significaría también menos recaudo de impuestos y otras tarifas que el sector aporta de manera considerable al presupuesto tributario del país.

Hasta el pasado mes de agosto las ventas de carros híbridos en Colombia sumaron 24.296 unidades nuevas, un crecimiento del 42% frente al mes de agosto de 2023. Esta cifra significa un poco más del 20% de la venta total de carro de Colombia en lo que va del año por 118.160 unidades, de acuerdo con el reporte mensual conjunto de Fenalco y Andi.

Además, se trata de una medida que podría golpear una de las políticas más publicitadas de la actual administración del Ejecutivo Nacional: la transición energética.

Uno de los argumentos del Ministerio de Hacienda para proponer el desmonte del beneficio es que realmente los carros híbridos no tienen un aporte significativo en el objetivo de reducir el impacto del uso de combustibles fósiles en el transporte, pero sí reciben beneficios como si así fuera.

En gracia de discusión, esto podría ser parcialmente cierto, pero solo si se refiere a los vehículos con tecnología de hibridación ligera, o microhíbridos. Estos autos tienen una batería sí, pero de máximo 48 voltios que realmente lo que hace es aportar energía y potencia extra cuando el vehículo arranca o en condiciones especiales de aceleración. Además esta energía apoya a sistemas auxiliares del carro, pero el peso de mover el vehículo sigue recayendo sobre el motor de combustión. Incluso el mismo sector automotor en Colombia se encuentra en un análisis y debate para concertar que los beneficios a este tipo de vehículos sean menores que los de los híbridos totales o híbridos enchufables.

Los modelos con tecnología de hibridación completa sí pueden generar un mayor impacto positivo en la reducción de emisión de gases contaminante y material particulado en cerca de un 80 por ciento menos, gracias a que consumen menos combustible por el aporte que entrega la operación del motor eléctrico integrado en la operación del automotor.

En la lógica del Ministerio, eliminar el beneficio del IVA a los carros híbridos debe impulsar la compra de vehículos eléctricos que sí contarían con esta gabela tributaria en su adquisición. Sin embargo no es tan fácil que aún en la cultura automotriz colombiana la elección de un carro eléctrico sea tan simple. Factores como el precio de adquisición, el aún desconocimiento existente sobre las ventajas de estos carros y mitos que persisten, y, de manera especial, la infraestructura para las recargas tanto de manera privada como pública que avanza pero aún es pequeña generan incertidumbre sobre una decisión.

Los carros híbridos se han convertido en un estadio previo para los consumidores que atraídos por las ventajas tanto tributarias, como los beneficios ambientales y sociales que pueden generar, buscan acceder a una movilidad más sostenible pero no se arriesgan aún con el modo 100% eléctrico.

La propuesta del IVA del 19% a los híbridos sería una incoherencia frente al objetivo de avanzar en una movilidad más sostenible.

Venta de carros usados cayó en primer semestre, pero se espera recuperación en el segundo.

No solo el mercado de vehículos 0 kilómetros en Colombia se encuentra afectado por una serie de factores que desde lo económico, la confianza del consumidor y la incertidumbre en torno a decisiones que pueden afectar el bolsillo en el mediano plazo, hacen que la tendencia de ventas sea de disminución actual.

También la categoría de los vehículos usados se ha visto contraída en el último año como una consecuencia directa de la reducción en ventas y matrículas de los autos nuevos. Una explicación sencilla: muchas veces para una persona adquirir un carro nuevo acude a vender su vehículo actual, con el objetivo de conseguir liquidez que le ayude a financiar la nueva compra, pero hoy el mercado se encuentra en una incertidumbre y es así como quien quería comprar su carro 0 kilómetros lo piensa y muchas veces pospone su decisión para quedarse un tiempo más largo con su vehículo actual; y quienes acuden al mercado del usado para hacerse con un buen carro no encuentran la oferta adecuada. Esto se refleja también en una caída en el número de traspasos de propiedad de los vehículos.

Es así como las cifras compiladas por la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, señalan como durante el primer semestre de este año, la comercialización de los carros usados fue de 417.720 unidades. Esto representó una reducción superior al 5 por ciento, frente a las 440.819 unidades que a junio del año 2023 habían cambiado de propietario en Colombia.

Solo en el mes de junio los traspasos cayeron un 9,7% al pasar de 74.742 unidades negociadas y registradas en las diferentes autoridades de tránsito en el país en junio de 2023, a 67.517 carros usados que cambiaron de dueño en el sexto mes del presente año.

En el mercado del usado el liderazgo en ventas y traspasos lo tiene Chevrolet, marca de la que se colocaron 108.049 unidades en el semestre, pero con reducción superior al 10%. En segundo lugar se encuentran los modelos de la automotriz Renault, con 65.542 carros, que también registró caída en la operación del 7,1%. La tercera marca de más ventas en usados es Mazda que en el año suma 35.393 unidades.

Ya al llevar el análisis a líneas de vehículos, Chevrolet ocupa los tres primeros lugares con sus modelos Spark, Aveo y Sail, que en conjunto suman 36.359 unidades usadas comercializadas. Por su parte el Mazda 3 en sus diferentes versiones es el cuarto vehículo más apetecido por los clientes del mercado del usado y del que se comercializaron 5.959 carros en el primer semestre de 2024. Y la pick up Toyota Hilux es el quinto modelo con mayor nivel de negociación y traspaso en lo que va del año.

Por ciudades del país, Bogotá es la región que más concentra negocios de vehículos usados. En el semestre su autoridad de tránsito totalizó 132.031 operaciones. Por su parte Medellín y los municipios del área metropolitana sumaron 78.607 vehículos usados negociados y registrados ante las diferentes secretarías de movilidad en esta zona.

La proyección realizada por Andemos indica que al cierre del 2024 el número de traspasos sería de 955.444 carros, con una esperanza de reactivación durante el segundo semestre, si se tiene en cuenta que en la totalidad de 2023 la comercialización de vehículos usados fue de 910.805 unidades. Una proyección que podría ir acorde con las perspectivas de mejor comportamiento con las tasas de interés en virtud de las reducciones de este indicador generadas por el Banco de la República y que deben impactar en el mediano plazo el costo de crédito para la compra de carro nuevo o usado en Colombia.

Menos pantallas y más botones.

Una de las áreas en las que los fabricantes automotrices en el mundo muestran grandes avances en el desarrollo de sus carros tiene que ver con la incorporación de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs) en los diferentes sistemas que operan en el vehículo para su correcto funcionamiento, bien sea desde el punto de vista de desempeño dinámico, seguridad o confort para sus ocupantes.

La digitalización está a la orden del día en los nuevos modelos que día a día las marcas presentan al mercado automotor global, y los compradores y consumidores de vehículos esperan con ansías cada nuevo desarrollo, cada nueva solución que, en teoría, está orientada a darle mayor facilidad a la labor de conducir.

Pero ¿quizá se le esté yendo la mano a los ingenieros y diseñadores automotrices intentando digitalizar cada función, cada comando y cada proceso que esa máquina conocida como automóvil debe cumplir en su función de transportar a las personas?

Pues uno de los organismos independientes que más trabaja en el campo de la seguridad vial, la corporación NCAP, a través de su programa Euro NCAP considera que sí se está poniendo en riesgo la seguridad de ocupantes de vehículos, peatones y otros actores de la vía con un exceso en la digitalización, de la presencia de pantallas y de funciones que estas almacenan para que el conductor en cualquier momento las active pasando su dedo sobre ellas.

Para EuroNCAP la cada vez mayor presencia de pantallas táctiles, y cada vez de mayor tamaño o abarcando áreas mayores dentro del habitáculo es un riesgo para la seguridad vial. Esto lo afirma Matthew Avery, director de desarrollo estratégico de Euro NCAP: “casi todos los fabricantes de vehículos están trasladando controles clave a pantallas táctiles centrales, lo que obliga a los conductores a apartar la vista de la carretera y aumenta el riesgo de accidentes por distracción”.

Por eso una de las estrategias de Euro NCAP es recomendar a los fabricantes de vehículos que en los nuevos modelos que desarrollen incorporen algunos controles físicos, botones, para la activación de algunas funciones básicas del vehículo, y que de manera intuitiva el conductor pueda accionar estos botones sin necesidad de perder la vista del camino y de los elementos que rodean la vía para minimizar los riesgos.

De acuerdo con la información que ha generado EuroNCAP, entre las funciones que la organización recomienda deben activarse a través de un elemento físico y no en la pantalla táctil, están las luces intermitentes, la bocina o pito como lo conocemos en Colombia, los limpiaparabrisas, o la llamada de emergencia que hoy incorporan muchos vehículos como parte de su arsenal de tecnología y seguridad a bordo.

Esta recomendación del organismo que realiza pruebas de seguridad a los vehículos en Europa entraría en vigor para sus evaluaciones a partir de 2026, dando tiempo así a las marcas de generar sus estrategias para, si lo consideran, adoptar la recomendación.

¿Y por qué decimos que se trata de una recomendación? Euro NCAP , el programa europeo de seguridad vehicular es un organismo independiente, apoyado por varios gobiernos europeos y organizaciones que tienen que ver con la industria automotriz, pero no se trata en ningún momento de un ente regulador oficial o vinculante para las marcas automotrices. Sin embargo sus evaluaciones y pruebas de choque que tienen calificaciones de 0 a 5 estrellas se han convertido en un factor importante de evaluación entre muchos compradores de vehículos. Y también Euro NCAP es referente para otros programas de seguridad en el mundo que desarrollan sus pruebas de seguridad tanto para ocupantes como peatones.

Si un fabricante quiere que sus modelos, o por lo menos algunos de los modelos que produce puedan alcanzar las famosas cinco estrellas en seguridad deberá adoptar esta recomendación como parte de su estrategia de desarrollo de producto. Esto generará, en un mediano plazo un efecto dominó, porque si bien muchas marcas producen el mismo modelo pero con diferentes características y equipamientos de acuerdo con el mercado en el que se venderán, el comprador comenzará a hacer comparaciones y poco a poco también exigirá que su carro nuevo tenga características de seguridad similares a las de otras partes del mundo y Colombia no está exenta de ello. Muchas marcas, especialmente en segmentos medio altos o altos traen modelos directamente de Europa y la reacción de las marcas a estas recomendaciones impactará directamente en el tipo de producto que se ofrecerá en los mercados de esta parte del mundo más temprano que tarde.

El precio del carro, una decisión con muchas variables.

Fijar, determinar el precio de venta de un carro nuevo es una tarea de filigrana por parte de las marcas que quieren, por supuesto, vender la mayor cantidad de unidades posibles de sus diferentes modelos, con un precio adecuado que, primero no los saque del mercado o segmento al que están dirigidos, y que les  permita obtener la rentabilidad adecuada para sustentar la operación, tanto de producción y ensamble, como la comercial que adelantan a través de sus asociados comerciales, los concesionarios.

Son muchos los factores que los equipos encargados de establecer el precio de venta de un carro tienen que evaluar, analizar y probar mediante diferentes modelos económicos que les permitan visualizar de la manera más precisa posible cuál es el valor indicado que cumpla con los requerimientos para hacer viable la comercialización del vehículo en el mercado.

De acuerdo con lo señalado a Autotest por especialistas que han tenido la responsabilidad comercial de varias marcas en Colombia, la primera variable que las marcas tienen en cuenta para fijar ese precio de venta es, claro, el costo de producción del automóvil. Este costo puede variar y por lo tanto su influencia en la definición de precio dependiendo si se trata de un vehículo que llega importado y listo para su comercialización, o si es un carro que tiene un proceso de ensamble en el país e incorpora también un porcentaje de elementos y mano de obra local.

También en esos costos de producción se tiene en cuenta si el vehículo en su fabricación se desarrolla con un alto grado de tecnología y robotización, que si bien es una tecnología costosa, la capacidad para fabricar una gran cantidad de vehículos permite a la firma automotriz diluir en ese gran número de unidades dicho costo. A diferencia de vehículos- en las gamas premium y gran lujo- que tienen procesos de fabricación aún con alto componente artesanal, producen pocas unidades y su valor, por el mismo proceso es mucho más alto.

Otra variable que tiene un peso importante a la hora de definir el precio final de un carro al público está relacionada con la carga impositiva. Y aquí, por ejemplo juegan un papel importante los aranceles de importación, en el caso de los vehículos no ensamblados en el país. Desde los años 90 del siglo XX, Colombia desarrolló una fuerte política de liberalización de su comercio exterior a través de tratados de libre comercio que, en la práctica, lo que hace es flexibilizar el pago de aranceles de importación y reducirlos gradualmente. Hoy el país tiene acuerdos comerciales de este tipo con varios países y regiones, muchas de las cuales son importantes productoras de vehículos, bajo este contexto muchas marcas automotrices importan sus modelos a Colombia desde países con los que se tienen suscritos estos acuerdos y entran pagando un arancel muy bajo o incluso ningún tipo de arancel cuando la desgravación paulatina ya se ha completado de manera total. Bajo esta figura se encuentran ya orígenes como Estados Unidos, México, Canada, los países del Mercorsur y vehículos que puedan llegar de la región anteriormente conocida como el Pacto Andino.

Corea del Sur, otro importante origen de los carros que ruedan en Colombia está hoy en el 14% y camina hacia la desgravación total en unos pocos años.

Esto permite que el precio pueda ser menor que en condiciones de tributación a la entrada de mercancías normal.

A este costo, que puede ser menor, también se le suma el costo del transporte (flete) y que por lo general es marítimo por la eficiencia y capacidad para transportar el volumen de este tipo de producto.

¿El origen puede ser un factor para considerar en el precio? La respuesta de los expertos consultados por Autotest es sí. Por factores objetivos como el hecho de que la mano de obra o incentivos de carácter fiscal que pueda otorgar un gobierno determinado a su industria hacen que sea más competitiva y pueda fabricar bienes y servicios a un menor costo. Pero también por factores un poco más subjetivos como la percepción de calidad que se pueda tener por parte de los consumidores con relación a los productos llegados de un país u otro, aunque este es un factor que cada vez pesa menos dada la globalización y estandarización de los procesos de producción.

Pero también están los impuestos internos deben tenerse en cuenta en los análisis para definir el precio final de venta. Y aquí cabe recordar lo afirmado hace algunas semanas por el presidente de Asopartes, Carlos Andrés Pineda Osorio, quien en entrevista con Autotest, explicaba que en la factura que el cliente recibe por la compra de su auto, entre un 60% a 70% del valor representa lo que se debe pagar por temas de impuestos y gravámenes.

Cabe recordar que también dentro de los costos, se tiene en cuenta el costo ya no de producción, sino los relacionados a la comercialización. Las automotrices venden sus vehículos a través de una red de concesionarios, que en su gran mayoría son empresas independientes y tienen un contrato de concesión de la marca para ofrecer sus vehículos. El fabricante les vende a estos concesionarios sus carros que los compra, para poderlos ofrecer en sus vitrinas. De ahí que también el concesionario debe incluir sus costos de operación y los costos de promoción de los vehículos, más la rentabilidad esperada en el precio final del vehículo que vende a cada cliente.

Hoy la rentabilidad de una operación comercial para la colocación de vehículos nuevos en el mercado, de acuerdo con los expertos consultados por Autotest, puede estar entre el 10 y 12%. Una rentabilidad apenas justa, señalan. Realmente la apuesta comercial y de sostenimiento de los negocios en los concesionarios, explican, está en las áreas de posventa y accesorios que sí pueden aumentar hasta el 30% o 40% y son las que realmente le dan viabilidad a cualquier establecimiento dedicado a la venta de vehículos nuevos.

Y claro, el mismo carro puede tener precios diferentes de acuerdo con su versión, que esta dada generalmente por el nivel de equipamiento que tenga, desde las versiones llamadas comúnmente de entrada, hasta las de mayor equipamiento en cada segmento o categoría determinado por la marca.

Los precios de los carros no surgen, entonces, de una decisión a la ligera o de un capricho de cada fabricante o comercializador que piensa sus carros deben tener un valor determinado porque sí. Se trata de un ejercicio de evaluación de diversas variables económicas, financieras, tributarias y comerciales que en última instancia buscan generar el sostenimiento de una operación industrial y comercial de la que dependen muchas personas y familias.

La exportación, un camino para la industria automotriz en Colombia: Sofasa, un ejemplo.

El mundo es ancho y el mercado automotor no se agota en las ventas internas en Colombia. Así lo piensa Renault y por eso su apuesta industrial en el país apunta a convertir a la planta de Sofasa en un hub para la exportación de los vehículos de la marca a diferentes mercados de la región América.

Así, de manera clara lo señala el presidente y director general de Renault en Colombia, Ariel Montenegro durante una charla con un grupo de periodistas especializados en la sede de la ensambladora en el municipio de Envigado,  y en la que Autotest estuvo presente.

Los mercados externos juegan un rol clave en la estrategia industrial y comercial de la automotriz francesa que ya exporta poco más del 49 por ciento de su producción a diferentes mercados. México, Ecuador y Argentina son hoy día los principales destinos de los carros que salen de la línea de ensamble de Sofasa. Pero también sus carros ruedan en Perú, Bolivia, Chile y algunos otros países en Centroamérica. Incluso en- sorpresa- Cuba,  circulan algunos de los vehículos ensamblados por Renault en Colombia.

En total, durante el año 2023 las exportaciones de la automotriz desde Colombia ascendieron a 13 mil unidades, con destino a 11 países.

México, un mercado de peso

Como ya se mencionó unos párrafos antes, México es uno de los principales mercados que Renault Colombia tiene en su portafolio internacional. Allí se espera exportar poco más de 4.300 unidades durante el presente año.

¿Pero, cuál es el atractivo del país azteca? Explica Ariel Montenegro que si bien México tiene una industria automotriz con un alto nivel de desarrollo y son varias las marcas que tienen allí plantas de fabricación y ensamble, estos proyectos productivos tienen un mercado internacional en la mira cuando se instalan en el territorio: Estados Unidos.

Es por esto que aún con esa gran industria productora de vehículos, cerca del 49 por ciento de los carros que viajan diariamente por las calles y carreteras mexicanas son vehículos que llegan al país importados de otras regiones del mundo. Y Renault, con Sofasa quiere ser actor importante en ese segmento.

“El segundo mercado de la región es México, y queremos que México mire a Colombia como su proveedor principal”.

Igualmente hay confianza con el proceso de flexibilización a las importaciones que se está presentando en Argentina y que abren importantes posibilidades para fortalecer el proceso exportador de Renault Colombia.

Hasta Venezuela comenzó a recibir nuevamente los vehículos de Renault-Sofasa, una operación que aún es muy pequeña dadas las complejidades del mercado en el vecino país, pero que afirman la importancia de pensar en el ensamble con una visión de exportación y largo plazo.

La consolidación de la estrategia de internacionalización de los modelos ensamblados por Sofasa también debe estar apoyada en una política de fomento a la industrialización en toda la cadena automotriz y medidas de apoyo que hagan viable las ventas externas.

En este sentido añadió Ariel Montenegro se ha avanzado con medidas como la aprobación del CERT (Certificado de Reembolso Tributario) del 3% del valor FOB de las exportaciones realizadas. Y se espera que en diálogos y mesas de discusión con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo se pueda avanzar en la implementación de otros mecanismos que fortalezcan y viabilicen un entorno exportador favorable.

Un nuevo modelo para ensamblar y exportar

Además, Sofasa se prepara para dar un nuevo paso en su plan de potencialización industrial de cara a los mercados regionales. Con una inversión de 100 millones de dólares iniciará en próximas semanas el ensamble y comercialización del modelo Renault Kwid en su versión de motor a combustión. Este modelo desde Envigado llegará a 14 países de América.

El plan de inversión para la industrialización del Renault Kwid desde Colombia ya le ha permitido a Sofasa aumentar el nivel de automatización de la planta a cerca del 20 por ciento de los diferentes procesos involucrados en el ensamble de cada vehículo, incorporar tecnología y fortalecer la cadena de proveedores que integran piezas y partes del nuevo carro que en breve comenzará a salir de su línea de montaje.