La conducción autónoma es hoy día, junto con las innovaciones en sistemas de propulsión o fuentes de alimentación de la energía para echar a rodar el carro, como los eléctricos, los híbridos, o los combustibles sintéticos, uno de los trabajos a los que más esfuerzo y recursos les están dedicando las firmas automotrices, y que ha propiciado, además la unión con otras industrias, especialmente las relacionadas con electrónica y telecomunicaciones.
Pero ¿qué es exactamente la conducción autónoma y cómo funciona?
Cuando se habla de conducción autónoma, esta se refiere a la posibilidad que pueden tener los vehículos de desplazarse por las diferentes vías de una ciudad o una región sin que sea necesaria la presencia de un conductor al volante controlando cada movimiento que hace el carro y tomando las decisiones para facilitar un viaje tranquilo, rápido y seguro.
Para lograr esto, la ingeniería automotriz y la ingeniería informática se unen para desarrollar sistemas que utilizan una combinación de sensores, cámaras, radares y software avanzado que le permiten a los carros detectar y analizar su entorno, tomar decisiones y ejecutar acciones de manera independiente, en las que la prioridad sea siempre la seguridad de los ocupantes del vehículo y de otros actores de la vía.
Para su desarrollo, el sistema autónomo utiliza varias tecnologías importantes y fundamentales como sensores y cámaras, que detectan obstáculos, señales de tráfico y otros vehículos. Igualmente hace uso de sistemas de Radares y LIDAR utilizados para medir distancias y crear un mapa tridimensional del entorno en el que se mueve el vehículo. También emplea algoritmos de inteligencia artificial que procesan los datos y toman decisiones en tiempo real, GPS y Mapas Digitales para facilitar la navegación y posicionamiento del vehículo.
Evolución de la Tecnología
La posibilidad de contar con carros que puedan moverse solos, sin que un conductor esté detrás del volante dirigiéndolo no es algo de actualidad reciente. Es un trabajo que lleva cerca de 50 años de investigación y experimentación por parte de diversas organizaciones. Ya en los años 80 universidades y algunas automotrices comenzaban a explorar esta opción, y sus necesidades, aún en un entorno de tecnología limitado, pero es realmente a mediados de la primera década del siglo XXI con prototipos desarrollados por firmas de tecnología como Google cuando esta posibilidad comienza a tomar más forma y hacerse un poco más tangible en las calles. Y hoy que decir con avances y productos como los robotaxis de Tesla que ya están rodando en prueba en algunas ciudades norteamericanas. Estos desarrollos han llevado a un alto nivel de sofisticación de esta tecnología, haciendo que la meta de una conducción totalmente autónoma- algo que a los puristas del manejo no les gusta realmente mucho- este cada vez más cercana.
Esos desarrollos en la conducción sin conductor humano
Niveles de Conducción Autónoma
Actualmente, existen cinco niveles de conducción autónoma, definidos por la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE):
- Nivel 0: Sin automatización.
- Nivel 1: Asistencia al conductor (control de crucero adaptativo).
- Nivel 2: Automatización parcial (Tesla Autopilot).
- Nivel 3: Automatización condicionada (el vehículo se maneja solo en ciertas condiciones).
- Nivel 4: Alta automatización (el vehículo puede manejarse solo en la mayoría de las condiciones).
- Nivel 5: Automatización total (sin necesidad de intervención humana en ningún momento).
La posibilidad de contar con vehículos de autonomía total (Nivel 5) de manera cada vez más masiva se acerca, pero aún existen retos de carácter tecnológico, técnico, de infraestructura en las ciudades, legales y regulatorios y de educación a los usuarios que es necesario abordar para lograr un desarrollo y comercialización de manera amplia de estos vehículos en las próximas décadas
Aportes a la Seguridad Vial y Movilidad Sostenible
La conducción autónoma promete varios beneficios para la seguridad vial y la movilidad sostenible:
- Reducción de Accidentes: Los vehículos autónomos pueden reaccionar más rápido y con mayor precisión que los conductores humanos, disminuyendo el riesgo de accidentes causados por errores humanos.
- Eficiencia en el Consumo de Combustible: La optimización en la conducción puede reducir el consumo de combustible y las emisiones de gases contaminantes.
- Accesibilidad: Personas con discapacidades o mayores podrían acceder a su propio vehículo.
- Descongestión del Tráfico: La comunicación entre vehículos autónomos podría hacer más fluida la circulación en las calles.